Hugo Chávez siempre tuvo un sueño: gobernar, al menos, hasta 2030, año en el que se cumplen 200 años de la muerte de Simón Bolívar. Ese objetivo ahora está más en duda que nunca, no por el poder de sus rivales sino por el del cáncer.
Gobernar hasta 2030 sería la culminación simbólica de su carrera política que nació en 1983 con la creación al interior del ejército del Movimiento Bolivariano-200, donde se rendía homenaje al bicentenario del nacimiento de Bolívar en 1783.
(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. Chávez siempre aludía a 2030 como esa fecha mágica de teórico final de su gestión en lo que suponía un nuevo regreso a su obsesión bolivariana. Es algo que ha repetido insistentemente desde hace años, cuando la sombra de la enfermedad no le acechaba.
Así en 2010 afirmó que “ahora si es verdad que esta revolución llegó para coronar la victoria, hoy comienza el ciclo definitivo y definitorio 2010 – 2030 para coronar en el 2030 la gran revolución”.
Esta idea la reiteraba no hace mucho, el año pasado, aunque incluyendo una sutil referencia a superar su enfermedad con una ayuda superior (“el año que viene yo estoy seguro que ustedes me van a reelegir presidente por seis años más. Y en 2019 que yo decía que me iba a ir, no me voy tampoco. 2019-2024, 2024-2030, para allá vamos con el favor de Dios y la Virgen”).
Además desde 2013 a 2030 iban a irse conmemorando las fechas históricas de los grandes éxitos político-miliares de Bolívar en lo que se antoja una conmemoración doble: recuerdo al héroe mitificado y exaltación del líder actual.
Una batalla en dos frentes
Lo cierto es que lo que sus rivales parece que no iban a conseguir, derrotar a Chávez, lo va a lograr la enfermedad.
Hugo Chávez anuncia en televisión su recaída del cáncer que padece
Por primera vez ha admitido que puede dejar el cargo: “Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir como manda la constitución el periodo sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar a elecciones presidenciales ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente”.
Más allá de consideraciones ideológicas o políticas, hay que reconocer que este último año Chávez ha emprendido una doble batalla en la que no ha desfallecido ni por un momento, demostrando su condición de “animal político”.
Ha luchado en dos frentes, contra su enfermedad y por asegurar la continuidad de su régimen. En la primera el éxito le ha sido esquivo; en la segunda el triunfo del pasado 7 de octubre puede ser efímero ya que, si renuncia ahora a la Presidencia, debe haber elecciones en los siguientes 30 días.
Su esfuerzo en la campaña para los comicios del 7-O fue monumental. Incluso llegó a decir que era ” capaz de morir una y mil veces por el pueblo patrio y por la Revolución Bolivariana, eso no lo hizo, no lo hace, ni lo hará la burguesía nunca”.
Un esfuerzo titánico como recordaba en el diario El Nacional, David González: “el 4 de octubre Chávez dio su breve mensaje en la avenida Bolívar y se dirigía en una carroza rumbo a Puente Llaguno, donde se le esperaba, cuando debió bajarse del vehículo inesperadamente. Fue precisamente Maduro quien hizo detener el transporte, después de golpear con fuerza varias veces la cabina del chofer. Luego de ganar las elecciones, el gobernante confesó lo cuesta arriba que le resultó la campaña por su estado de salud. “Nadie sabe lo que yo hacía al bajarme del camión”, afirmó dos semanas después del 7–O”.
La enfermedad no solo se ha hecho presente afectando su estado físico sino también en sus palabras. Su pelea contra el cáncer sale a relucir de forma muy explícita en sus discursos, como cuando en plena campaña para las pasadas elecciones presidenciales afirmaba que “no es tiempo de morir sino de vivir” .
Hacia el chavismo sin Chávez
En esos últimos discursos era difícil discernir si, cuando hablaba de su lucha, se refería al cáncer o a sus enemigos políticos o si en realidad ambas cosas estaban relacionadas: “gracias, Dios, por este milagro (…) para (permitirme) continuar la batalla larga por la independencia que nos permita mantener la puerta abierta y continuar construyendo el socialismo del siglo XXI”.
Hugo Chávez reúne a su equipo de Gobierno para anunciar su recaída
Además su lenguaje se ha llenado de referencia religiosas como cuando antes de viajar a Cuba a medidos de 2012, Chávez recordó un pasaje religioso: “Cristo le dijo un día a una mujer que lloraba porque su hijo estaba muerto: ‘No llores que él no está muerto sino que duerme’. Tocando al niño -agregó- le dijo: ‘Joven, deja de dormir ¿no ves que tu madre llora?’, así digo yo: Me aferro a Cristo, no es tiempo de morir sino de vivir” .
A lo largo de 2012 las referencias a eternizarse en el poder han desaparecido y han sido sustituidas por alusiones a que aún cuando él no esté permanecerá su legado.
Un legado que será continuado por sus herederos, en especial Nicolás Maduro: “aquí estoy y estaré hasta el último día de la vida, construyendo la patria bonita de nuestros hijos y mas allá cuando me toque irme de verdad, ya yo sé que nunca me iré porque me quedaré para siempre en las calles y pueblos de Venezuela porque Chávez ya no soy yo, Chávez es la patria”.
Lo cierto es que el chavismo, con o sin Chávez, se ha convertido en un fenómeno político clave en la Venezuela contemporánea que no se diluirá ante la falta de su líder y con el que habrá que contar durante muchos años. Ese es sin duda el éxito postrero de Hugo Chávez.
Sus herederos (Nicolás Maduro en primer término pero sin olvidar a Diosdado Cabello) tiene ahora el reto de mantenerlo unido y sin fisuras pues en caso contrario y sin el carisma de Chávez el fin del chavismo en el poder estaría mucho más cerca.
Por su lado, en esta hora amarga vuelve a recordar al Simón Bolívar en su hora más amarga de 1830: “nunca olvidaré o mejor dicho, recuerdo en este momento aquella frase de Simón Bolívar, el Padre Bolívar cuando en los últimos días de su batalla física en este mundo, le decía a Urdaneta, al general Urdaneta “Yo no tengo patria a la cual seguir haciendo el sacrificio…” ¿ve? Y lo echaron y lo vilipendiaron y lo vejaron “Mis enemigos me quitaron la Patria…” dijo, hoy ¡ah! Gracias a Dios, Padre Bolívar, cuán distinta es la situación para todos nosotros hombres y mujeres”.
Y como acto muy simbólico también, Chávez le transfirió el sábado a Nicolás Maduro la espada del Libertador: “Nicolás allá está la Espada de Bolívar, a ver si la pueden traer ¿eh? La Espada de Bolívar, la espada del Perú, la que le dieron a Bolívar en el Perú 1824, bueno, delante de esa espada juramos ¿eh? Delante de esa espada juramos, delante de esta bandera juramos, delante de Dios, delante de nuestro Pueblo”.
Tomado de INFOLATAM
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