La preocupación sobre las dimensiones y el sentido privatista de la nueva Ley Semillas sigue resonando a lo largo del país. De la mano del Movimiento Nacional Campesino Indígena la campaña de concientización y visibilización ya tiene alcance nacional. En Rosario, un conjunto de organizaciones desarrollaron una Clase Pública frente a la facultad de Ciencias Médicas. Allí, docentes, investigadores y público en general debatieron sobre los riesgos de la nueva Ley, el avance de las transnacionales sobre nuestros recursos, conocimientos y soberanía alimentaria. Y recordaron un dato sobresaliente: Medicina es la única de las 12 facultades de la UNR que se pronunció formalmente contra el actual modelo extractivista y agroindustrial.
La persecución, hostigamiento y asesinatos a campesinos que luchan por la defensa de sus tierras y de la agricultura familiar está estrechamente ligado con el modelo de expansión de la frontera agroindustrial. Se estima que en nuestro país actualmente hay más de 20 millones de hectáreas sembradas con soja transgénica. El Plan Estratégico Agroalimentario (PEA), impulsado por el Ministerio de Agricultura de la Nación propone aumentar un 60 por ciento la producción granaria para 2020. O sea, la profundización de este modelo. El desalojo de comunidades y, con ellas, de las formas tradicionales de producción, de la cadena ancestral de intercambio y sucesión de saberes.
Desde 1990 el Movimiento Campesino de Santiago del Estero –entre otras organizaciones que también lo hacen en otros puntos del país- viene denunciando los sistemáticos atropellos que padecen cientos de familias campesinas e indígenas de esa provincia, tras el avance de grupos parapoliciales que operan para las empresas transnacionales de los agronegocios, en connivencia con los gobiernos de turno, que en general “dejan hacer” como si no tuvieran responsabilidad en asegurar la integridad de toda la población. (1)
En el marco de esta voraz expansión se encuentra el intento de sancionar una nueva Ley de Semillas, cuyo texto está siendo trabajado hermética y silenciosamente “entre sectores del agronegocio, de las empresas transnacionales, el Ministro de Agricultura y otros funcionarios”, según vienen alertando desde hace dos meses decenas de organizaciones y movimientos campesinos nucleados en el Movimiento Nacional Campesino Indígena/ CLOC - Vía Campesina.
Tal como describiéramos en la primera parte de este informe, a través del nuevo articulado la política nacional de semillas seguirá subordinada a las exigencias de las empresas transnacionales, lo que pone más en riesgo nuestra biodiversidad, soberanía alimentaria y el derecho a la alimentación. Según nos actualiza Carlos Vicente, responsable de comunicación de GRAIN para América Latina y miembro del Foro de la Tierra y la Alimentación, “desde el gobierno Nacional hay silencio, lo que significa que por lo menos no están avanzando”.
Lo cual no quiere decir que el proyecto se haya frenado, por eso la campaña de concientización y visibilización sobre este tema vital, sigue expandiéndose. Hasta el momento se recolectaron más de tres mil firmas, buscando llegar a las diez mil (ver y adherir); y al documento “10 motivos para luchar contra el proyecto de ley que pretende privatizar las semillas en la Argentina”, se le sumó la posición del Foro Nacional de Agricultura Familiar (FONAF). (2)
Clase pública Del 16 de octubre al 20 de noviembre en Rosario y localidades del ex cordón industrial un amplio conjunto de organizaciones sociales (3) realizaron acciones públicas contra la nueva Ley de Semillas, por la soberanía alimentaria y popular, campaña que incluyó la realización de radios abiertas, de intervenciones artísticas, la difusión de información sobre el modelo agroindustrial y charlas debate.
En este marco, el 14 de noviembre en las escalinatas de la facultad de Ciencias Médicas llevaron adelante una interesante Clase Pública, en la que participaron Claudia Gotta (Docente de Historia de la UNR y miembro de Escuela de Educación Ambiental “Chico Mendes”); Armando Cassinera (Ing Agrónomo. Trabajador del Conicet y miembro de La Asamblea Granadero Baigorria), e integrantes del FEI (Frente de Estudiantes Independientes, de la facultad de Medicina).
Biopiratería “Los pueblos originarios 1000 años antes de la llamada era cristiana tuvieron otra relación con el espacio, conocieron las formas de multiplicar e hibridar las plantas elaborando un complejo saber que además les permitió conservar las semillas que hicieron posible la reproducción de la vida material de cada una de sus comunidades”, expresó Claudia Gotta, docente de Historia de la UNR, al comienzo de su exposición.
“Todos sabemos que desde hace ya más de 500 años estos pueblos, sus territorios y sus cuerpos comenzaron a ser avasallados por una forma de imperialismo, de colonialismo que fue mutando de protagonistas y que fue cada vez más voraz y obsceno en ese accionar. Desde la segunda mitad del siglo XIX con la conformación del Estado Argentino, ningún Estado dio respuesta a la protección de estos pueblos, por lo tanto son responsables y protagonistas de ese ultraje”. En su análisis, Gotta hizo referencia a la continuidad de la invasión y el colonialismo como políticas del presente, sobre los territorios, los cuerpos, las memorias y los saberes de nuestros pueblos.
“La imposición de un sistema productivo que se ha vuelto hegemónico, con la complicidad de los de adentro con los de afuera, implica la preponderancia de un latifundio genético, sojero, que avasalla el modo de existir y de permanecer en las tierras de los campesinos y de los pequeños productores de nuestros campos; y en definitiva, termina con la soberanía alimentaria de todo el pueblo argentino”, expresó la docente sin titubeos, logrando llamar la atención de varias personas que pasaban y se quedaron a escuchar.
Con claridad y contundencia, Claudia Gotta invitó a los presentes a recorrer la historia desde la valoración y el reconocimiento, el respeto a la diversidad y la multiplicidad de conocimientos, paridos al calor de procesos históricos. “La nueva ley de semillas es una muestra más de la entrega del capital material y cultural del pueblo y de su soberanía alimentaria. Los invasores de los tiempos actuales han mutado sus ropajes, son biopiratas. La biopiratería de hoy es una de las expresiones más clara del ultraje que están sufriendo estos territorios. En esa mutación de ropajes intentan convencernos que tenemos un papel garante en el marco del sistema mundial como productores de alimentos. Ese parece ser el gran leit motiv de la biopiratería actual”, analizó.
“Esta nueva ley intenta poner un marco legal a este accionar que se viene llevando a cabo a través de los agronegocios. No es más que un robo, porque además que se llevan lo que nunca les perteneció, simulan comprar esta información, y en ese simulacro las unidades académicas Universitarias tienen mucho para decir, nosotros sabemos a quienes pertenecen esos saberes ancestrales. Esos saberes que de ningún modo pueden tener un solo dueño porque son producto de una elaboración colectiva y ancestral, no hay a quien comprárselo”, señaló entre medio de aplausos y de la escucha de un público atento.
Columna vertebral La Clase continuó con la exposición de Armando Cassinera, Ingeniero Agrónomo e investigador del Conicet, quien se propuso mostrar la columna vertebral de la crisis alimentaria, ambiental, energética y de agotamiento de recursos en el mundo: el desarrollo del sistema capitalista.
Cassinera ofreció datos sobre el actual estado de irreversibilidad del planeta. Cifras de la desproporción, de las abismales desigualdades entre países del primer mundo y “en desarrollo”. Números de un sistema violento, que hablan de millones de muertes por desnutrición, de la falta de acceso al agua potable y a servicios básicos, en contraste con el derroche irracional de los países “desarrollados”. Cifras de la obscena irresponsabilidad de los países más industrializados. En este sentido, cabe recordar que EEUU nunca adhirió al Protocolo de Kioto sobre cambio climático (vigente desde 2005), instrumento internacional mediante el que se busca reducir las emisiones de los gases responsables del efecto de invernadero.
“¿Cuál es la relación de la agricultura con los gases de efecto invernadero? Las informaciones oficiales le atribuyen a la agricultura industrial un 15% de la producción de gases de efecto invernadero. Esos cálculos dejan de lado entre el 18 y 20% producido por la deforestación. El 90% de la deforestación se produce para introducir la agricultura agroindustrial. Sumado a esto, un 20% de los gases son producidos por el transporte, el procesamiento, el empacado, la refrigeración y la venta en supermercados”, detalló el profesional, desglosando los números de una realidad preocupante.
“Desde los años 60 la producción de alimentos se triplicó y la población mundial se duplicó. Es decir que hay alimentos suficientes para toda la humanidad. El problema es porqué no llegan esos alimentos. Los seres humanos consumimos menos de la mitad de los granos que se producen, el resto se destina a la alimentación de ganado o a la producción de agrocombustibles. Lo que queda afuera del discurso oficial sobre la crisis alimentaria son las razones políticas, las más importantes”, agregó, en el marco de un detallado panorama de las políticas mundiales que llevaron a que los países en desarrollo eliminen las protecciones a sus productos, dejen de producir alimentos y abran las puertas a los agronegocios internacionales.
Posición tomada “Así como de estas facultades salen profesionales que apoyan este modelo económico, también hay voces críticas que nos dicen porqué debemos decirle no a la nueva ley de semillas, no a los agronegocios, no a los transgénicos, no a este modelo de producción, de concentración de la tierra y de las riquezas”, sostuvo Sol Morell, referente de la agrupación Semillas de rebelión, dándole un marco político a la actividad.
A su vez, desde el Frente de Estudiantes Independientes (FEI) recordaron un dato sobresaliente: la facultad de Ciencias Médicas es la única de las doce facultades de la Universidad Nacional de Rosario que se pronunció formalmente contra el actual modelo extractivista y agroindustrial. Lo hizo en marzo de este año a través de una Resolución -que logró el voto unánime de sus veinte consejeros superiores-, que cuestiona el modelo extractivo, la megaminería y el modelo agropecuario. (4)
También recordaron que ésta es la única facultad del país que cuenta con la cátedra “Salud Socioambiental”, una materia electiva que apela a la deconstrucción del pensamiento hegemónico a partir de una mirada integral, diversa y compleja.
2- Documento del Foro Nacional de Agricultura Familiar (FONAF)
3- Organizaciones activas en Rosario: Semillas de Rebelión, Escuela de Educación Ambiental Chico Mendes, Socialismo Libertario en la COMPA, Llamamiento por la Unidad (ATTAC, Casa de la Memoria, Unión de Militantes por el Socialismo, Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social, Movimiento Amplio de Izquierda), Cátedra Libre de Ecología Popular (UNR – Área Salud).
4- Más información sobre la Resolución de la facultad de Medicina de Rosario.
Las semillas agrícolas son la base de la soberanía de los pueblos. Su libre intercambio y circulación garantiza la reproducción de la diversidad y de la vida. ¿Qué pasa cuando este patrimonio colectivo de los pueblos queda en manos de empresas transnacionales?; ¿Qué pasa con el derecho a la alimentación? Por estos días la preocupación se extiende por todo el país en el marco de la hermética discusión sobre una nueva Ley de Semillas que profundizaría más aún su control corporativo. enREDando consultó al especialista Carlos Vicente, de la organización GRAIN, quien nos ayuda a encontrar claridad sobre un tema vital y complejo.
“La naturaleza es pródiga. Despilfarra una abundancia admirable para asegurar la continuidad de la especie (…) Ella no ejerce control de calidad sobre cada una de sus semillas. En el ciclo de la vida, la que no germina servirá de alimento para otras especies. Por eso el despilfarro no significa desperdicio. La generosidad es tanta que no hay como concentrar todo en pocas manos. Diariamente se constata: una gran producción sin reparto causa hambre. El monopolio es antinatural”, observa con lucidez el brasilero Werner Fuchs.
Sin dudas los ciclos de la naturaleza, múltiples y perfectos, garantizan la reproducción de la vida y lejos están de las lógicas capitalistas de acumulación. Las comunidades originarias y pueblos campesinos del mundo consideran a la semilla como sagrada, como alimento que nutre, que da vida, por eso es considerada patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad. Privatizarla significa mercantilizar la vida, cercenar la capacidad de los pueblos de decidir sobre la producción y el consumo de los alimentos.
Por estos días, el Ministerio de Agricultura junto a las Cámaras Semilleras y sectores del agronegocio se encuentran discutiendo un nuevo texto para la Ley de Semillas, según los borradores que se conocen y por las declaraciones públicas de algunos funcionarios, puede interpretarse que a través del nuevo articulado la política nacional de semillas seguirá subordinada a las exigencias de las empresas transnacionales. La discusión de la Ley hasta el momento se presenta como una decisión hermética entre el gobierno nacional y las multinacionales, y es casi nulo el margen de discusión y de incidencia que tienen las organizaciones y movimientos campesinos, que serían los principales afectados por estas reformas.
“Lo central del anteproyecto de Ley es que avanza en la privatización de las semillas y potencialmente de toda nuestra biodiversidad. Es importante remarcar que las organizaciones que encaramos esta campaña nos oponemos a todos los derechos de propiedad intelectual sobre formas de vida, y por lo tanto, cuestionamos también la ley de semillas del año 73. Pero este anteproyecto aumenta el control corporativo sobre las semillas, prohíbe un derecho fundamental como lo es guardar semilla y permite un sistema de policía privado para sostener el control por parte de las corporaciones del monopolio sobre las semillas”, nos explica Carlos Vicente, responsable de comunicación de GRAIN para América Latina y miembro del Foro de la Tierra y la Alimentación, en diálogo con enREDando.
“La Ley se encuentra en discusión en el ámbito del Comisión Nacional de Semillas (CONASE) dentro del Ministerio de Agricultura y están tratando de llegar a un acuerdo con las Cámaras Semilleras y los grandes productores. A partir del anuncio público del Ministro Yahuar, la Federación Agraria Argentina se ha retirado de la mesa de negociación y, aparentemente, las negociaciones están estancadas. Pero no hay que olvidar que el Ministro expresó con claridad el deseo del Gobierno de presentar el Proyecto al Parlamento antes de fin de año”, agrega Carlos con preocupación.
¿Qué significa política y ambientalmente monoplizar nuestras semillas? “Significa tener el control de nuestro sistema alimentario desde la base misma de la agricultura que son las semillas. Así pueden decidir claramente qué podemos comer y cuanto tendremos que pagar para hacerlo. Por supuesto que este control desde la base se extiende a toda la cadena y está siendo implementado de manera agresiva por el agronegocio con el consentimiento y la complicidad de los gobiernos”, señala Carlos.
En distintas geografías del país el reclamo es común: la defensa de la vida, el repudio al voraz avance del agronegocio y a la connivencia política. “Por ahora no se ha abierto ninguna instancia de consulta, las solicitudes que hemos hecho algunas organizaciones para acceder a un borrador del anteproyecto no han tenido ninguna respuesta”, agrega Vicente.
Desde el 16 de octubre, Día de la Soberanía Alimentaria, en Rosario se vienen realizando acciones públicas de denuncia y concientización de la mano de un conjunto de organizaciones sociales, culturales y políticas que luchan contra el modelo de explotación y saqueo, comercialmente llamado agronegocio. “Llamamos a rechazar este proyecto de ley diseñado por la multinacional Monsanto y el Gobierno Nacional, que fomenta la privatización de la vida y del conocimiento, profundiza el control monopólico de la cadena alimentaria, restringiendo, aún más, la capacidad del pueblo de decidir sobre la producción y el consumo de los alimentos”, expresó el colectivo de organizaciones en un comunicado. Semillas verde dólar Detrás de cada semilla hay gran cantidad de información, de conocimientos y saberes ancestrales. Su libre uso e intercambio es un tema vital para la humanidad que los poderes manejan a puertas cerradas. Quien tiene el dominio de las semillas, domina nada menos que la vida y la alimentación de los pueblos. La circulación e intercambio de semillas ha estado entre las prácticas más importantes de la agricultura tradicional pero se ha ido perdiendo con la industrialización de los procesos y el monopolio por parte de las transnacionales.
En nuestro país, el proceso de industrialización de la agricultura de profundizó en la década del 90 con la imposición del monocultivo, el desplazamiento del cultivo de especies locales por especies para exportación, la creación de variedades “mejoradas” e híbridas y el control de las semillas a través de los derechos de propiedad intelectual.
“Durante los años 90 el agronegocio se consolidó como modelo dominante en Argentina de la mano de la llegada de los transgénicos y su avance arrollador hasta llegar a las más de 20 millones de hectáreas de soja transgénica que están sembrándose en este momento. Para hacerlo fue necesaria la complicidad del menemismo que de la mano del entonces Subsercretario de Agricultura Felipe Solá creó las condiciones pseudo legales para posibilitarlo", detalla Carlos.
En ese marco enumera la creación de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), que abre las puertas para aprobar los transgénicos sin ninguna investigación independiente (1991); la reglamentación de la Ley de Semillas del 73 para incrementar los derechos de propiedad intelectual sobre las semillas (1991); la aprobación por resolución ministerial "en 81 días" de la soja transgénica de Monsanto resistente al glifosato a través de un expediente de 146 páginas presentado en inglés, en el año 1996. "A este panorama hay que sumarle la modificación de la Ley de Patentes, del año 94, que abrió las puertas para el patentamiento de los eventos biotecnológicos. Lamentablemente el nuevo desembarco de Monsanto en Argentina de los últimos meses tiene características muy similares al de aquellos días”, detalla Vicente cada uno de los pasos perfectamente planificados y ejecutados dentro de esta estructura de poder al servicio del dios dinero.
¿De qué se habla cuando se dice "régimen de propiedad intelectual de las semillas"? Cómo afecta esto a la agricultura campesina y familiar?
- Las formas de propiedad intelectual sobre las semillas que se han instrumentado durante los últimos 50 años han sido dos: los derechos de obtentor regulados por la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) y las patentes. Lo que se está tratando de implementar con la modificación de la Ley de Semillas es la aplicación de la norma de UPOV 91 que avanza hacia un sistema muy similar al de las patentes. Este régimen tiene múltiples impactos sobre la agricultura familiar y campesina: impone semillas provistas por el mercado corporativo, exige la compra de semillas cada año incrementando los costos de producción, ilegaliza y erosiona el uso y conocimiento de las semillas nativas y criollas, permite la apropiación de las mismas por las corporaciones y pone a los agricultores en manos de Monsanto y las demás corporaciones del agronegocio al poder estas llegar a controlar las semillas y la producción en cualquier predio para garantizar que no estén usando "sus semillas".
La nueva planta de producción de semillas de Monsanto, la introducción de una nueva soja transgénica y la ley de semillas, podrían encuadrarse dentro del avance de las multinacionales sobre nuestros recursos: ¿Qué hacer desde el pueblo y las organizaciones para frenarlo?
- Las resistencias que han surgido y se han fortalecido durante los últimos años demuestran que nuestra sociedad está reaccionando y poniendo freno al avance corporativo: la lucha contra las fumigaciones, el repudio a la planta de Monsanto en Malvinas Argentinas y el rechazo a este intento de modificar la Ley de Semillas son una muestra clara de ello. Por supuesto que existen alternativas, la Soberanía Alimentaria y las Semillas como patrimonio de los Pueblos al servicio de la humanidad que propone la Vía Campesina y el Movimiento Nacional Campesino Indígena son un camino que hoy es abrazado por millones de personas en el campo y la ciudad. Para que estas propuestas se conviertan en políticas públicas tendremos que recorrer un largo camino. ¡Pero las semillas ya están sembradas y no podrán ser privatizadas!
Bueno, en primer lugar, querida Matilda, deberías sacar del medio al 7D, porque una cosa no tiene nada que ver con la otra.
Decir que el 7D es una cortina de humo para "distraer" es una falacia total.
Porque democratizar de una buena vez los Medios es fundamental para seguir avanzando contra las demás Corporaciones.
Si esta Ley es realmente un robo, acá tienen la oportunidad para manifestarse y marchar todos los días con las banderas del FIT.
Sería muchísimo más digno que marchar atrás de Moyano y sus secuaces, como lo vienen haciendo hasta ahora (espero que no adhieran al 19D).
Aparte de repartir panfletos en las calles y recolectar firmas, algo más que podrían hacer es llegar a la Casa Rosada y dejarle una carta a la Presidenta sobre este tema. Es decir : que cada activista (por su cuenta) escriba su propia carta y se la entregue a Cristina. Cada uno recibirá una respuesta de la Presidencia por correo.
Avisale a Altamira y al Chipi Castillo. y deciles que la idea te la dió un progretrucho.
Y vos? vos que vas a hacer? Frente a Monsanto, a la Barrick y demás socios de este gobierno democrático?
Vos seguís con tu obsecuencia a prueba de sapos?
Y sí, se necesita una ley de medios que democratice de verdad el acceso a la información, y sí, los de Clarín son un monopolio mafioso, pero no es todo lo que se necesita, y haciendo olas con una ley que solo pasa de mano en mano nuestro derecho a la información, se tapan otras realidades de este gobierno capitalista de cabo a rabo.
Ya sabés lo que podés hacer con el resto de tus chicanitas?
Por qué te preocupó el pic nic del PO? Fué más gente que a la plaza de la Cámpora?
La verdad yo estaba invitada pero no fuí porque tuvimos un plenario el sábado del PTS y estaba cansada de tanta festichola, obvio que a la plaza tampoco fuí porque no me gusta un festejo con gente deprimida.
Qué gran video ! .... y lo que más me gusta es la bajada del retrato del genocida que ahora hasta gentecita de la "izquierda inmanente "quisiera ver de nuevo en esa gloriosa pared , al hacerle el juego a lo más podrido de Argentina .-
Como a unos perros. Así atropelló ayer el gendarme Walter Cardozo a Ricardo Coyipé, su esposa Celestina Jara y su nieta Natalia Lila Coyipe, de once meses, quienes iban en una moto en una ruta en la provincia de Formosa. Celestina murió en el acto. La beba falleció hoy al mediodía. “Recién estamos llegando del cementerio, enterramos al cuerpo de mi esposa –dice a plazademayo.com Ricardo Coyipé–. Y me acaba de llamar la doctora para darme otra noticia: falleció la niñita. Falleció la beba que tiene un año nomás”. Ricardo Coyipé y su familia viven en la Comunidad Qom La Primavera. Coyipé se encuentra imputado por la justicia por los incidentes ocurridos en 2010, cuando la policía provincial mató a dos miembros de la comunidad qom que cortaban la ruta en reclamo por sus derechos.
Ricardo Coyipé y Celestina Jara, foto de noviembre de 2012
“Fue a propósito –asegura Coyipé–. Nos arrastró como 100 metros la moto. Mi esposa murió al instante, le había destrozado el espinazo, las costillas. Tiró a la nenita para arriba y volvió a caer sobre el vidrio del auto. El vidrio le cortó la cabeza. Yo estaba tendido en el suelo y procuré levantarme. El tipo abrió su puerta y pensé que me iba a auxiliar. Pero llegó y me dio una trompada y me pateó en el estómago, en la espalda. Se encimó la familia que venía con él, todos son canas”.
“Los indígenas mismos lo detuvieron al asesino –explica Félix Díaz, cacique de la Comunidad La Primavera–. Después se congregó la comunidad en la ruta, porque no querían que se llevaran el cuerpo sin garantías. Siempre que muere un qom en la ruta después lo llevan y les sacan los órganos. Ricardo quería enterrar a su esposa entera”. Los accidentes en las rutas se han cobrado muchas víctimas qom y muchas veces se los consignó como atentados. Hace unos meses el mismo Félix Díaz sufrió la embestida de una camioneta, pero pudo esquivarla antes de que lo atropellara. Al día siguiente del asesinato en la ruta del qom Roberto López, el dirigente Mario López murió tras ser atropellado por un policía. El dirigente qom del Chaco Mártires López también murió en un dudoso accidente. “Nos matan así porque lo pueden hacer pasar como accidentes”, afirma Díaz.
Que yo sepa fue un acto para todos los argentinos y no solo para los k, pero estos siempre confunden partido con Estado y quisieron hacer una "Marcha sobre Buenos Aires".
Charly García Y Fito Paez tienen muchos seguidores y muchos fueron seguramente para escucharlos gratis, de hecho, si yo hubiera vivido en Buenos Aires, probablemente hubiera ido.