El cineasta critica a la prensa estatal y a la independiente, y las acusa de mentir.
El cineasta Eduardo del Llano criticó en su blog a la prensa oficial y a la independiente y las acusó de mentir. "Cuba sigue escapándose a los esfuerzos por describirla. Y es que dos mentiras a medias no hacen una verdad", dijo.
No obstante, reconoció la necesidad de una prensa "opositora" en la Isla.
"La necesitamos libre y legal. Insisto, no es lujo, sino necesidad. Resultaría beneficioso incluso para los oficialistas, que se esforzarían más, escribirían mejor", opinó.
Del Llano se quejó de que, pese a llamados del propio Raúl Castro a una de transformación de la prensa oficial, los cubanos sigan informándose "por otras vías" de lo que sucede en la Isla.
"De acuerdo (…) mentes abiertas no se consiguen por decreto, pero ya es hora de que notáramos algo, ¿no? Uno se sigue enterando de lo que pasa por otras vías, y qué curioso, se trata más o menos del mismo tipo de sucesos a que nuestra prensa siempre dio esquinazo: prosperidad externa, disturbios internos (…), asesinatos, robos, corrupción, ideas y actividades de los opositores (y represión consecuente), etc", dijo.
La falta de respuesta de los periodistas oficialistas a las peticiones de "una prensa más abierta, menos doctrinaria" es "secuela de la intolerancia, por tantos años", consideró Del Llano, quien sin embargo ha reaccionado con duras ofensas a críticas como la publicada en DIARIO DE CUBA por el escritor y bloguero Orlando Luis Pardo Lazo sobre su película Vinci.
"Aun ahora se hace trinchera del criterio de una verdad buena para todos", afirmó.
A juicio del cineasta, no puede haber "ciudadanos modernos bajo una prensa unificadora. No puede existir una prensa diferente si la gente sigue viviendo del mismo modo. No se puede escribir sobre temas realmente medulares si las relaciones de poder, los mecanismos de control y la vulnerabilidad del individuo permanecen prácticamente intactos".
En cuanto a la prensa independiente, Del Llano dijo que peca "del mismo problema en el espejo: ve negro cuanto aquellos (los oficialistas) postulan blanco".
"Su filosofía parece ser 'qué rico que a esta gente le salgan mal las cosas'; dicho de otro modo, 'lo bueno de esto es lo malo que se está poniendo'", añadió.
"En el fondo, apuestan a la misma arma que los medios oficiales: la dificultad para confrontar lo que se dice con otras fuentes verificables", dijo.
"Como ocurre bajo los colores oficiales, en las noticias y análisis independientes que me llegan a menudo hay desde ensayos razonados que merecen estudio hasta alegatos en pro de lo indefendible, pataletas y tonterías", consideró Del Llano.
"Improvisados y rabiosos suelen enfocar un montón de problemas como el resultado exclusivo de la represión comunista; odiarían reconocer que la policía espía y reprime en todas partes, que dondequiera hay control en los medios sobre lo vulgar, lo inapropiado, obsceno (…), que los malabares de la retórica oficial para no admitir públicamente el brote y extensión de determinadas enfermedades constituyen estrategia recurrente en todas partes del mundo (…) Lo mismo si hay una erupción volcánica o un tiburón en la playa: que no cunda el pánico, o será peor", indicó.
Aseguró que no cree que "desterrar el reguetón de los circuitos de distribución solucione nada".
"El reguetón no es causa sino consecuencia, pero suponer que se trata de un nuevo repunte de prohibiciones similares a las que sufrimos en los años sesenta y setenta es ridículo", afirmó.
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