La televisión estatal interrumpió la transmisión del programa para mostrar una conferencia de prensa en Caracas en la que el presidente venezolano Hugo Chávez reveló que su cáncer había regresado. Enfrentando su cuarta operación en 18 meses, Chávez nombró al vicepresidente Nicolás Maduro como su sucesor.
La noticia sacudió no solamente a los venezolanos, sino a los millones de cubanos que dependen de Venezuela para petróleo subsidiado y préstamos baratos, entre otras cosas. Venezuela suministra aproximadamente la mitad de la demanda energética de Cuba, lo que implica que la economía de la isla sufriría un duro golpe y probablemente caería en recesión si un gobierno venezolano post-Chávez la obligara a pagar precios de mercado por su petróleo.
A pesar del asombro por los problemas de salud de Chávez, el tema probablemente no es sorpresa para el gobierno cubano, y no solamente porque Chávez ha estado recibiendo atención médica en la isla.
La Habana aprendió importantes lecciones acerca de los peligros de sobredependencia en 1991 cuando el colapso de la Unión Soviética lanzó a Cuba a una profunda crisis. Tratando de evitar consecuencias similares, el gobierno cubano ha estado tratando de ampliar su círculo de socios comerciales, echando la mirada hacia a Asia, Europa y otras naciones latinoamericanas, y hoy en día es solamente la mitad de dependiente en Caracas de lo que era con la Unión Soviética.
Cuba también ha estado tratando de diversificar su economía al permitir una mayor actividad del sector privado, estimulando la agricultura independiente y cooperativa, y decentralizando su industria azucarera. En teoría, si la economía cubana se fortalece, habrá más divisas para pagar por combustibles u otras importaciones.
Cuba además está comenzando a experimentar con colectivos independientes no agrarios que deberán ser más eficientes que las compañías estatales. Y el próximo año va a comenzar otro programa piloto para empresas estatales descentralizadas que van a ser autorizadas a administrarse por sí mismas y controlar la mayoría de sus ingresos.
“Podría dar muy buenos resultados”, dijo un economista cubano que habló a condición de preservar el anonimato, porque no estaba autorizado a hablar con la prensa extranjera. Cuba “está pensando también en potenciar la inversión extranjera en ramas de la economía nacional, incluso en áreas restringidas como la industria azucarera”.
Uno de los principales objetivos del país es volverse menos dependiente de un solo benefactor.
Bajo el gobierno de Chávez, quien considera a Fidel Castro su padre ideológico y quien ha imitado algunas políticas de la isla, Venezuela ha enviado miles de millones de dólares al año a Cuba a través de ayuda petrolera y comercio, abasteciendo la mitad de la energía del país a precios subsidiados.
El comercio de Cuba con Venezuela fue de un poco más de 8.000 millones de dólares el año pasado, gran parte de ello en importaciones a Cuba de petróleo y sus derivados. A cambio, Cuba provee a Venezuela médicos, docentes, científicos y otros profesionales. Observadores consideran esos servicios sobrevaluados – fijados por Cuba en hasta 200.000 dólares anuales por médico – mientras que el subsidio venezolano a Cuba es estimado entre 2.000 millones y 4.000 millones de dólares.