Robo de cerebros vs robo de vida, editorial 245
Jueves, 08 de Noviembre de 2012 14:26
Escrito por Primavera Digital
Se vuelve un lugar común hablar del robo de cerebros que los países desarrollados del primer mundo practican con la mayor impunidad y la peor mala leche contra los países en vías de desarrollo.
Sucede que las personas portadores de los cerebros robados en el mejor interés del resto de sus vísceras, deciden en muchos casos trasladarse, -cerebro incluido- a espacios del Primer Mundo en que el complejo personal en cuestión puede desarrollarse en mejores condiciones.
Los países desarrollados son acusados de robar cerebros al Tercer Mundo, pero ¿qué sucede cuando dictadores ladrones, populistas y revolucionarios se roban la vida y las aspiraciones de más de una generación? ¿Qué hacer con los dictadores más enriquecidos de los países más pobres de la tierra? ¿Qué pasa cuando una banda parásita acumula riquezas robadas a su pueblo que esconde en los entresijos de los sistemas bancarios internacionales?
Cuando se da el caso de gobiernos totalitarios que condenan a su población a las mayores miserias, sacrificios y privaciones y se ve como la élite privilegiada por estos gobiernos vive la dulce vida, la mejor opción es ponerlo todo
-cerebro incluido- fuera del alcance de tales depredadores de vida empoderados.
Alguien con mucho buen humor ha dicho que a los políticos de izquierda, esos que se califican a sí mismos como revolucionarios y en realidad lo son, les encanta el dinero, aunque no tanto trabajar. Esto es lamentablemente cierto. Solo hay que ver como han mejorado las finanzas del humilde líder sindical brasilero Luiz Inácio Lula da Silva Lula, con la "miel del poder". Si ya no lo es, poco le falta para ser millonario. ¡Miren eso! Hasta se convirtió en el enlace de confianza entre empresarios de Brasil y personeros de la dictadura cubana. Entonces, mejoró.
En el caso cubano, tan local y tan poco relevante en la arena internacional, sucede algo muy parecido. La élite político militar que ejerce la feroz dictadura militar totalitaria que padecemos, vive como potentada en los mejores lugares y maneja muy lucrativos y millonarios negocios en Europa, Estados Unidos y América Latina. Los delfines de esta gerontocracia viven el mejor de los mundos posibles en los países en que se han asentado. Los que tienen, se llevaron sus cerebros, junto con todo lo demás, dinerito incluido.
La pregunta crucial es, ¿quién paga por la vida robada durante cinco décadas a las generaciones de cubanos que han sufrido el exceso y la crueldad de la banda verdeolivo? ¿Quién se hace responsable de la vida que nos robaron?
Lo más novedoso es que mientras millones perdían los mejores años de su vida construyendo el socialismo, un grupúsculo dispone de millones enmascarados de una u otra forma en paraísos fiscales. Se trata de un hipotético y conveniente robo de cerebros frente a un cruel y descarnado robo de vida.