Aquí están y son un chingo
Son rebeldes. Nadie los ha comprado. No están divididos. Su vocero lo sigue siendo. Y ahí vienen.
GLORIA MUÑOZ RAMÍREZ
De qué callada manera
DESINFORMÉMONOS
Chiapas, México. El breve comunicado firmado por el Subcomandante Marcos a nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y la masiva, ordenada y silenciosa ocupación pacífica de cinco cabeceras municipales chiapanecas signaron la reaparición pública de los zapatistas.
Al menos 40 mil bases de apoyo de los cinco Caracoles zapatistas llegaron a San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Altamirano, Palenque y Las Margaritas y repitieron la misma dinámica: entrar en completo orden, llevar el puño en alto mientras pasaban por una tarima instalada en el centro de cada localidad y luego retirarse, todo en un completo silencio. Horas más tarde, se publicó el comunicado anunciado desde noviembre en la página web de Enlace Zapatista: “A quien corresponda. ¿Escucharon? Es el sonido de su mundo derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo. El día que fue el día, era noche. Y noche será el día que será el día”.
Los símbolos son muchos, pues eligieron el último día del ciclo maya, el que para muchos tendría que ser “el fin del mundo” y para otros el inicio de una nueva era, el cambio de piel, la renovación. Durante estos 19 años el recorrido de la lucha zapatista ha estado lleno de simbolismos y profecías, y esta ocasión no tendría que ser la excepción.
La más grande movilización zapatista desde el 1 de enero de 1994 es la primera toma de postura frente al nuevo gobierno, encabezado por el priista Enrique Peña Nieto. El hecho captó la atención de los simpatizantes de los rebeldes y se volvió trending topic en twitter; en las redes sociales circularon profusamente fotografías, videos y mensajes.
El desfile de decenas de miles de zapatistas con sus tradicionales paliacates y pasamontañas, su fuerza, disciplina, orden y cohesión, así como la mayoritaria presencia de jóvenes –que serían niños o no habían nacido aún el 1 de enero de 1994- silenciaron de tajo rumores e infundios sobre divisiones, debilidad, aislamiento y muerte.
En una marcha silenciosa, hablan mejor las imágenes. A continuación, presentamos una serie de videos recogidos de diferentes páginas.
En San Cristóbal de las Casas, más de 20 mil tzotziles provenientes del Caracol de Oventik aguardaron bajo la lluvia y desbordaron el primer cuadro de la ciudad.
En Palenque, las bases de apoyo del EZLN desfilaron por el centro de la población, repitiendo el gesto del puño en alto
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Los zapatistas agrupados en el Caracol de La Garrucha marcharon por miles en Ocosingo, donde en 1994 el ejército masacró a civiles y milicianos zapatistas.
Los habitantes y turistas se vieron sorprendidos por la movilización.
Publicado el 24 de diciembre de 2012