Unos 100.000 euros al día es lo que tendrá que pagar
Silvio Berlusconi a su ex mujer, Verónica Lario, según la setencia de
divorcio "no consensual" que se ha hecho pública este viernes. Al ex
primer ministro va a parar el domicilio conyugal, la mansión de Villa Belvedere en Macherio,
cerca de Milán, un inmueble valorado en unos 78 millones de euros
aproximadamente que Verónica había abandonado en septiembre de 2010.
Tras tres años de proceso judicial, la ex pareja ha llegado a un
acuerdo económico que parecía imposible hace tan sólo un año. Entonces,
Berlusconi se comprometía a pasar 300.000 euros al mes
a su segunda esposa y el usufructo de la casa conyugal, de unos 120.000
metros cuadrados. Sin embargo, tras salir a la luz el escándalo por las fiestas bunga-bunga del ex primer ministro, los abogados de Lario presentaron ante el Tribunal de Milán una demanda en la que solicitaban tres millones de euros mensuales, unos 36 millones al año.
Termina así una guerra judicial que comenzó oficialmente en mayo de
2009 cuando Lario, madre de tres de los cinco hijos de Berlusconi,
escribía una carta a la agencia de noticias italiana Ansa en la que declaraba publicamente que su marido estaba "enfermo".
"No puedo estar con un hombre que frecuenta menores de edad", dijo
entonces. "Mis hijos y yo somos víctimas y no cómplices de esta
situación".
La gota que colmó el vaso fueron las fotos de la fiesta de cumpleaños en Nápoles de una jovencísima Noemí Letizia,
a la que el por entonces primer ministro italiano había acudido en
calidad de amigo íntimo de napolitana. No era la primera vez que Lario
se encontraba en una situación parecida. Ya en el pasado había exigido las disculpas públicas de su marido después de que éste le tirara los tejos a la por entonces ministra de Igualdad y ex velina, Mara Carfagna.
El resto de la familia
Según la prensa italiana, la principal preocupación de Verónica Lario
es proteger a sus hijos de un reparto injusto de la herencia del
político y empresario. Berlusconi tiene cinco hijos.
Los dos mayores, Marina y Piersilvio, fruto de su primer matrimonio con
Carla Dell'Oglio, ocupan puestos de responsabilidad en las empresas de
Il Cavaliere. La primera es presidenta del grupo editorial Mondadori y
de Fininvest, el holding empresarial de la familia, y el segundo es
vicepresidente ejecutivo del grupo Mediaset.
Con Verónica Lario tuvo otros tres vástagos: Bárbara, Eleonora y Pier Luigi. La más conocida para los medios de comunicación es la mayor, Bárbara.
Tras licenciarse en Filosofía, en la actualidad ocupa un puesto de
responsabilidad dentro del club de fútbol propiedad del padre, el Milan,
y mantiene una relación sentimental con uno de sus jugadores, Alexander
Pato. Además, siempre se ha caracterizado por no morderse la lengua y
dar la cara en favor de su madre, lo que le ha traído no pocos problemas
con su hermanastra Marina.