Justo en el mismo día en el que el portavoz del PNV en el Parlamento
vasco y presidente del GBB, amén de gran muñidor en Vitoria, Joseba
Egibar -del ala dura jeltzale-, señalaba que el Gobierno vasco debe ser
«un agente activo en el final de ETA» ante la «inacción» del Gobierno de
Mariano Rajoy, se conocían nuevas revelaciones sobre la enésima prueba
de que Venezuela se ha convertido en el último santuario de los
asesinos.
Yes que días después de que un periódico de tirada nacional revelara
que un empresario español que se encontraba de vacaciones en el país
sudamericano había visto a finales de diciembre a José Ignacio de Juana
Chaos en una urbanización de lujo, dando cuenta de ello a la Interpol
-ya que está en busca y captura-, ayer se supo que el sanguinario
asesino lleva desde junio cómodamente instalado allí con su pareja y,
previsiblemente, teniendo como vecinos a otros ilustres criminales que
han visto cómo el Ejecutivo del maltrecho Hugo Chávez se burla de España
arropándolos, e incluso dándoles la nacionalidad y hasta altos cargos,
como es el caso de Arturo Cubillas, que cobra hasta cuatro veces más que
compañeros del mismo rango.
Todo parece indicar que el etarra, huido de la Justicia desde 2008 tras
poner en jaque dos años antes a todo el sistema con una huelga de
hambre que vendió por todo el mundo, accedió a la nación con
documentación falsa, lo que, en casos parecidos, ha supuesto la
expulsión del país caribeño de miembros de la banda terrorista.
Sin embargo, hasta el momento no se tienen noticias de que las
autoridades venezolanas hayan iniciado algún tipo de operación para
tratar de localizar al antiguo responsable del comando Madrid. Esta
célula perpetró algunos de los atentados más sanguinarios, entre ellos
el coche bomba contra un autobús de la Guardia Civil en la Plaza de la
República Dominicana, que costó la vida a 12 agentes. Hasta 25
asesinatos se le cargan a sus espaldas y más de 3.000 años de prisión a
una persona que celebró con champán en la prisión que estaba los
atentados del 11-M en la capital de España.
Se cree que De Juana podría encontrarse en alguna localidad de la zona
de Cumaná, en el estado de Sucre, en la que tradicionalmente se han
escondido varios etarras, entre ellos Miguel Ángel Aldana, Askatu, un
peligroso pistolero con numerosos asesinatos a sus espaldas. Además, en
esta parte de Venezuela los terroristas montaron en su día negocios
relacionados con la pesca, y llegaron a suministrar productos del mar a
importantes redes de centros comerciales.
Lo que parece claro es que el etarra, que vive con su mujer -mucho más
joven que él y que se enamoró de él tras numerosas cartas enviadas a
prisión- y que, al parecer, está embarazada, se mueve por esta zona de
Venezuela. La Euskal Etxea (Casa Vasca) de Puerto de la Cruz- Barcelona
(Anzoategui), se encuentra precisamente en Lechería -donde se le vio- y
ha sido punto de reunión de los etarras residentes en la zona. Lo que
resulta difícil de explicar es que se moviera sin ser visto desde
Irlanda, donde fue localizado por última vez.