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General: MENTIRAS SOBRE STALIN : MILLONES DE MUERTOS
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 13/01/2013 15:01 |
Mentiras sobre Stalin: “Millones de muertos: De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”
-I-
13-01-2011
Con esto damos inicio a una serie de opiniones, respecto a la historia de los supuestos millones de presos y muertos en los campos de trabajo y los muertos por el hambre en la Unión Soviética, en los tiempos de Stalin. Se trata de; “Millones de muertos: De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”.
En el mundo en que vivimos, ¿quién escapa de las terribles historias de muertes y supuestos asesinatos en los gulag, campos de trabajos de la URSS durante el histórico periodo de la era de Stalin? ¿Quién logra, seguimos preguntando, escapar de las historias de millones de muertos por el hambre y de los millones de opositores ejecutados en la Unión Soviética en los tiempos de Stalin?
En el mundo capitalista se repiten infinitamente estas historias en los libros, en los periódicos, en las radios, la televisión, en el cine; y el mito de decenas de millones de victimas que el socialismo habría causado, han crecido ilimitadamente en los últimos 50 años.
Pero en realidad, ¿de dónde provienen estas historias y cifras? ¿Quiénes están detrás de todo esto? Y otra pregunta, ¿qué hay de verdad en estas historias? Por ejemplo: ¿cuál es la información existente en los archivos de la ex URSS, que anteriormente eran secretos, y que fueron abiertos en el 1989 por Gorbachov?
Según los mitómanos, todas esas historias de millones de muertos en la Unión Soviética de Stalin, se confirmarían el día en que los archivos fuesen abiertos. No obstante, una vez que se produjo el hecho ¿cuáles fueron los resultados? ¿Fueron confirmados tales mitos?
En el artículo a continuación mostraremos, de dónde vienen y quiénes están detrás de estas historias de millones de muertos en campos de concentración por el hambre, en la Unión Soviética de José Stalin.
El autor del texto, después de haber estudiado el resultado de las investigaciones
efectuadas en los archivos de la URSS, nos informa, con cifras concretas, sobre el verdadero numero de presos, años de prisión y verdadero numero de muertos y condenado a muertes en la Unión Soviética. ¡La realidad es bien diferente a los mitos!
Sorprendentemente, hay una línea recta, a través de la historia, que va de Hitler y Hearst a Conquest y a Solzjenitsyn.
En 1933 la situación política en Alemania sufrió transformaciones, las cuales han dejado huellas en la historia mundial.
El 30 de Enero de aquel año, Hitler fue nombrado canciller y una nueva forma de gobernar comienza a delinearse con violencia y sin respeto por las leyes. (Cualquier semejanza con nuestro perdulario régimen de Leonel Antonio Reyna es pura coincidencia).
Para consolidar el poder, los nazis convocaron a nuevas elecciones para el día 5 de marzo, utilizando toda la propaganda a su alcance para asegurar un resultado victorioso a su favor.
El 27 de Febrero, una semana antes de las elecciones, los nazis incendiaron el Parlamento, acusando a los comunistas de ser los autores del delito. El partido Comunista de Alemania fue prohibido y muchos militantes comunistas fueron arrestados.
En las elecciones, los nazis obtuvieron 17.3 millones de votos y 288 diputados con un 48% del electorado. En Noviembre de 1932 habían obtenido 11.7millones de votos y 196 diputados.
Después de ilegalizar a los comunistas, los nazis comenzaron a perseguir a los socialdemócratas y al movimiento sindical. Los primeros campos de concentración abiertos, llenándose con hombres y mujeres de izquierda. Mientras tanto, continuaba aumentando el poder de Hitler en el Parlamento con el apoyo de la derecha.
El día 24 de marzo, Hitler logra la promulgación de una ley en el Parlamento, que le confirió poderes absolutos para gobernar Alemania durante 4 años sin necesidad de consulta parlamentaria.
A partir de ese momento comenzaron las persecuciones abiertas a los judíos, enviándolos a los campos de concentración, en donde ya se encontraban comunistas y socialdemócratas de izquierda.
Hitler continúo la carrera por el poder total rompiendo con todos los acuerdos internacionales de 1918, que imponían restricciones armamentistas e impedían la militarización de Alemania.
El rearmamento de Alemania se aceleró. Esta era la situación política internacional cuando empezó el mito de los millones de muertos en la Unión Soviética y, desde entonces, no paró de desarrollarse dicho mito.
Ucrania declarada espacio vital de Alemania por Hitler
Junto a Hitler, en el gobierno alemán se encontraba Jossef Goebbels, ministro de propaganda y máximo responsable de inculcar en el pueblo alemán el sueño del nazismo: Un pueblo de raza pura viviendo en la gran Alemania y un país con un gran espacio vital por delante, del que sólo le faltaba la voluntad y la fuerza para disponer a su antojo del mismo. Una parte de este espacio -un territorio mucho mayor que Alemania- sería conquistado en el Este e incorporado a la nación de Alemania.
En el 1925 en el libro “Mein Kampf” (mi lucha) Hitler había señalado ya que la Ucrania era parte del territorio alemán. Ucrania u otras regiones del Este de Europa pertenecerían a la nación alemana para ser utilizada en forma “correcta”.
Según la propaganda nazi la espada alemana liberaría esas tierras para luego ¡undir el arado alemán!
Con las técnicas y las empresas, Alemania transformaría a Ucrania en una tierra productora de cereales para aquel país. Pero primero, los alemanes tenían que liberar a Ucrania de los “seres humanos inferiores” que allí habitaban, los cuales -según la propaganda nazi- serían utilizados como fuerzas de trabajo esclava en los hogares, en las fábricas, en la agricultura y en todos los lugares donde la economía alemana lo necesitase.
La conquista de Ucrania y otras regiones de la Unión Soviética, implicaba necesariamente la guerra en contra de la URSS, y era necesario prepararla a largo plazo. Para estos efectos, el ministerio de propaganda nazi, dirigido como hemos dicho por Goebbels, inició en el 1934 una campaña de supuestos genocidios hechos por los bolcheviques en Ucrania. Esta se trataba de una terrible catástrofe de hambre que había sido provocada por Stalin para someter y obligar a los campesinos a aceptar una política socialista. el objetivo de la campaña nazi era la de preparar a la opinión publica mundial para, lo que ellos llamaban, la liberación de Ucrania por las tropas alemanas.
A pesar de grandes esfuerzos y que los textos de la propaganda alemana fueron publicados en la prensa inglesa, la campaña nazi sobre el “genocidio” en Ucrania, por parte de los comunistas de Stalin, no fue un gran suceso a nivel mundial. Era evidente que Hitler y Goebbles necesitaban ayuda para respaldar las calumnias sobre la Unión Soviética. ¡La ayuda, para sorpresas de muchos radioyentes, la encontraron, nada menos y nada más, que en los Estados Unidos de Norteamérica! Continuaremos mañana sin falta.
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Mentiras sobre Stalin: “Millones de muertos: De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”
-II-
14-01-2011
Continuamos con la historia de los supuesto millones de presos y muerto en los campos de trabajo y los muertos por el hambre, en la Unión Soviética en los tiempos de Stalin.
Hoy damos lectura sobre:
William Hearst, un amigo intimo de Hitler.
William Randholph Hearst era un multimillonario norteamericano que ayudo a los nazis en la guerra psicológica contra la URSS. Hearst era un redactor norteamericano conocido como “el padre” de la prensa amarilla y sensacionalista de dicho país.
William Hearst comenzó la carrera de redactor en 1885 cuando su padre, George Hearst (millonario de la industria minera, senador y redactor), le regalo la dirección del periódico San Francisco Daily Examiner. Así comenzó también el imperio periodístico de Hearst que, de una manera definitiva, dejaría huellas profundas en la vida diaria y en los conceptos de los norteamericanos.
Después de la muerte de su padre, William Hearst vendió todas las acciones de la industria minera que heredó y comenzó a invertir el capital en los medios de comunicación. La primera compra que hizo fue el New york Morning Journal, un periódico de tipo tradicional que Hearst transformó totalmente en un diario sensacionalista y amarillo.
Las noticias eran compradas a cualquier preció y cuando no había crueldades o crímenes violentos para contar, los periodista y fotógrafos debían de “arreglar” el asunto y justamente esta es una de las característica de la “prensa amarilla”, escribir mentiras y crueldades arregladas como verdades.
Las mentiras de Hearst lo hicieron multimillonario y una de las personas más importante del mundo del periodismo, siendo en el año 1935 uno de los hombre más ricos del mundo, con una fortuna avaluada en 200 millones de dólares.
Después de la compra del Morning Journal, Heart continúo comprando y fundando periódicos y semanarios por todos los EE. UU.
En la década de los año cuarenta, William Hearst era propietario de 25 periódicos, 24 semanarios y 12 emisoras de radio; 2 agencias de noticias, un servicio informativo para el cine, la empresa cinematográfica Cosmopolitan y mucho más. En 1948 compro una de las primeras estaciones de televisión de los EEUU, la WBAL-TV, en Baltimore. La prensa de Hearst vendía ¡13 millones de ejemplares! y tenía cerca de ¡40 millones de lectores al día! ¡Casi un tercio de la población adulta de USA leía diariamente la prensa amarilla de Hearst! Y aun mas, millones de personas en el mundo recibían la información de la prensa de Hearst a través de las agencias de noticias, películas y una serie de revistas que eran traducidas y editadas en grandes cantidades por todo el mundo.
Las cifras anteriormente mencionadas muestran muy bien, de qué manera el imperio de Hearst influenció la vida política norteamericana y la vida política del mundo entero durante muchos años. Entre otras cosas por ejemplo: en contra de la participación de EE. UU. al lado de la Unión Soviética en la Segunda Guerra mundial; y las campañas anti-comunitas de McCarthy, en la década de los años cincuenta.
Las ideas de William Hearst eran extremadamente conservadoras, ultra nacionalista, y sobre todo anti-comunistas. Su política era una política de extrema derecha.
En 1934 hizo un viaje a Alemania donde fue recibido por el mismo Hitler en persona, como invitado y amigo.
Después de este viaje, los periódicos de Hearst se volvieron aun más reaccionarios y siempre con artículos en contra del socialismo, en contra de la Unión Soviética y muy especialmente en contra de José Stalin.
Hearst intento también utilizar abiertamente sus periódicos para hacer propaganda nazi, a través de una serie de artículos del mismo Herman Goering, la mano derecha de Hitler. Pero producto de las protestas de muchos lectores, fue obligado a suspender la publicación y retiró, obligatoriamente, los artículos de Goering.
Después de visitar a Hitler, los periódicos sensacionalistas de Hearst salían llenos de “revelaciones” sobre acontecimientos terribles en la Unión Soviética. Claro que se trataba de invenciones. Asesinatos, genocidios, trabajo esclavo, lujo de los gobernantes y muerte para el pueblo eran a diario las grandes “noticias” de los periódicos y noticiarios de William Hearst. El material era entregado a Hearst por la Gestapo, la policía política de la Alemania nazi (a la que perteneció el mismo Joseph Ratzinger, actual papa Benedicto XVI, de la Iglesia Católica).
En las primeras páginas de los periódicos había, muchas veces, caricaturas con imágenes falsas de la Unión Soviética, donde Stalin era retratado como un asesino, cuchillo en mano. No debemos olvidar que estos artículos eran leídos por ¡40 millones de personas en los EEUU y millones y millones en otras partes del mundo!
El mito del hambre en Ucrania
Una de las primeras campañas de la prensa de Hearst en contra de la URSS fue: los supuestos millones de muertos, victimas del hambre en Ucrania. La campaña se inicio exactamente el 18 de febrero del año1935, en el periódico Chicago American, con un titular en la primera página que decía: “Seis millones de muertos por el hambre en la Unión Soviética”. Utilizando material llegado directamente desde Alemania nazi, el magnate de la prensa y simpatizante, como militante, del nazismo, William Hearst, comenzó a publicar historias fantásticas: una sobre un genocidio provocado por los bolcheviques con el resultado de millones de muertos por el hambre en Ucrania.
La realidad era bien diferente.
Lo que había sucedido en la Unión Soviética al comienzo de la década de los años treinta era una gran lucha de clases en que los campesinos pobres y sin tierras se levantaron en contra de los grandes terratenientes ricos –los llamados kulakos– e iniciaron la lucha por los colectivos agrícolas, éstos se llamaban los koljozes. Esta gran lucha de clases que envolvió directamente o indirectamente a 120 millones de campesinos, causó inestabilidad en la producción agrícola y en algunas regiones la falta de productos alimenticios. La falta de comida debilitaba a las personas y contribuía a aumentar las victimas de epidemias infecciosas. Este tipo de epidemias era un acontecimiento tristemente común en el mundo entero por aquella época.
Entre 1918 y 1920 una epidemia, conocida como la gripe española, produjo millones de muertos en los EEUU y 20 millones murieron, por la misma causa, en Europa. Pero nadie, absolutamente nadie, acusó a esos gobiernos de matar a sus ciudadanos. El hecho es que los gobiernos nada podían hacer en contra de epidemias de esa naturaleza. Durante la segunda guerra mundial apareció la penicilina y las infecciones pudieron ser combatidas con éxito a fines de la década de los años cuarenta. Los artículos de la prensa de Hearst sobre los millones de muertos por el hambre en Ucrania, que había sido “provocada por los comunistas” según él y Hitler, eran detallados y terribles. La prensa de Hearst utilizó todo a su alcance para hacer de las mentiras una realidad, haciendo que la opinión pública en los países capitalistas se volviese fuertemente en contra de la Unión Soviética. Así se origino el primer mito de los millones de muertos en la URSS de la época de Stalin. Una ola de protestas contra el hambre “provocada por los comunistas” continuó en la prensa occidental y nadie quizo escuchar los desmentidos de la Unión Soviética. ¡Las mentiras de la prensa de Hearst en 1934 tuvieron que esperar hasta 1987 para ser completamente desenmascaradas y echadas al zafacón!
Durante mas de 50 años y basados en estas calumnias, varias generaciones en todo el mundo fueron influenciadas para tener una visión unilateralmente negativa del socialismo y en particular de la URSS y de José Stalin. Continuaremos.
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Mentiras sobre Stalin: “Millones de muertos: De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”
-III-
17-01-2011
Tercera parte de la historia de los supuestos millones de presos y muertos en los campos de trabajo, y los muertos por el hambre en la Unión Soviética en los tiempos de Stalin.
El imperio de Hearst en 1998.
William Hearst murió en el 1951 en su casa de Beverly Hill, en California.
Hearst dejo un imperio de las comunicaciones de masa que aun hoy día continúa repartiendo por el mundo sus mensajes reaccionarios.
La empresa The Hearst Corporation es una de las más grandes del mundo y cuenta con más de 100 compañías, donde trabajan 15,000 personas. El imperio hoy día cuenta con periódicos, revistas, libros, radio, televisión, TV-cable, agencias noticiosas y multimedia.
¡52 años para desenmascarar una mentira!
La campaña de desinformación de los nazis referente a Ucrania, no terminó con la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra mundial. Las mentiras nazis fueron retomadas por la CIA y el M15 británico, y tuvieron siempre garantizado un lugar en la guerra de propaganda en contra de la Unión Soviética.
Las campañas anti-comunistas de McCarty en los EE.UU. después de la Segunda Guerra mundial, también sobrevivieron a costa de “los millones de muertos por el hambre en Ucrania”.
En 1953, fue publicado en los EEUU un libro sobre este tema bajo el titulo “Black deeds of The Kremlin” (los sucesos negro del Kremlin). La publicación fue pagada por refugiados ucranianos en los Estado Unidos. Gente que había colaborado con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y que el gobierno de los Estados Unidos había otorgado asilo político, presentándolos al mundo como demócratas.
Cuando Reagan fue elegido Presidente de los EEUU e inició su campaña anti-comunista en la década de los años 80, se reanudó con la propaganda de los “millones de muertos en Ucrania”.
En 1984, un profesor de la Universidad de Harvard editó un libro con el título: “The human life in Rusia” (“La vida humana en Rusia”) en el cual estaba incluido el material falso de la prensa nazi de Hearst de 1934. Así fueron reeditadas en 1984 las mentiras y falsificaciones nazistas de los años 30, pero ahora con la fachada respetable de una universidad norteamericana.
La historia no termina aquí. En 1986 se publico otro libro sobre el tema con el titulo: “Haverst of sorrow”, escrito por el ex agente de la policía británica Robert Conquest, que es hoy dia profesor de la Universidad de Stanford en California.
Por el “trabajo” con este libro Conquest recibió 80.000 dólares de la Asociación Nacional Ucraniana. Esta misma asociación pagó también una película cinematográfica en el año1986 con el nombre: “The Harvest of Despair” que entre otras cosas utilizó el material de Conquest. A estas alturas, las cifras presentadas en los EEUU acerca de los “muertos por el hambre en Ucrania” eran ¡ya 15 millones! No obstante, el material presentado en la prensa, libros y películas norteamericanas, todo era completamente falso.
El periodista canadiense Douglas Tottle, demostró con rigor esa falsificación en su libro “Fraud, Famine and Fascism; The Ucrainian Genocida Myth From Hitler to Harvard”, editado en Toronto en 1987. Entre otras cosas este autor, demostró que el material fotográfico presentado (fotografías horribles de niños desnutridos), fue sacado de publicaciones del año 1922 cuando millones de personas murieron en la guerra y por el hambre, cuando14 ejércitos extranjeros invadieron la URSS durante la guerra civil, que fue de 1918 a 1921.
Douglas Tottle nos lleva también a las fuentes periodísticas de 1934. Los reportajes sobre el hambre y las reseñas de viajes de los periodistas, nos muestran la mezcla de mentiras publicadas en la prensa de Hearst. El periodista que durante mucho tiempo había enviado reportajes y fotografías de las llamadas zonas de hambre, un cierto Thomas Walker, debe saberse que nunca había estado en Ucrania. El había visitado, apenas durante cinco días, a Moscú.
Este hecho fue revelado por el periodista Louis Fisher, por aquel tiempo corresponsal en Moscú del periódico norteamericano The Nation. Fisher revelo también que el periodista M. Parrott, un verdadero corresponsal en Moscú de la prensa de Hearst, había enviado reportajes que nunca fueron publicados, sobre las cosechas con muy buenos resultados en 1933 en la URRSS de Stalin y sobre una Ucrania soviética en pleno desarrollo.
Tottle nos muestra también, que el periodista que hacia los resultados sobre el hambre para Hearst, el tal Thomas Walker, en realidad se llamaba Robert Green y era un condenado, ¡un fugado de una prisión estatal de colorado! Este Walker, alias Green, precisamente fue capturado, cuando regreso a los EE UU, y confesó ante un tribunal que el jamás había estado en Ucrania. Todas estas mentiras sobre los millones de muertos de hambre en Ucrania en los años treinta “provocada por Stalin” ¡solo vinieron a ser conocidas y comprobadas en 1987!
El nazista Hearst, el agente de la policía Conquest y otros, han engañado a millones de personas con sus mentiras y falsos reportajes. Aun hoy día aparecen las historias del nazista Hearst en libros recién editados por escritores pagados por la extrema derecha norteamericana y de otras partes del mundo.
La prensa de Hearst, con una posición monopolista en muchas ciudades de los EE.UU. y con agencias de noticias en todo el mundo, fue un gran megáfono de la GESTAPO en el mundo entero. En un mundo dominado por el capital monopolista, fue posible a la prensa de Hearst transformar las mentiras de la GESTAPO en verdades en muchos periódicos, estaciones de radio y, más tarde, en la televisión de todo el mundo.
Cuando la GESTAPO desapareció, continuó la guerra sucia de propaganda contra el socialismo en la Unión Soviética, ahora patrocinada por la CIA.
Las campañas anti-comunistas en la prensa norteamericana continuaron al mismo nivel. Negocios como siempre; primero la GESTAPO, después la CIA. Continuará.
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Mentiras sobre Stalin: “Millones de muertos: De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”
-IV-
18-01-2011
Continuando con la historia detallada, de los supuestos millones de presos y muertos en los campos de trabajo y por el hambre en la Unión Soviética en los tiempos de Stalin, queremos continuar con el caso de Robert Conquest, que es la fuente principal de los mitos que comentamos.
Este hombre, ampliamente citado en la prensa burguesa –como un verdadero oráculo para la burguesía- merece aquí una presentación muy concreta y detallada.
Robert Conquest es uno de los autores que más, han escrito sobre los “millones de muertos” en la Unión Soviética. En realidad, el verdadero “padre” de casi todos los mitos y mentiras sobre la Unión de Republicas Socialistas de la época de Stalin, difundidas después de la Segunda Guerra mundial. Conquest es conocido principalmente por sus libros: “El gran terror” del año 1969 y el otro “Harvest of sorrow” (Colección de Amarguras) del año 1986.
Conquest escribe sobre millones de muertos por el hambre en Ucrania y en los campos de trabajo a lo que llamaron (GULAG) y durante los procesos de 1937 al 1938, utilizando como fuentes de información, óigase bien, a los exiliados ucranianos en los EE.UU., pertenecientes todos a los partidos de ultra derecha que colaboraban estrechamente con los nazis en la Segunda Guerra mundial y su guerra de exterminio.
Muchos de los héroes de Conquest son conocidos como criminales de guerra que dirigieron y participaron en los genocidios de los judíos en Ucrania. Uno de ellos es Mykola Lebed, condenado como criminal de guerra después de la Segunda Guerra Mundial. Lebed era jefe de seguridad en Lvov durante la ocupación nazi y cuando se realizaron las terribles persecuciones a los judíos en el año 1942. La CIA llevo a lebed a los EE.UU. en 1949, donde ha trabajado como desinformador.
El estilo en los libros de Conquest es de un anti-comunismo violento y fanático. En el libro de 1969 llamado “El gran terror”, nos dice Conquest, que el número de muertos por el hambre en la URSS, entre los años 1932 y 1933, fue de 5 a 6 millones de personas; la mitad de estas, según él, en Ucrania. Pero durante la campaña anti- comunista de Reagan en 1983, Conquest extendió los años del hambre hasta 1937 y los muertos, óigase bien, los extendió, de golpe y porrazo, a ¡14 millones de muertos por el hambre!
Tales declaraciones le valieron un trabajo bien pagado cuando, en el año 1986, fue escogido por el acérrimo anti- comunista Reagan para escribir el material del libro de la campaña que preparaba al pueblo norteamericano en caso de una posible, según ellos, invasión soviética a los EE.UU. El libro se llama: “¿Qué hacer cuando los rusos vengan? ¡Un manual de supervivencia! Un trabajo extraño para un profesor de historia.
En realidad, esto no es nada extraño para un hombre que toda su perra vida ha vivido a costa de las mentiras e historias inventadas sobre la Unión Soviética y en particular sobre José Stalin. Primero, como agente de la policía y después, como escritor y profesor de la Universidad de Stanford en California.
Es importante conocer quién es en realidad Conquest. El pasado de Conquest fue expuesto en el periódico The Guardian, el 27 de enero de 1978, en un artículo que lo señalaba como un ex agente del departamento de desinformación de la policía secreta inglesa, esto es, el M15.
El departamento de información fue una sección creada en el año1947, teniendo inicialmente el nombre de Información sobre el comunismo. La tarea principal era combatir la influencia de los comunistas en todo el mundo a través de “plantar” adecuadas historias en los terrenos políticos, periodísticos y todos los que influenciaban a la opinión publica.
Las actividades del departamento de desinformación eran muy amplias, tanto en Inglaterra como en todo el mundo. Cuando el departamento de desinformación tuvo que ser formalmente disuelto en el año1977, a causa de los contactos con la extrema derecha, se comprobó que en Inglaterra, más de 100 de los periodistas mas conocidos tenían contacto personal con un agente del departamento de desinformación de Inglaterra, que regularmente proporcionaba a “sus periodistas” abundante material para los artículos que debían escribir. Esto era rutina en los grandes periódicos ingleses, tales como el Finacial Times, Times, Observer, Sunday Times, Telegraph, Economist, Daily Mail, Mirror Express, Guardian y otros.
Los hechos aquí presentados, del periódico The Guardian de enero de 1978, nos dan una indicación cómo la policía política dirige las noticias que llegan al gran público en los países capitalistas y bajo su dominio.
Robert Conquest fue agente, pues, del departamento de desinformación, desde los comienzos de esta sección de la policía secreta y lo fue hasta el año 1956. El “trabajo” de Conquest era escribir las así llamadas “Historias negras” de la URSS, historias falsas, consideradas como hechos verídicos para ser distribuidas a los periodistas y a otras personas con influencia en la opinión publica.
Después que él formalmente dejo el departamento desinformación, continuó escribiendo textos propuestos por el mismo departamento de desinformación, aun cuando ya estaba disuelto y con el respaldo siempre de esa policía.
Su libro “El gran yerror” -libro básico de la derecha- y que trata sobre los supuestos “millones de muertos” durante la lucha partidaria en la Unión Soviética en 1937, es en realidad una recopilación de textos que el escribió durante su vida como agente en el departamento de desinformación de la policía secreta inglesa. El libro fue acabado y publicado con el apoyo precisamente del departamento de desinformación. Un tercio de los libros impresos fueron comprados por la famosa editorial anti-comunista Editorial Praeger, que normalmente es conocida por publicar literatura de origen en la policía política norteamericana, esto es, que tiene como fuente la CIA.
El libro de Conquest ha sido utilizado como obsequios a los llamados “tontos útiles”, para profesores universitarios y gente que trabaja en la prensa, la radio y la televisión, para así garantizar que las mentiras de Conquest y de la extrema derecha sean apoyadas en bastos sectores de la población.
Conquest es aún una de las fuentes más importantes donde los historiadores de la derecha van a buscar material sobre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, lo que da una medida de su credibilidad.
Otro personaje del mismo talante que Conquest, es el muy conocido entre nosotros Alexander Solzhenitsyn, que es otra persona que siempre está asociada a los libros y artículos en los periódicos, sobre los supuestos millones de muerto y prisioneros en la URSS y que como tal le vamos a dedicar el próximo espacio. Continuaremos.
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Mentiras sobre Stalin: “Millones de muertos: De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”
-V-
19-01-2011
Como habíamos prometido ayer, hoy abordamos a un personaje muy conocido por todos los latinoamericanos, puesto que forma un binomio matrimonial con la gusana, agente de la CIA y reconocida degenerada en todos los terrenos, Juanita Castro, Empezamos.
Otra persona que siempre es asociada a los libros y artículos en los periódicos sobre los supuestos millones de muertos y prisioneros en la URSS, es el ruso Alexander Solzhenitsyn.
Solzhenitsyn es conocido en el mundo capitalista desde los años 60 por su libro titulado: “El Archipiélago Gulag” y que trata sobre la situación de los presos en los campos de trabajo en la Unión Soviética. El mismo en persona estuvo preso 8 años, condenado por actividades contrarrevolucionarias en 1946, al haber distribuido propaganda en contra del pueblo de la Unión Soviética.
Según Solzhenitsyn, la lucha contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, había sido una lucha innecesaria, y todos los sufrimientos impuestos al pueblo soviético por los nazis pudieron haber sido evitados, si el gobierno soviético hubiese hecho un compromiso de capitulación con Hitler.
Solzhenitsyn acusaba también al gobierno soviético y a Stalin en particular, por los terribles resultados de la guerra para el pueblo de la URSS, diciendo que estos eran peores que Hitler. Solzhenitsyn no escondía sus simpatías por los nazis y fue condenado efectivamente, como se merecía, como traidor.
Solzhenitsyn comenzó en 1962 a publicar libros en la URSS con el consentimiento y el padrinazgo de Nikita Kruschev, súper renegado revisionista, siendo el primer libro publicado bajo estas condiciones, el llamado: “Un día en la vida de Iván Devisovtjs” y que se trataba sobre la vida de un preso.
Kruschev, el renegado revisionista, utilizaba los textos de Solzhenitsyn para combatir fieramente la herencia socialista de Stalin. Solzhenitsyn ganó en 1970 el premio Nóbel de literatura por su libro “El Archipiélago Gulag”; y sus libros comenzaron así a ser publicados en los países capitalista en grandes cantidades, convirtiéndose el autor, en uno de los instrumentos más importantes del imperialismo en el combate al socialismo y a la Unión Soviética, claramente en maridaje con los renegados revisionistas, convertidos en los nuevos zares del social imperialismo soviético.
Este episodio nos recuerda perfectamente lo ocurrido recientemente con dos contrarrevolucionarios empedernidos y recalcitrantes, como son el chino Miu Shiago y otro, el terrible contrarrevolucionario y mercenario soez y vulgar, Mario Vargas Llosa. Los textos de Solzhenitsyn sobre los campos de trabajo, junto a la otra propaganda sobre los supuestos millones de muertos en la URSS, fueron utilizados como verdades en los medios de comunicación capitalistas. En 1974, Solzhenitsyn renunció formalmente a la ciudadanía soviética y emigro primero a Suiza y más tarde viajó a los EE.UU. A estas alturas, era considerado en la prensa capitalista como el más grande luchador por la libertad y la democracia, cuando en realidad era un rufián de siete suelas con alma de criminal de lesa humanidad. Sus simpatías nazistas fueron enterradas para no perturbar la guerra de propaganda contra el socialismo.
En los EE.UU., Solzhenitsyn fue invitados muchas veces para intervenir en reuniones importantes. Por ejemplo: como orador principal en el congreso de los sindicatos de la AFL-CIO en 1975, y el 15 de julio del mismo año fue invitado para hacer un discurso sobre la situación mundial, óigase bien, nada más que en ¡en el senado de los Estados Unidos de Norteamérica!
Los discursos de Solzhenitsyn eran de una agitación violenta y provocadora, argumentando y haciendo propaganda a las ideas más recalcitrantemente reaccionarias. Entre otras cosas, se manifestó por nuevos ataques en contra de Vietnam, después de la victoria de Vietnam sobre los EE.UU. Además, después de 40 años de fascismo en Portugal, cuando los oficiales democráticos del ejercito tomaron el Poder en la revolución popular de 1974, Solzhenitsyn comenzó a hacer propaganda para que se efectuara una intervención militar por parte de los EE.UU. en Portugal, diciendo que ¡éste pasaría a ser miembro del pacto de Varsovia si los EE.UU. no intervenían cuanto antes y sin miramiento alguno!
En sus discursos, Solzhenitsyn lamentaba siempre la liberación de las colonias portuguesas en África. Pero está claro, que lo principal en los discursos de Solzhenitsyn era siempre la guerra sucia contra el socialismo. Después de supuestas ejecuciones de millones y millones de personas en la URSS, hasta las supuestas decenas de millares de norteamericanos presos y esclavizados que existían en el Vietnam del norte.
Esta idea de Solzhenitsyn acerca de los norteamericanos utilizados como esclavos en Vietnam del Norte, dio origen a películas nefastas y verdaderamente desechos de basura, como Rambo, sobre la guerra del Vietnam.
Los periodistas norteamericanos que se habían atrevido a escribir sobre la paz entre los EE.UU. y la Unión Soviética, eran señalados por Solzhenitsyn de manera desvergonzada, como traidores potenciales a los Estados Unidos. Solzhenitsyn hacia también propaganda por un aumento sin límites de la capacidad militar de Estados Unidos, diciendo que la URSS era más poderosa en “tanques y aviones de 5 a 7 veces” y en armas atómicas, que “en breve serian 2, 3 y hasta 5 veces más potentes que las de los EE.UU.”
Los discursos de Solzhenitsyn en los EEUU eran la voz de la extrema derecha norteamericana, pero él iba aun más lejos, en apoyo abierto al fascismo y al neofachismo en todo el mundo. Continuaremos.
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Mentiras sobre Stalin: “Millones de muertos: De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”
-VI-
20-01-2011
Es importante destacar, que las correrías al servicio del imperialismo y del fascismo de Solzjenitsyn, no terminaron en donde lo dejamos ayer.
Después de la muerte de Franco en el año 1975, el régimen fascista español comenzó a perder el control de la situación política y, al comienzo de 1976, los acontecimientos en España tomaron un carácter tal, que cautivaron la atención de la opinión pública mundial.
Huelgas y manifestaciones exigían democracia y libertad. El heredero de Franco, el actual rey Juan Carlos, fue obligado a iniciar una liberalización muy cautelosa para calmar la agitación social.
En ese momento, importante para la vida política española, aparece Alexander Solzhenitsyn en Madrid y es entrevistado en el programa “Directísimo”, el sábado 20 de Marzo por la noche, en el mejor horario televisivo (donde concurren los periódicos ABC y YA del 21 de marzo de 1976).
Solzhenitsyn, que previamente había recibido las preguntas, aprovechó la oportunidad para hacer todo tipo de declaraciones ultrareacionarias. La intención suya no fue de dar un amplio apoyo a la llamada liberalización del Rey, sino todo lo contrario.
¡Solzhenitsyn prevenía a las personas contra las reformas democráticas!
En su intervención en la TV declaro que: “110 millones de rusos murieron víctimas del socialismo”, y comparó, óigase bien, “la esclavitud a que estaban supuestamente sometidos los soviéticos, con las libertades que se disfrutaban en España”.
Solzhenitsyn acusó también de utópicos a los círculos progresistas, porque consideraban a España como una dictadura. Es decir, que según el anti stalinista furioso y agente de la CIA, Solzhenitsyn, Franco no había instaurado una dictadura en España. Los progresistas, eran toda la oposición democrática, desde liberales hasta socialdemócratas y comunistas.
Solzhenitsyn decía: “En el otoño pasado la opinión publica mundial estaba preocupada por la suerte que corrían los terroristas españoles. (se refería a los cinco anti-fascistas condenados a muerte y ejecutados por el régimen de Franco. Nota del autor MS). Cada vez más la opinión pública progresista exige reformas políticas inmediatas; no obstante al mismo tiempo apoya los actos terroristas”… Así hablaba Solzhenitsyn, y continuaba diciendo “Los que quieren reformas democráticas rápidas: ¿saben acaso lo que sucederá mañana y pasado mañana? España podrá tener democracia mañana, ¿pero pasado mañana? ¿se puede evitar caer en el totalitarismo después de la democracia? Eso es peligroso”
Ante las cautelosas preguntas de los periodistas, de si acaso esas, sus declaraciones, no podían ser vistas como un apoyo a los regimenes en donde no existía la libertad, Solzhenitsyn, descaradamente respondió: “Conozco solamente un lugar en donde no hay libertad, y ese lugar es Rusia”.
Como se ve, las declaraciones de Alexander Solzhenitsyn en la TV española, fueron un apoyo directo al fascismo español (una ideología ultra reaccionaria que ese sujeto aún mantiene). Esta es una de las causas por las cuales Solzhenitsyn desapareció cada vez mas de los discursos públicos durante sus 18 años de exilio en los EE.UU., y unos de los motivo por los cuales los gobiernos capitalista fueron muy cautelosos en darle apoyo político total. Los capitalista están muy agradecido por haber podido utilizar a un canalla como Solzhenitsyn en su guerra contra el socialismo. Pero todo tiene sus límites, piensan estos señores. En la nueva Rusia capitalista, el apoyo del mundo occidental a los grupos políticos, es determinado pura y simplemente por las posibilidades que estos representen de hacer negocios con excelentes ganancias. El fascismo como alternativa política para Rusia, no es considerado como una política que estimule los negocios. Por eso es, que el proyecto político de Solzhenitsyn para Rusia, no tiene vigencia en lo que respecta al apoyo del mundo occidental. Lo que Solzhenitsyn quiere como futuro político para Rusia es, simple y llanamente: ¡la vuelta al sistema autoritario de los zares, ligados estos a la iglesia ortodoxa rusa!
Ni siquiera los imperialistas más arrogantes están interesados en respaldar una estupidez semejante. Para respaldar a Solzhenitsyn en el mundo occidental, existe solo la idiotez intelectual propio de la extrema derecha.
Es claro que los actores estelares de la campaña sobre los supuestos “millones y millones de presos en la Unión Soviética” lo componen nazistas, policías y fascistas.
Así tenemos al nazista Hearst, al agente de la policía Conquest y al fascista Alexander Solzhenitsyn en estos menesteres.
Conquest ha tenido el papel principal, siendo sus informaciones utilizadas por los medio de comunicación capitalista en todo el mundo, y formando incluso una escuela dentro de ciertas universidades. El trabajo de Conquest es, sin duda, un trabajo de desinformación policial de primera clase.
En la década del 1970, Conquest otorga una gran ayuda a Solzhenitsyn y a una serie de figuras de segunda categoría, como por ejemplo: al renegado físico Andrei Sakharov y Roy Medvedec. Todos ellos aparecen esporádicamente por todo el mundo como especuladores en muertos y presos, a quienes la prensa burguesa siempre pagó el precio en oro.
Pero, la realidad de los hechos fue por fin presentada y muestra la verdadera cara de todos estos falsificadores de la historia. La orden dada por Miguel Gorbachov de abrir los archivos secretos del Partido Comunista de la Unión Soviética a las investigaciones históricas, tuvo consecuencias que nadie pudo prever. Puesto que estos archivos son la mejor fuente para demostrar toda la mentira que encierran las campañas falaces de los Hearst, Conquest, y Solzhenitsyn. Eso ya lo veremos en la próxima entrega. Continuara.
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Mentiras sobre Stalin: “Millones de muertos: De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”
-VII-
21-01-2011
En esta nueva parte de los supuestos millones de muertos y presos en la Unión Soviética de la época de Stalin, vamos a abordar, entrando en materia, el asunto de las especulaciones sobre los millones de muertos, que era una parte de la guerra sucia de propaganda en contra de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; y es por esto que los desmentidos y esclarecimientos oficiales de los soviéticos nunca fueron tomados en serio y jamás tuvieron espacio en la prensa capitalista. Los desmentidos soviéticos eran motivo de burla, debido a que los llamados “especialistas” no eran más que mercenarios comprados por el capital, y tenían todo el espacio necesario para difundir sus fantasías, puesto que ¡fantasías eran en realidad! Y nada más.
Lo que todos los millones de muertos y prisioneros mencionados por Consquest y otros “críticos” tenían en común, es que son todos productos de aproximaciones y empleando métodos de tipo rudimentarios y caseros.
Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y otros, utilizaban las estadísticas publicada por la Unión de Repúblicas Socialistas, como por ejemplo: los censos nacionales de población, a los que sumaban un supuesto aumento de la población sin tener en cuenta la situación real existente en el país. Así llegaban alegremente a la conclusión de cuántas personas debían de haber en el país al final de ciertos años. Las personas que faltaban a sus cálculos antojadizos eran presentadas entonces como muertos y presos a cuenta del socialismo y por lo tanto de Stalin. Un método simple, pero totalmente falso, como se puede apreciar.
Este tipo de “revelaciones” de acontecimientos políticos tan importantes nunca serían aceptadas si las revelaciones fuesen sobre el mundo occidental capitalista. En este caso, hubiese habido con toda certeza, profesores e historiadores que se alzarían llenos de dignidad y de soberbia, que se alzarían en contra de tales engaños, para defender la justicia y la verdad. Pero, como la que estaba en cuestión era la Unión Soviética, entonces las falsificaciones podían dejarse pasar porque, al fin y al cabo, la consigna jesuita, de que el fin justifica los medios, no tiene nada que ver con los socialistas ni comunistas, sino, precisamente, con los imperialistas.
Uno de los motivos es, ciertamente, que los profesores e historiadores anteponen las posibilidades de avanzar en sus carreras profesionales a su misma honradez profesional.
En cifras: ¿Cuáles fueron al final las conclusiones de los “críticos”?
Según Robert Conquest (en una evaluación hecha en 1961) murieron de hambre 6 millones de personas en la URSS a principios de la década de los años 30. Esta cifra fue aumentada por Conquest, a 14 millones luego en el 1986.
Según Conquest, en lo que respecta a los campos de trabajo (GULAG), estaban allí detenidos 5 millones de prisioneros antes del comienzo de las depuraciones en el partido, en el ejercito y en el Estado (en el año 1937). Después de comenzadas las depuraciones, llegaron más de 7 millones de prisioneros durante 1937 y 1938, siempre de acuerdo a las especulaciones de estos vulgares mercenarios; haciendo un resultado total de ¡12 millones de presos en estos campos de trabajo para el año 1939!
El lector debe tener en claro que los 12 millones de Conquest ¡son solamente presos políticos! Según Conquest, en los GULAG había también delincuentes comunes, los cuales eran una cantidad mayor que los presos políticos.
Esto significa que había entonces de 25 a 30 millones de presos en los campos de trabajo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. También según Conquest, fueron ejecutados entre 1937 y 1939 un total de un millón de presos políticos, mientras que 2 millones se morían de hambre. Según Conquest el resultado final de las depuraciones del 1937 al 1939: ¡fue de 9 millones de presos políticos y 3 millones de muertos!
Estas cifras fueron inmediatamente sometidas a “apreciaciones estadísticas por Conquest, para llegar a la conclusión de que los bolcheviques habían matado, nada menos que a 12 millones de presos políticos, desde el año 1930 al 1953. Sumando estas cifras a los muertos por el hambre en los años 30, Conquest llega a la conclusión antojadiza suya, de que los bolcheviques habían matado 26 millones de personas. En una última apreciación estadística de Conquest: ¡En 1950 habían 12 millones de presos políticos en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas! Barbarazo.
Alexander Solzhenitsyn utilizo más o menos las mismas apreciaciones estadísticas de Conquest, pero esta vez usando los métodos pseudo-científicos con nuevas suposiciones; siempre trabajando con hipótesis, con supuestos, nunca con los hechos de la realidad. Con otras premisas, llega Solzhenitsyn a conclusiones aún más extremas que la de Conquest.
Solzhenitsyn acepta las cifras de Conquest de 6 millones de muertos de hambre de 1932 a 1933. Mientras tanto, con respecto a las depuraciones de 1936 al 1939, Solzhenitsyn considera que murieron un mínimo de ¡un millón por año!
Haciendo un resumen, nos dice que desde las colectivizaciones en la agricultura hasta la muerte de Stalin en 1953, los comunistas habían matado, óigase bien, 66 millones de personas en la Unión Soviética. Además de esto, acusa como culpable al gobierno soviético por la muerte de otros 44 millones de rusos que, según sus afirmaciones, murieron en la segunda guerra mundial.
La conclusión de Solzhenitsyn es, óigase bien, que “110 millones de rusos murieron victimas del socialismo”. En lo que respecta a los presos, Solzhenitsyn nos dice que el número de personas en los campos de trabajo en el año 1953 era, nada menos y nada más, que de ¡25 millones!
No obstante, es sumamente interesante observar como todas estas especulaciones ruedan por el suelo cuando Miguel Gorbachov abre los archivos de la KGB y del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética.
La colección de cifras fantásticas anteriormente presentadas (producto de fantasías muy bien pagadas), han salido en la prensa burguesa desde la década de los años 60; siendo siempre presentadas como hechos verídicos, obtenidos en base a supuestos métodos también científicos. Detrás de estas falsificaciones están las policías políticas occidentales, principalmente la tristemente celebre CIA de los Estados Unidos y el M 15 de Inglaterra. La influencia de los medios de comunicación es tan grande, que hoy las cifras son consideradas como autenticas en grandes sectores de la población de los países occidentales, aun cuando no tienen asidero alguno, empléese el método que quiera emplearse.
Esta situación, lamentablemente, en vez de mejorar ha empeorado. En la propia Unión de Republica Socialista Soviética, donde Solzhenitsyn y otros llamados “críticos”, en realidad saboteadores y espías contra revolucionarios, como es el caso de Andrei Sakharov y Roy Medvedev, no encontraban un respaldo a esas cifras fantásticas. Pero hubo un cambio significativo en el año 1990.
En la llamada nueva “prensa libre”, durante el periodo de Gorbachov, todo lo que se le imputaba al socialismo era presentado como positivo. Esto tuvo consecuencias desastrosas. Una inflación sin igual aumentó la cantidad de muertos y prisioneros durante el socialismo, que ahora se mezclaban con un solo grupo de decenas de millones de víctimas, todos de los comunistas.
La histeria en la nueva “prensa libre” de Gorbachov resalto las mentiras de Conquest y Solzhenitsyn. Al mismo tiempo, fueron abiertos por Gorbachov, los archivos del Comité Central a las investigaciones históricas, lo cual era exigido, precisamente por esa “prensa libre”, pensando que se iba a dar su gran banquete.
La apertura de los archivos del Comité Central del Partido Comunista es, en realidad, la cuestión central de esta historia confusa. Esto por dos razones: por una parte, porque en los archivos se encontraban los datos que podían esclarecer la verdad y por otra parte, aun más importante, porque todos los especuladores en muertos y presos de la Unión Soviética han dicho durante años y años, que el día que los archivos fuesen abiertos, las cifras por ellos presentadas serian confirmadas en el peor de los casos. Todos ellos afirmaron que así sería. Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev, Sakharov y los demás. Pero cuando los archivos fueron abiertos y los estudios de los documentos existentes comenzaron a ser publicados, aconteció algo muy extraño. ¡Ni la prensa libre de Gorbachov ni los especuladores en presos y muertos al por mayor y detalle, estaban interesados en los datos que revelaban los archivos! Qué cosa.
Los resultados de las investigaciones hechas en los archivos del Comité Central por los historiadores rusos Zemskov, Dougin, y Xlevnjuk, y que comenzaron a publicarse en 1990 en revistas científicas, pasaron, otra casualidad, totalmente desapercibidos para occidente y para los traidores revisionistas en el Poder, ya convertidos en flamantes empresarios capitalistas.
Los informes con los resultados de las investigaciones históricas iban en contra de la corriente inflacionaria de muertos y presos en la prensa libre. Estos resultados permanecen desconocidos. Los informes fueron publicados en revistas científicas de poco tiraje, prácticamente desconocidas para el gran público. Por lo tanto, los informes científicos no podían concurrir con la histeria de la prensa, ganando así las mentiras de Conquest y Solzhenitsyn, a quienes entonces apoyaban ciegamente muchos sectores del la población de la Rusia actual.
También en occidente pasaron desapercibidos los informes de los investigadores rusos sobre el sistema correccional durante la época de Stalin; sin noticias en primera plana o reportajes en la televisión. La pregunta que se cae de la mata es ¿Por qué? ¿A causa de qué se produce esta situación?
Continuaremos.
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Mentiras sobre Stalin: “Millones de muertos: De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”
-VIII-
24-01-2011
Hay que dar por descontado que, en lo concerniente a occidente, prácticamente se montó, como es ya costumbre, un complot dirigido a ocultar los resultados de los investigadores rusos sobre el sistema correccional durante la época de Stalin, ocultando noticias de primer plano o reportajes en televisión. De ahí el supremo interés en preguntarse ¿y qué es lo que al fin al cabo dicen los informes de los investigadores rusos?
Estos informes del sistema correccional soviético del periodo de stalin, son expuestos en un trabajo de alrededor de 9,000 páginas, en el que participan varios investigadores, que en conjunto elaboraron dichos informes. Los historiadores más conocidos son los rusos V. M. Zemkov, A. M. Dougin y O.V. Xlevnjuk. Sus trabajos comenzaron a publicarse en Occidente 1990, y concluyeron prácticamente en Rusia en el año 1993.
Los informes de los investigadores llegaron pues a conocimiento de Occidente. Se publicaron, en la revista de Francia L´Histoire (para septiembre de 1993). Por igual se publicaron en los Estado Unidos en la Revista Americana de la Historia. Entre ellos se destacan las publicaciones del profesor de historia de la Universidad Riverside de California, J. Arch Getty; así como de otros pertenecientes al Instituto Francés de Investigaciones. También existen hoy en día libros sobre el tema, escritos por los investigadores arriba mencionados, o bien por otros investigadores de los mismos grupos de investigaciones.
Antes de entrar en el tema, dice el autor, que se inclina a dejar en claro, para que no haya confusiones para el futuro, que ninguno de los científicos que participaron en estos trabajos tienen una visión socialista ni comunista del mundo, muchas veces son bastantes reaccionarios. Esto lo digo para que el lector no pienses que todo esto es producto de una conspiración comunista. lo que sucede es que los investigadores anteriormente mencionados, deshacen completamente las mentiras de Conquest, de Sozhenitsyn, Medvedev y otros, poniendo de hecho, simplemente, la honradez profesional en primer lugar y no dejándose comprar para los efectos de la propaganda imperialista y racionaría.
Tanto la Revista Francesa de la Historia, como la americana de la misma materia, esto es, de la historia, comprenden los temas más importantes a responder en esta discusión.
¿Qué es lo que era el sistema correccional soviético? es la primera pregunta; la segunda es ¿cuál era el número de presos “políticos” reales y delincuentes comunes?; tercera, ¿cuántos muertos hubieron en los campos de trabajo?; cuarta pregunta ¿Cuántos fueron los condenados a muerte hasta el año 1953 y en especial durante las famosas depuraciones de 1937 y 38 en la Rusia de Stalin?; y, por ultimo ¿cuál era generalmente el tiempo de reclusión?
Después de haber respondido a estas 5 preguntas, ponemos en discusión las penas impuestas a los dos grupos más debatidos, cuando se trata de los presos y muertos en la Unión de Repúblicas Socialistas de la época de Stalin; siendo esos grupos, el primero, el de los kulakos, y el otro, el de los condenados en 1930 y los contrarrevolucionario de 1936 al 38.
Contestando la primera pregunta de: qué es lo que era en realidad el sistema correccional político soviético, la respuesta es la siguiente:
Después del año 1930, el sistema correccional soviético contaba con: prisiones, campos y colonias de trabajo de los Gulag, zonas especiales abiertas y pago de multas.
Las personas que eran arrestadas, generalmente eran enviadas a las cárceles comunes, en tanto se hacían las investigaciones que podían demostrar su inocencia, recuperando la libertad; o bien, eran llevadas al tribunal de justicia. En caso de ser pasado al tribunal, el acusado podía ser declarado inocente y quedar en libertad o, en caso de que fuera declarado culpable, podía ser condenado a una pena de multa, de prisión o, en casos exepcionales, a la pena de muerte.
Las multas podían ser un cierto porcentaje del salario durante un cierto tiempo. Los condenados a prisión podían ser enviados a diferente tipo de cárceles, dependiendo del tipo de delito cometido.
A los campos de trabajo Gulag iban los criminales por delitos graves (como homicidios, robos, violaciones, delitos económicos, etc.) y una gran parte de los condenados por actividades contrarrevolucionarias. Otros delincuentes con penas superiores a 3 años podían ser también recluidos en esos campos.
Después de un tiempo en un campo de trabajo, el preso podía ser trasladado a una colonia de trabajo, o bien, a una zona especial abierta.
Los campos de trabajo eran zonas muy extensas donde los condenados vivían y trabajaban bajo gran control.
Trabajar y no ser un peso para la sociedad era otra cosa evidente. Ninguna persona se lo pasaba sin trabajar. Puede ser que alguien hoy en día piense que esto es terrible, pero la realidad es así.
Existían 53 campos de trabajo y 425 colonias de trabajo Gulag, esto es en el año 1940. Estas últimas eran unidades más pequeñas que los campos de trabajo, con un régimen más liberal y con mucho menos control. Allí iban los presos con pena de prisión más cortas. Tantos delincuentes comunes como políticos trabajan en libertad, en las fábricas y en la agricultura, que era una parte de la economía de la sociedad civil. En la mayoría de los casos, el salario de esos trabajos transformaba por entero a los condenados, igualándolos a los otros trabajadores. Continuaremos.
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Mentiras sobre Stalin: “Millones de muertos: De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn”
-IX-
25-01-2011
En la parte anterior respondimos a la primera interrogante, que consiste en, qué es lo que era en realidad el sistema correccional soviético.
Hoy nos proponemos dar una explicación, en base a cifras, de ¿cuál era en verdad el número de presos políticos y de delincuentes comunes, por ejemplo en el año más álgido de la sociedad soviética durante la gestión de José Stalin? Nos referimos al periodo del 37 al 39, que es el periodo de los famosos juicios de Moscú en contra de la conspiración más siniestra que se llevó a cabo, para socavar el régimen soviético desde dentro, labor llevada a cabo por una conspiración internacional, desplegada en primer plano, por los trotskistas, los bujarinistas y los sinovietistas.
Así daremos respuestas a la segunda pregunta, que es ¿Cuál era el número de presos políticos y por delitos comunes existentes en la Unión Soviética en este periodo? Esta pregunta incluye a los presos en los campos y colonias de trabajos Gulag y en las cárceles, aunque teniendo en cuenta que la privación de libertad en las colonias de trabajo era, en la mayoría de los casos de entonces, de una muy reducida duración.
Vamos a partir de las cifras que aporta al respecto, no ningún informe de la Unión Soviética, si no, nada menos y nada más, que la Revista Norteamericana de Historia, cuyas siglas son, de acuerdo al nombre en ingles AHR.
Según Conquest, en el 1939 habían 9 millones de presos políticos en los campos de trabajo y otros 3 millones habían muerto durante el periodo de 1937 al 39, lo que sumaría una cantidad, según la cifra de Conquest, de más de 12 millones de presos políticos en los campos de trabajos y los muertos.
El radioyente que no se olvide que estas cifras se refieren solamente a los presos políticos. No obstante, en la revista de historia norteamericana se dice que, en 1939 habían en todos los campos, colonias y prisiones, cerca de 2 millones de presos en su totalidad, de los cuales, apenas una cuarta parte, esto es 454 mil, eran condenados ya por delitos políticos, y no 9 millones, como afirma Conquest en su propaganda aviesa, y repiten los órganos de propaganda anti-soviética de los Estados Unidos de ese tiempo, que, como hemos dicho, estaban manipulados principalmente por la cadena del anticomunista nazi, Hearst.
Los muertos en los campos de trabajo desde el 37 al 39, fueron cerca de 160,000, y no 3 millones, como afirmó Conquest.
Esto es sumamente importante comprobarlo, y para ello, nosotros les prometemos que para el día de mañana daremos en nuestra página en Internet, el cuadro completo de la tabla que ofrece la revista de la historia norteamericana al respecto, que está muy bien tabulada con la cantidad de presos al 1ro. de enero del 1934 al 1ro. de Enero de 1953; así como en los campos de trabajo o Gulag, la cantidad de contrarrevolucionarios, el porcentaje que esto representa, la cantidad de muertos de estos año por año, y el porcentaje que representan estos muertos; como la cantidad de puestos en libertad año por año, de los escapados cada año, como también el mismo cuadro con respeto a las llamadas colonias de trabajo o Gulag y, finalmente, el total de esas cifras para el 1ro. de enero de cada uno del año siguiente.
No nos ponemos a detallar estas cifras porque evidentemente que sería muy tedioso, y nosotros somos los primeros en reconocerlo, lo cual tendría un resultado contrario si lo contemplamos en la página de Internet o en la página de nuestro periódico, una vez que los hayamos editado. AQUI LO PUBLICAMOS.
(HAGA CLICK EN LA IMAGEN PARA AUMENTAR)
En el año 50 decía Conquest que habían 12 millones de presos políticos. No obstante, la revista norteamericana afirma que la cantidad era apenas de 578 mil por delitos políticos y no 12 millones como afirma Conquest. El lector no debe olvidar que Robert Conquest es un gurú de la propaganda de derecha en contra del comunismo. Para los seudo intelectuales de derecha Conquest es como un dios.
Ahora bien, en lo que respeta a las cifras aportadas por Alexander Solzjenitsyn, que son de 60 millones de muertos en los campo de trabajo, no hay necesidad de comentarlo. Lo ridículo de esta afirmación es mas que evidente y sólo una mente enferma puede afirmar tales fantasías.
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El anterior escrito fué obra del partido comunista da la República dominicana .... publicado en google .- Rubén .- |
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El mito del hambre en Ucrania
Una de las primeras campañas de la prensa de Hearst en contra de la URSS fue: los supuestos millones de muertos, victimas del hambre en Ucrania. La campaña se inicio exactamente el 18 de febrero del año1935, en el periódico Chicago American, con un titular en la primera página que decía: “Seis millones de muertos por el hambre en la Unión Soviética”. Utilizando material llegado directamente desde Alemania nazi, el magnate de la prensa y simpatizante, como militante, del nazismo, William Hearst, comenzó a publicar historias fantásticas: una sobre un genocidio provocado por los bolcheviques con el resultado de millones de muertos por el hambre en Ucrania.
La realidad era bien diferente.
Esto va más allá de un militante del nazismo, el Holodomor fue reconocido y condenado por el gobierno de Ucrania y el de Rusia, que es anti yanqui, además de por la O.N.U.
Holodomor
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Holodomor o Golodomor (en ucraniano: Голодомор, “matar de hambre”), también llamado Genocidio ucraniano u Holocausto ucraniano, es el nombre atribuido a la hambruna provocada por el régimen estalinista, que asoló el territorio de la República Socialista Soviética de Ucrania, durante los años de 1932-1933, en la cual habrían muerto de hambre entre 3 y 10 millones de personas.[1] [2] [3]
Teniendo como referencia la definición jurídica de genocidio[4] [5] y numerosas evidencias,[6] [7] [8] [9] se verificaría la naturaleza genocida del Holodomor al haber fuertes indicios de haber sido una hambruna artificial creada por el régimen soviético,[10] [11] [12] [13] [14] [15] [16] [17] comandado por Iósif Stalin. Si bien otras hambrunas también fueron provocadas en otras regiones de la URSS, el término Holodomor es aplicado específicamente a los sucesos ocurridos en Ucrania.
Hacia marzo de 2008, el parlamento de Ucrania y diecinueve[18] gobiernos de otros países han reconocido las acciones del gobierno soviético como un acto de genocidio. La declaración conjunta de las Naciones Unidas de 2003 ha definido la hambruna como el resultado de políticas y acciones "crueles" del régimen totalitario que causaron la muerte de millones de personas de etnias como la ucraniana, rusa, kazaja y otras. El 23 de octubre de 2008, el Parlamento Europeo adoptó una resolución[19] en la que se reconocía el Holodomor como un crimen contra la humanidad[20] [21] Además de la condena de estos países, el Parlamento Europeo,[22] la Asamblea General de las Naciones Unidas,[23] [24] la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en su Resolución 1481,[25] [26] [27] [28] la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa[29] [30] y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura[31] [32] [33] han expresado su repulsa por los hechos, aunque sin utilizar la expresión genocidio en sus declaraciones. El Parlamento Europeo revocó su denominación de "Genocidio" en el 2010, a petición del propio gobierno ucraniano, que remarcó que fue una tragedia de todos los pueblos soviéticos y no una política deliberada de exterminio de ucranianos.[34] [35]
[editar] Etimología
La palabra Holodomor proviene del ucraniano, y significa hambruna. El término fue utilizado por primera vez por el escritor nacionalista y antisoviético Oleksa Musienko en un reportaje presentado a la Unión de Escritores Ucranianos de Kiev en 1988. Este acontecimiento se conmemora el cuarto sábado del mes de noviembre, tanto en Ucrania y en las comunidades ucranianas de todo el mundo.
[editar] 1929: Gran colectivización y objetivos del «Gran Viraje»
En la década de los 30 del siglo XX, Stalin decidió implantar una nueva política para la URSS, a través de una radical trasformación de sus estructuras económicas y sociales, buscando los siguientes objetivos:
- Establecer un efectivo control político administrativo sobre los campesinos, fortaleciendo el régimen soviético. Ese apoyo sería igualmente garantizado sobre los alimentos por medio de la eliminación de la clase más pudiente de la sociedad rural ucraniana (los Kulaks).
- Una industrialización acelerada de la Unión Soviética teniendo como base las exportaciones de productos agrícolas, sobre todo cereales.
El genocidio
Con el fin de aplastar toda resistencia contra el régimen y ampliar el control sobre los campesinos, las autoridades soviéticas tomaron decisiones y medidas para generar una hambruna generalizada y artificial. Un estudio de 30 resoluciones del Comité Central Ejecutivo del Partido Comunista Bolchevique, y del Comité del Consejo Soviético de la República Socialista Soviética de Ucrania así como de la URSS, publicadas entre 1929 y 1933, describen y analizan las condiciones para el total aniquilamiento físico de la población rural de Ucrania, ya que, según antecedentes, existía suficiente comida en Ucrania para alimentar dos veces a su población.[62]
Stalin ordenó sistemáticamente aumentos en las cuotas de producción de comida, lo que se llevó a cabo hasta el agotamiento de los suministros en los graneros ucranianos. La cosecha de trigo de 1933 se vendió en el mercado mundial a precios por debajo del mercado para agotarla. Se calcula que la cosecha de 1933 podría haber alimentado durante dos años a la población de Ucrania, tradicionalmente llamada "el granero de Europa".[cita requerida]
Los cadáveres yacían en las calles de Járkov.
Siendo crítica la situación, el Partido Comunista de Ucrania solicitó a Stalin la reducción de las cuotas de comida, nuevamente se envió al Ejército Rojo para reprender al PC ucraniano. La policía secreta siguió siempre aterrorizando a la población realizando inspecciones aleatorias y apropiándose de toda la comida encontrada, considerada propiedad del Estado. El castigo por robar variaba, desde la muerte al envío mínimo de 10 años a un Gulag [cita requerida]. Rápidamente se gestó una hambruna masiva y duradera. Durante los peores momentos se calcula que morían unas 25.000 personas cada día en Ucrania.[cita requerida]
Desde los países de Europa occidental y EE. UU. los emigrantes ucranianos respondieron enviando cargamentos de comida. La ayuda fue requisada por las autoridades soviéticas. Los gobiernos y la prensa occidental ignoraron durante mucho tiempo los informes sobre las hambrunas que periódicamente se escapaban al control soviético.
Muchos sectores de comunistas defensores de Stalin señalan que el "Holomodor" como concepto de exterminio perpetrado por Stalin es una creación ficticia de los servicios de inteligencia nazis, comprado como información por el magnate William Randolph Hearst y difundida por Occidente como una verdad, tal y como recoge el libro de Douglas Tottle, "Fraud Famine and Fascism the Ukrainian Genocide Myth" (1987). Se señala a los kulaks (campesinos ricos ucranianos) como responsables de las hambrunas, al quemar cosechas y realizar sabotajes.
[editar] Número de víctimas
La cantidad total de víctimas es desconocida; los historiadores tienen grandes dificultades para esclarecer el número por los siguientes factores:[63] [64] [65] [66] [67]
Estadísticas Soviéticas Desclasificadas[68]
Año |
Nacimientos |
Fallecimientos |
Cambio natural |
1927 |
1184 |
523 |
661 |
1928 |
1139 |
496 |
643 |
1929 |
1081 |
539 |
542 |
1930 |
1023 |
536 |
487 |
1931 |
975 |
515 |
460 |
1932 |
782 |
668 |
114 |
1933 |
471 |
1850 |
-1379 |
1934 |
571 |
483 |
88 |
1935 |
759 |
342 |
417 |
1936 |
895 |
361 |
534 |
- Las restricciones en el acceso a ciertos archivos de la URSS
- La mortalidad directamente imputable a las epidemias del tifus;
- La política de secretismo impuesta por el régimen, al prohibir a los funcionarios de los soviets rurales mencionar el hambre como causa de muerte
- La desorganización de los registros como consecuencia del fallecimiento o de la fuga de funcionarios pertenecientes a las regiones diezmadas
- La circunstancia de que numerosas víctimas fueron enterradas en fosas comunes
- Las migraciones y deportaciones de campesinos a otras repúblicas soviéticas
- La adopción de la nacionalidad rusa por parte de muchos campesinos ucranianos.[69]
A pesar de la existencia estimada que van de 1,5[70] [71] [72] a 10 millones de víctimas ucranianas, los cálculos más recientes de historiadores, sobre la base de fuentes de los archivos soviéticos, indican un número de entre 3 a 3,5 millones de muertes.[73] [74]
Por otra parte, se calcula que de 1,3 a 1,5 millones murieron en Kazajistán (exterminando entre un 33% a 38% de los cosacos), así como centenas de millares en el Cáucaso del Norte y en las regiones de los ríos Don y Volga, donde el área más duramente afectada correspondió al territorio de la República Autónoma Socialista Soviética de los Alemanes del Volga, en total aproximadamente de 5 a 6 millones de víctimas, entre los años 1931 y 1933.[75] [76]
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¿Y para defender a Stalin ponés un cuadro en el que cada año morían en los Gulag la misma cantidad de víctimas que la dictadura militar argentina o más?
Si no fuera trágico, sería gracioso. |
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Es el único cuadro que tengo a la mano y lo traje, puede ser que más adelante consiga otro ... jajajaja ....para que cada quien piense lo que esté con sus ideas ....... Yo ya he repetido infinidad de veces que todo lo que traigo es para leer criticamente ..... y espero que ud gusano lo haga ......sin pensar que todo lo que copio es lo que yo pienso y defiendo ..... |
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Ésto es lo que no quieren ver y reconocer los gusanientos y nuevos fachos al servicio del imperio :
El sistema de sufrimiento que Estados Unidos impone a los pueblos del mundo (1965-2014)
“Ha muerto tanta gente…”
TomDispatch.com
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández |
Pham To tenía un aspecto estupendo para sus 78 años de edad (al menos, esa era la edad que él pensaba que tenía). Su cabello era fino, canoso, y le raleaba en las sienes, pero sus ojos eran vivaces y su físico robusto, todo ello resultaba notable teniendo en cuenta por todo lo que había pasado. Le escuché atentamente, como hice siempre tantas veces ante tantas historias similares, pero lo que me relataba estaba más allá de mi capacidad de comprensión. Es probable que también de la de Vds.
Pham To me dijo que los aviones empezaron sus series de bombardeos en 1965 y que los lanzamientos periódicos de artillería se iniciaron también en esa época. Nadie sabrá nunca cuántos civiles murieron en los años que siguieron. “El número es incalculable”, me dijo un día de primavera de hace pocos años en un pueblo situado en las montañas del centro del Vietnam rural. “Murió tanta gente”.
Y eso sólo fue a peor. Lo que sobrevino a continuación fueron los defoliantes químicos, que arrasaban la tierra. También empezaron a ametrallar a los civiles desde los helicópteros. En 1969, las bombas y la artillería no descansaban ni de día ni de noche. Muchos campesinos huyeron. Algunos se dirigieron hacia las zonas profundas de la montaña, cambiando el terror de una muerte inminente por una lucha diaria de miseria y privación; otros se vieron obligados a dirigirse hacia míseras zonas donde se intentaba reasentar a los refugiados. Los que se quedaban en sus pueblos sufrían aún más cuando aparecían los soldados. Siempre les quemaban las casas. Golpeaban y pateaban a la gente. Disparaban a los hombres cuando corrían presos del miedo. Violaban a las mujeres. Una mañana, los soldados estadounidenses masacraron y liquidaron a veintiuno de sus vecinos. Todo esto representó la Guerra de Vietnam para Pham To, lo mismo que para muchos vietnamitas de las zonas rurales.
Uno, dos… ¿cuántos Vietnam?
Al principio de la Guerra de Iraq, y durante los años que siguieron, expertos, veteranos, políticos y estadounidenses de a pie se preguntaron si la debacle de EEUU en el Sureste Asiático se estaba repitiendo. ¿Habría “ otro Vietnam ”? ¿Se convertiría en otro “ atolladero ”?
Lo mismo puede decirse de Afganistán. Años después del 11-S y como esa guerra también se ha ido a pique, las preguntas sobre el “ Vietnam de Obama ” empezaron a plantearse cada vez con mayor frecuencia. De hecho, en octubre de 2009, una mayoría de estadounidenses había llegado a creer que estaba “ convirtiéndose en otro Vietnam ”.
En aquellos años, incluso “Vietnam” mostraba una sorprendente doble analogía , al menos después de que los generales empezaran a leer y citar textos revisionistas sobre esa guerra. Afirmaban, a pesar de todas las apariencias, que el ejército estadounidense había ganado realmente en Vietnam (antes de que los políticos, los medios y el movimiento antibelicista les arrebataran tal triunfo). Esa misma fórmula de éxito, insistían, podría utilizarse para triunfar de nuevo. Y así fue como sacaron a relucir una solución fallida de aquella fracasada guerra: la contrainsurgencia, o COIN (por sus siglas en inglés), como la panacea militar del desastre inminente.
Las comparaciones objeto de debate entre las dos guerras en curso y la guerra que de alguna forma nunca se fue, llenaron de basura los periódicos, revistas e Internet, hasta que David Petraeus, un alto general COINdinista que había escrito su tesis doctoral sobre las “lecciones” de la Guerra de Vietnam, fue llamado para resolver el asunto poniendo a trabajar esas lecciones a fin de ganar las otras dos guerras. Al final, como cabía esperar, las tropas estadounidenses fueron expulsadas de Iraq mientras que la guerra en Afganistán prosigue su marcha hasta este mismo día, aunque sombríamente estancada y complicada ahora con los ataques de “ verde sobre azul ” o “desde dentro” contra las fuerzas estadounidenses, mientras que el mismo general, que volvió a Washington como director de la CIA para ejecutar guerras clandestinas en Pakistán y Yemen , tuvo que retirarse en desgracia tras un escándalo sexual.
Sin embargo, a pesar de toda la tinta vertida acerca de las “ analogías con Vietnam ”, prácticamente ninguno de los expertos, historiadores, generales, políticos u otros miembros de las clases intelectualoides se refirió nunca a la Guerra de Vietnam de la misma forma en que lo hizo Pham To. Así fue como se las arreglaron para perder el único paralelismo constante entre las tres guerras desencadenadas por EEUU en los tres lugares: el sufrimiento de los civiles.
En cuanto a todas las diferencias, analogías chapuceras y comparaciones tortuosas, ha habido un hilo conductor en las guerras exteriores de Washington del último medio siglo por el que, al menos en años recientes, los estadounidenses no han mostrado ni el menor interés: la miseria de los nacionales locales. El sufrimiento de los civiles es, de hecho, la característica que define en general las guerras modernas , aunque apenas se mencione en las altas esferas del poder o en los medios dominantes .
Un daño incalculable
Pham To fue afortunado. Él y Pham Thang, otra víctima y vecino suyo, me dijeron que de las dos mil personas que vivían en su pueblo antes de la guerra, solo trescientas lograron sobrevivir. Los bombardeos, los ametrallamientos, las masacres, las enfermedades y el hambre estuvieron a punto de exterminar todo su asentamiento. “Había tantas personas hambrientas”, dijo Pham Thang. “Sin comida, muchos murieron. Otros enfermaron y al no disponer de medicamentos ni atención sanitaria, también murieron. Después estaban los bombardeos y los proyectiles, que se llevaron aún más vidas. Todos ellos murieron como consecuencia de la guerra”.
Dejando a un lado a los que perecieron de enfermedades, hambre o falta de atención sanitaria, al menos 3,8 millones de vietnamitas murieron de forma violenta durante la guerra, según los investigadores del Harvard Medical School y de la Universidad de Washington. La estimación más aproximada que tenemos es que dos millones de ellos eran civiles. Utilizando una extrapolación muy conservadora, esto sugiere que 5,3 millones de civiles resultaron heridos durante la guerra, de un total global de 7,3 millones de víctimas civiles vietnamitas. A esas cifras podrían añadirse aproximadamente 11,7 millones de vietnamitas obligados a huir de sus hogares y convertirse en refugiados, más 4,8 millones rociados con herbicidas tóxicos como el Agente Naranja, aproximadamente entre 800.000 y 1,3 millones de huérfanos de guerra y un millón de viudas de guerra.
Las cifras son aterradoras, el sufrimiento incalculable, la miseria casi incomprensible para la mayoría de los estadounidenses, aunque quizá no para un iraquí. Nadie sabrá nunca cuántos iraquíes murieron a raíz de la invasión estadounidense en 2003. En un país con una población aproximada de unos 25 millones en aquel momento, una muy debatida investigación –cuyos resultados fueron publicados en la revista médica británica The Lancet- sugería que hasta el año 2006 había habido un “ exceso de muertes ” violentas de más de 601.000. Otro estudio indicaba que en 2007 habían muerto más de 1,2 millones de civiles iraquíes a causa de la guerra (y de los diversos conflictos internos provocados por la misma). Associated Press registró 110.600 muertes a principios de 2009. Una investigación realizada con familias iraquíes fijaba en junio de 2006 la cifra de muertes violentas en 151.000 . Documentos oficiales hechos públicos por WikiLeaks contaban hasta 109.000 muertes, incluyendo las de 66.081 civiles, entre 2004 y 2009. Iraq Body Count ha recogido hasta 121.220 casos documentados sólo de muertes violentas de civiles.
Y tenemos también los 3,2 millones de iraquíes internamente desplazados o que tuvieron que huir hacia otras tierras para encontrar solo incertidumbre y privaciones en lugares como Jordania, Irán y Siria, tan asolada ahora por la guerra. En 2011, el 9% o más de las mujeres iraquíes, hasta alcanzar un millón , eran viudas (una cifra que se disparó en los años de la invasión estadounidense). Una investigación reciente halló que entre 800.000 y un millón de niños iraquíes había perdido a uno o a ambos padres, una cifra que no deja de crecer con la continuada violencia que EEUU desató y nunca erradicó.
En la actualidad, el país que experimentó una inmensa fuga de cerebros de sus mejores profesionales, tiene tan sólo un total de 200 trabajadores sociales y psiquiatras para ayudar a todos los que, armados y desarmados, sufrieron todo tipo de horrores y traumas. (En comparación, en sólo los últimos siete años, la Administración de Veteranos de EEUU ha contratado a 7.000 nuevos profesionales de la salud mental para que traten a los estadounidenses afectados psicológicamente por la guerra).
Seguramente que también muchos afganos podrían relat ar lo que Pham To y millones de víctimas vietnamitas de la guerra soportaron. Desde hace más de treinta años, Afganistán, excepto algún raro período, ha estado en guerra. Todo empezó con la invasión soviética en 1979 y con el apoyo de Washington a algunos de los militantes islámicos más extremistas que se oponían a la invasión rusa del país.
La última reiteración de la guerra allí empezó en 2001 con la invasión estadounidense y de las fuerzas aliadas, y desde entonces se ha llevado las vidas de muchos miles de civiles en bombardeos aéreos y en bombas que estallan junto a las carreteras , en ataques suicidas y ataques de helicópteros , en asaltos nocturnos y odiosas masacres . Innumerables afganos han muerto también al carecer de acceso a los cuidados sanitarios (hay sólo dos doctores por cada 10.000 afganos) y por congelación , incluyendo impactantes noticias de niños congelándose hasta morir en los campos de refugiados el pasado invierno y de nuevo este año. Formaban parte de los cientos de miles de afganos que han sido desplazados internamente durante la guerra. Varios millones más viven como refugiados fuera del país, la mayoría en Irán y Pakistán . De las mujeres que permanecen en el país, la cifra de viudas alcanza los dos millones . Además, se estima que hay ya dos millones de huérfanos afganos. No es de extrañar que el sondeo de Gallup del pasado verano hallara que el 96% de los afganos afirman que están “sufriendo” o “luchando” y sólo el 4% sentían que estaban en situación “boyante”.
¿Refugiados estadounidenses en México?
Para la mayoría de los estadounidenses, este tipo de implacable miseria relacionada con la guerra es incomprensible. Muy pocos han experimentado nunca a nivel personal nada parecido a lo que sus dólares en impuestos han causado en el Sureste Asiático, en el Oriente Medio, en el Suroeste Asiático en los últimos cincuenta años. Y aunque sí que disponemos ya de cifras sorprendentes de pobreza y privaciones, muy pocos son conscientes de lo que es tener que vivir un año de guerra –y no digamos diez, como le ocurrió a Pham To- bajo la constante amenaza de ataques aéreos, fuego artillero y violencia perpetrados por tropas de tierra extranjeras.
No obstante, aunque sea como mero experimento mental, consideremos por un momento cómo podría ser esa situación en términos estadounidenses. Imagínense que EEUU ha vivido una ocupación de una fuerza militar extranjera. Imagínense que hay millones o incluso decenas de millones de civiles estadounidenses muertos o heridos como consecuencia de una invasión y de los enfrentamientos civiles resultantes.
Imagínense un país en el cual unos jóvenes extranjero s, armados hasta los dientes, con uniformes extraños, cascos en la cabeza e imponentes armaduras puedan tirar de una patada la puerta de tu casa en la oscuridad de la noche, gritando cosas en un lenguaje que no puedes comprender. Imagínenselos rebuscando en los cajones, volcando los muebles, manteniéndoles a punta de pistola, amenazando a su marido o a su hijo o a su hermano, y marchándose con él en medio de la noche. Imagínense, asimismo, un país en el que esos extranjeros maten a los “insurgentes” estadounidenses y después les desnuden de forma rutinaria; en el que esas tropas ocupantes se orinen sobre los cadáveres estadounidenses (y graben videos de tal acción); o tomen fotos de las “ piezas cobradas ”; o les mutilen ; o posen con partes del cuerpo de los estadounidenses muertos; o de vez en cuando –por razones que escapan a su comprensión- se dediquen a matar y violar a sus amigos y vecinos.
Imaginen por un momento una violencia tan extrema que Vds. y millones como Vds. tienen que escapar de sus hogares e instalarse en míseros campos de refugiados o en los anillos de barrios de chabolas que rodean las ciudades más cercanas. Imaginen que tienen que cambiar su hogar por otro donde no hay electricidad ni calor, que muy posiblemente estará hecho de residuos con un tejado de metal corrugado que produce un estruendo cada vez que llueve. Después imaginen que tienen que vivir allí durante meses, cuando no años.
Imaginen que las cosas van tan mal que decide n cruzar andando la frontera mexicana para vivir una existencia plena de incertidumbre, planteándose siempre si habrá más violencia y más pobreza en la nación anfitriona que hará que les expulsen de ahí de nuevo y si podrán volver a su hogar en EEUU. Imaginen vivir todas esas realidades día tras día durante más de una década.
Después de desastres naturales como el de los Huracanes Katrina o Sandy, cifras reducidas de estadounidenses experimentaron brevemente algo de lo que millones de víctimas de la guerra –vietnamitas, iraquíes, afganos y otros- han tenido a menudo que soportar durante una parte significativa de sus vidas. Pero para todos los que se hallan en las zonas de las guerras de EEUU, no habrá telemaratones , ni conciertos benéficos ni recogida de fondos vía mensajes de texto .
Pham To y Pham Thang tuvieron que enterrar los cuerpos de sus familiares, amigos y vecinos después de que las tropas estadounidenses les masacraran al pasar de patrulla por sus pueblos. Tuvieron que reconstruir sus hogares y sus vidas tras la gu erra con muy, muy escasa ayuda. Una cosa fue tan cierta para ellos como lo ha sido para los iraquíes y afganos traumatizados por la guerra de nuestros días: ninguna luminaria de Hollywood hizo cola para ayudar a recoger fondos para ellos o su pueblo. Y nunca lo harán.
“Perdimos tanta gente, tantas cosas. Y esta tierra se vio también afectada por el Agente Naranja. Has venido a escribir sobre la guerra, pero nunca podrás conocer toda la historia”, me dijo Pham Thang. Después se volvió cauteloso. “Ahora, nuestros dos gobiernos, nuestros dos países, viven en paz y armonía. Y nosotros sólo queremos recuperar la vida que teníamos aquí. Sufrimos grandes pérdidas. El gobierno estadounidense debería ofrecer ayuda para que aumentara el nivel de vida local, proporcionar mejor asistencia sanitaria y construir infraestructuras, como mejores carreteras”.
No hay duda de que muchos iraquíes y afganos expresarían sentimientos parecidos, a pesar de la última década de debacles estadounidenses construyendo nación en sus zonas de guerra . Quizá incluso le digan el mismo tipo de cosas a un periodista estadounidense dentro de varias décadas.
A lo largo de estos últimos años he entrevistado a cientos de víctimas de la guerra como Pham Thang y creo que tiene mucha razón: Probablemente, nunca conoceré bien qué ocurrió con la vida en esos mundos que se vieron arrasados por las guerras exteriores de EEUU. Y no sólo yo. La mayoría de los estadounidenses nunca se acercan a una zona de guerra e incluso el personal militar de EEUU llega sólo para pasar un tiempo limitado de servicio, y para los corresponsales de guerra y los trabajadores de la ayuda queda siempre abierta por lo general una puerta de salida. Sin embargo, los civiles como Pham To tienen que permanecer allí para los restos.
En los años de Vietnam, hubo al menos un movimiento antibélicista en este país que incluyó a muchos veteranos de Vietnam , que hicieron sinceros esfuerzos para poner de relieve el sufrimiento que sabían estaban soportando los civiles a niveles casi inimaginables . En cambio, en los más de diez años desde el 11-S, con muy raras excepciones , los estadounidenses han permanecido escandalosamente indiferentes ante sus distantes guerras, ignorando por completo todo lo que debía conocerse acerca del sufrimiento causado en su nombre.
Cuando estaba poniendo fin a mi entrevista, Pham Thang me preguntó por el propósito de la última hora y media de pregun tas que le había hecho. A través de mi intérprete, le expliqué que la mayoría de los estadounidenses no sabían prácticamente nada del sufrimiento soportado por los vietnamitas durante la guerra y que la mayor parte de los libros escritos sobre esa guerra en mi país también lo habían pasado por alto. Quería, le dije, ofrecer por vez primera a los estadounidenses la oportunidad de oír las experiencias de los vietnamitas normales y corrientes.
“Si el pueblo estadounidense conociera esos hechos, si supieran del sufrimiento que la guerra causó al pueblo de Vietnam, ¿cree Vd. que se compadecerían de nosotros?”
M uy pronto iba a conocer la respuesta a esa pregunta.
Nick Turse es editor asociado de TomDispatch.com . Laureado periodista, sus trabajos se publican en Los Angeles Times, The Nation y, con regularidad, en TomDispatch . Es autor de varios libros, el más reciente de los cuales es “ Kill Anything that Moves: The Real American War in Vietnam ” (The American Empire Project, Metropolitan Books). Es también autor de “ The Changing Face of Empire: Special Ops, Drones, Spies, Proxy Fighters, Secret Bases, and Cyberwarfare ” (Haymarket Books). El presente artículo es la última parte de su serie acerca del cambiante rostro del imperio estadounidense, proyecto financiado por la Fundación Lannan. Pueden seguirle en Tumbrl .
Fuente:http://www.tomdispatch.com/post/175635/tomgram%3A_nick_turse%2C_a_war_victim%27s_question_only_you_can_answer/#more
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