VOZ PROLETARIA
OCTUBRE 2010
NUESTROS PRINCIPIOS
En la página editorial del diario “La Primera”, César Lèvano, escribe una mentira: todos los textos de Voz Proletaria “tienen un solo tema, defender a Stalin”. Es realmente triste y da pena que una persona que alguna vez militó en las filas del partido de la clase obrera, hoy se identifique con toda esa cáfila de intelectuales que se han puesto al servicio del imperialismo. Larga es la lista de los que militan en la “CIA cultural”, todos ellos furiosos antiestalinistas.
Nadie ignora que hoy en día el anticomunismo tiene un nombre: antistalinismo. Tampoco ignora que la destrucción de la Unión Soviética se llevó a cabo revisando el marxismo leninismo y levantando en alto la bandera del antistalinismo. La contrarrevolución iniciada por el audaz aventurero y contrarrevolucionario llamado Nikita Jruschov, tuvo su partida de nacimiento en el inmundo libelo titulado “Discurso Secreto”. Desde entonces, todos los pasos que dio el revisionismo contrarrevolucionario entronizado en el poder del Partido y el Estado en la URSS , estuvieron dirigidos a destruir la obra que el Partido de los bolcheviques, la clase obrera y el pueblo soviéticos, dirigidos por Stalin, realizaron convirtiendo la vieja Rusia de mujiks en una gigantesca potencia socialista.
Para los verdaderos comunistas, Stalin simboliza la construcción victoriosa del socialismo en la sexta parte del mundo, el triunfo de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial, y el surgimiento del Campo socialista, con los países de la Europa Oriental, la República Popular China, la República Democrática de Corea y la Repùblica del Vietnam. Por eso, defender a Stalin es defender esa obra que él dirigió; es defender el marxismo leninismo que él aplicó y desarrolló en condiciones históricas excepcionalmente complejas, venciendo a poderosos enemigos internos y externos. Esos son los principios que nosotros defendemos, como lo hizo Stalin y siguiendo su ejemplo.
Es una lástima que gentes con un pasado de militancia revolucionaria, hoy repitan el viejo cuento que Hitler escribió en su conocido libro “Mi Lucha”, sobre los 30 millones de muertos en la URSS por ordenes de Stalin. Historieta infame que hoy todos los plumarios bien pagados por la CIA repiten hasta el cansancio. Si Lévano sigue su ejemplo, tendremos que decirle adiós al que un día fue comunista “convicto y confeso”. Para nosotros “STALIN SE YERGUE EN LA HISTORIA COMO MODELO PARA LOS REVOLUCIONARIOS, COMO ADVERTENCIA PARA LOS INDECISOS Y COMO TERROR PARA LOS ENEMIGOS”.