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General: La renuncia del Papa no deja indiferente ni a católicos, ateos o agnósticos
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 12/02/2013 19:15
La renuncia del Papa no deja indiferente ni a católicos, ateos o agnósticos
07:31
12
Febrero
2013
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Autor del articulo: EFE
 
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Roma- La renuncia del Papa no ha dejado indiferente ni a católicos, ateos o agnósticos, que, tras la sorpresa inicial por la noticia del lunes, sigue centrando hoy las conversaciones en las calles de Roma.

Desde el Lungotevere, Plaza Navona, Campo di Fiori o Plaza Farnese los romanos y turistas leen los periódicos con grandes portadas sobre la renuncia del Papa el próximo 28 de febrero en las terrazas en un día soleado, a diferencia de la jornada desapacible del lunes en la que un rayo cayó sobre la cúpula de San Pedro.

La imagen de ese fenómeno, captada por el fotógrafo Alessandro Di Meo, de la agencia italiana Ansa y distribuida por la agencia EFE, ha recorrido el mundo por la extraña coincidencia y se ha convertido en una de las fotografías más publicadas en los medios.

"Creo que estaba realmente cansado. Ha sido un hombre que ha querido reformar la Iglesia y ha sufrido muchas presiones. Pero el hecho de retirarse es un acto heroico", dijo a Efe Patrizia Porpora, atea, de 56 años, y dueña de la Librería Española en la Plaza Navona, al reflexionar sobre la decisión de Benedicto XVI.

Muchos romanos debaten las diferencias entre el final del pontificado de Juan Pablo II y el de Benedicto XVI.

"Juan Pablo II prefirió seguir el ejemplo de Cristo, que nunca se bajó de la Cruz, y mostró su deterioro, su humana agonía al mundo con una humildad ejemplar hasta su muerte como papa, mientras que Benedicto XVI ha cumplido lo que dijo en 2010", declaró a Efe Simone Spelluci, ejecutivo, católico, de 53 años.

"Cuando un Papa alcanza la clara conciencia de que ya no es física, mental y espiritualmente capaz de llevar a cabo su encargo, entonces tiene en algunas circunstancias el derecho, y hasta el deber, de dimitir", aseguró el propio Benedicto XVI en 2010 al periodista alemán Peter Seewald, recordó el ejecutivo.

"Han sido dos papas formidables, dos estilos diferentes, dos finales también diversos e igualmente ejemplares, por ello no se pueden comparar", opinó Spelucci en un cafetín del Corso Vittorio Emanuele.

Los romanos han sabido también hoy que Benedicto XVI fue sometido hace unos tres meses a una operación de corazón en una clínica del Vaticano para sustituirle un marcapasos y comienzan a comprender lo duro que ha sido para un hombre que cumplirá 86 años en abril presidir los largos actos litúrgicos, las visitas a parroquias, las audiencias públicas y privadas, y los viajes pastorales, entre otros.

Al portero de un palacio en la Plaza Farnese, Ernesto Calcagni, de 54 años, le gustaba sobremanera Juan Pablo II "por su carisma, porque atraía mucha gente a la Iglesia y sobre todo, a jóvenes".

"Benedicto XVI me parecía frío y distante y durante estos ocho años de pontificado no he sentido nada por él. Sin embargo, tras la sorpresa de ayer y la reflexión que hago hoy, he vuelto a creer en este Papa porque su gesto ha sido muy fuerte, de mucho coraje", aseveró.

Y antes de regresar a su portería espetó: "Creo que Italia ha sido fuertemente afectada por su renuncia como el rayo que hizo blanco ayer en la cúpula de San Pedro".

Entre las frutas y verduras de su puesto en el colorido Campo de Fiori, Alessandro Conti, agnóstico, de 38 años, dijo con una amplia sonrisa a Efe que la renuncia del papa "ya podría ser un ejemplo a imitar por la clase política. Ellos son los que deben de tomar nota".

Una clienta de Conti, Claudia Russo, de 58 años, consideró que el Papa "ha sido un intelectual en la sede de Pedro, un hombre verdadero. Ha sabido afrontar momentos muy complicados para la Iglesia; los ha afrontado con realismo y justicia; y con humildad pidió perdón".

"Ante una sociedad sin valores ni rumbo denunció el relativismo, nos describió a un Dios que es amor y esperanza y defendió la vida desde su concepción hasta su final", apuntó Russo.

El lunes, fiesta de la Virgen de Lourdes, "ha anunciado su renuncia y con gran humildad ha reconocido que no tenía fuerzas", recordó mientras pagaba su compra a Conti.

Ayer me entristecí, pero hoy -concluyó con pesadas bolsas en la mano- comprendo que Benedicto XVI "seguirá leyendo y escribiendo en contacto directo con Dios a través de la música y la Eucaristía".

Y antes de encaminar sus pasos hacia vía dei Giubbonari manifestó: "Ha entrado a formar parte de la gran historia de la Iglesia y del mundo".

El anillo del papa será previsiblemente destruido tras su renuncia

El Anillo del Pescador, que simbolizan el poder pontificio y lleva el Papa, será destruido probablemente tras el 28 de febrero, día de la renuncia al papado de Benedicto XVI, afirmó hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

El anillo del Papa se destruye cuando muere el Pontífice, pero en esta ocasión, señaló Lombardi, la situación es diferente, "inédita", ya que el Papa sigue vivo y expertos vaticanos están estudiando la normativa.

Lombardi subrayó, no obstante, que los objetos relacionados directamente con el ministerio petrino "tienen que ser destruidos".

Hasta ahora, tras la muerte de un papa, el cardenal camarlengo, que gestiona la Iglesia durante el interregno entre un Pontífice y el sucesor, es el encargado de verificar la muerte y de retirarle del dedo el "Anillo del Pescador", símbolo del poder pontificio, que es la señal de que el reinado ha concluido.

El anillo es inmediatamente machacado para evitar cualquier eventual falsificación de documentos pontificios.

Un día después de que Benedicto XVI anunciara su renuncia al Trono de Pedro, el portavoz Lombardi precisó que el Papa, "que lo será hasta el 28" de febrero, mantiene su agenda hasta ese día.

La agenda papal incluye una audiencia con el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, el sábado 16 de febrero, y otra con el presidente de Rumanía.

Hasta el 28 de febrero el papa celebrará dos audiencias públicas, una mañana, miércoles, y la siguiente del 27 de febrero.

Lombardi dijo que ese día se celebrará en la plaza de San Pedro para permitir que los fieles que lo deseen puedan asistir a la misma y despedir al Papa, ya que será el último encuentro público del Pontificado.

Respecto a la decisión de Benedicto XVI de hacer firme la renuncia a las ocho de la tarde del 28 de febrero, Lombardi explicó que ello se debe a que esa es la hora en la que normalmente deja de trabajar todos los días el Pontífice.

El portavoz precisó que no existe ningún motivo "jurídico" en esa decisión del Papa, "quien ha considerado esa hora como el momento de hacer firme su renuncia, ya que es el momento del final de la jornada laboral.

 

El papa ¿"renuncia", "dimite" o "abdica"? Esa es la cuestión lingüística

Que un papa abandone su cargo en vida es un acontecimiento extraordinario que apenas cuenta con precedentes. Por eso no es raro que todos, en particular los medios de comunicación, dudemos sobre las palabras que debemos usar para contarlo.

Cuando en la mañana de ayer las redacciones de los medios se vieron sorprendidas con la noticia de que Benedicto XVI había decidido abandonar el papado surgieron las primeras dudas: un papa... ¿dimite?, ¿renuncia? o ¿abdica?

Antes incluso de recibir la primera de las muchas consultas que le llegaron sobre este asunto, la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) se puso manos a la obra.

Se cotejó la propia declaración papal. Benedicto XVI en su intervención original en latín empleó el verbo "renuntiare" y en las traducciones a diversos idiomas publicadas en la web del Vaticano aparecían los términos "renuncio", "renoncer", "renounce", "rinunciare"...

Consultada por la Fundéu BBVA, la Conferencia Episcopal Española fue clara: "el papa no dimite ni abdica, el papa renuncia a su ministerio" conforme a lo que establece el Código de Derecho Canónico.

El siguiente paso fue consultar el diccionario de la Real Academia Española, que nos da algunas pistas: la primera acepción de "abdicar", la más apropiada en este caso, es "ceder su soberanía o renunciar a ella" según una definición que empieza aclarando que esto es "dicho de un rey o príncipe".

"Dimitir", dice el DRAE, es "renunciar, hacer dejación de algo como un empleo, una comisión, etc."

Y por último "renunciar" supone "hacer dejación voluntaria, dimisión o apartamiento de algo que se tiene, o se puede tener" o "desistir de algún empeño o proyecto".

Por tanto parece que, como dice el lexicógrafo Martínez de Sousa, "el que abdica renuncia, el que dimite renuncia, el que cesa renuncia y, por supuesto, el que renuncia renuncia".

Así las cosas, estos verbos parecen tener un sentido muy próximo, si no equivalente, lo que los haría casi sinónimos.

Pero no corramos tanto. Los llamados sinónimos totales son raros en las lenguas; la que más abunda es la llamada sinonimia contextual o parcial, que se da cuando dos palabras son intercambiables solo en algunos contextos.

Por ejemplo, "padre", "progenitor" y "papi" son sinónimos, es decir, ambos se refieren al "pariente masculino en línea recta ascendente de una persona". Pero ninguno nos referimos normalmente a nuestro padre como "progenitor" ¿no es así? Ni utilizamos "papi" en los mismos contextos porque tiene una connotación distinta, más cariñosa o cercana.

Las palabras denotan, pero también connotan. La sinonimia, como dice el semantista Stephen Ullmann, no existe. Las palabras ni saben, ni pesan, ni huelen igual, por mucho que el diccionario las defina de la misma manera.

Las voces de una determinada lengua tienen, además, sus propias apetencias. Un verbo gusta de algunos complementos, de algunas expresiones, más que de otras. Se forman así colocaciones, formas establecidas que a todos nos suenas naturales.

En el caso que nos ocupa, la colocación establece que es más adecuado decir que el papa renuncia, ¿por qué? Por el mismo motivo por el que el pan se corta en "rebanadas", el embutido en "lonchas" y una sandía en "rodajas".

Las palabras tienen, ya decimos, sus leyes de buena vecindad. No deja de ser un misterio, como tantos...


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De: Marthola Enviado: 12/02/2013 20:38


 
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