Soledad Quereilhac, la esposa del viceministro de Economía, Axel Kicillof, habló por primera vez del escrache que sufrió junto a su familia a bordo de un Buquebús, cuando regresaban de sus vacaciones en Uruguay. Sostuvo que "no es casual que haya sucedido ese fin de semana" porque los medios los fogonearon, pero que lo que generó los insultos fue "un cierto inconsciente bastante facho" que habita en esos pasajeros, que tienen "preferencias ideológicas y económicas particulares".
En diálogo con el diario perfil, Quereilhac aseguró: "Los medios contribuyen al clima social porque hablaron de las 'polémicas vacaciones de Kicillof'. Quisieron hacer una operación sobre nuestra casa, dijeron que era una mansión de dos pisos, y es de medio pelo, muy modesta y sencilla". "Siempre hay gente que va a pensar mal y se come ese verso, no es casual que ese fin de semana haya pasado eso porque hay medios que lo fogonean", agregó.
Sin embargo, señaló que "no es directamente culpa de la prensa" ya que "hay muchos factores". "La culpa es de la gente que tomó la decisión de hacer eso delante de menores de edad y de una familia en un ámbito cerrado. Nos gritaban 'que se bajen, que se bajen'. No observaron que estábamos en un barco y no podíamos bajar. Hay un cierto inconsciente bastante facho, por pedirle a una familia que se tire al río", sostuvo.
En ese sentido, opinó que se trató de "un público particular, con preferencias ideológicas y económicas particulares". "Lo que han hecho habla más de ellos que de nosotros", sentenció.
La mujer se mostró sorprendida por la reacción de ese grupo de pasajeros e indicó: "Nosotros hacemos una vida normal, tenemos un perfil superbajo y es la primera vez que nos pasa algo así porque hacemos vida familiar y salimos poco. Seguro que hay un montón de gente que no está de acuerdo con nosotros, pero nunca nos han puteado. Los que se nos acercan es para tirar buena onda".
Por último, consultada sobre la teoría que indica que el gobierno es culpable de los escraches por fomentar "la división y la grieta social", Quereilhac fue tajante: "Definitivamente, el Gobierno no tiene nada que ver con esto que pasó".