Mujer, bella, culta, justicialista y Presidenta es demasiado…

Por: Miguel Longarini

 

Nuestra presidenta que es mujer, bella y culta, no está a la altura de las circunstancias de la clase política opositora, ni mucho menos para los sectores del poder ruralista y aristocrático.

 

Si nos damos cuenta que en cada lugar que nuestra Cristina – Presidenta- habla, nos deja con la sensación de escuchar a alguien que sabe expresarse con importante solvencia intelectual y política. Claro, esto de poder explayarse en tantos temas sin un papel o machete que ayude a encontrar palabras y cifras y citas y hechos, molesta por el des-acostumbramiento en una Argentina que precisamente no se ha caracterizado por esa faceta en los No recordables mandatarios hasta el 2003 (con la excepción del Dr Alfonsín) Aquí no hubo buenos oradores pero sí, adoradores, de un modelo genocida, que insistió siempre en volver, dado que resiste a verse involucrado en esto de dar algo, de parecerse a lo popular, humano con equidad e igualdad. Es también comprensible tanta resistencia conociendo su origen pro golpista y neo-clasista.

 

Lo que tenemos entre nosotros y hablando de la mujer que nos gobierna es, como intento significar en el título de esta nota: Demasiado para lo que hay enfrente, demasiado para tantos años de brutos y dictadores, demasiado para la tilinguería bullanguera de zona norte, demasiado para los que deletrean la palabra pobre y gritan Viva la Patria entre el olor a bosta de la buena.

 

No hay nada que hacerle, es muy de golpe el cambio. Yo creo que la señora presidenta debería tomar clases de torpeza con algún líder campero u otro de la parentela, debería intentar leer los discursos con dificultad y si puede, pegarle un guiño a la cámara como  hace la señora mistonga y camasoleada.

 

 Desde  este lugar de artífice de mi destino, me permito –Sra Cristina-, hacerle algunas sugerencias para emparejar la cosa: Equivóquese más, una vez siquiera. No los apabulle con tanta dialéctica, que ellos no entienden más que algo que se llama dinero, ganar –ganar, odiar al negro y peronista que piense. No cuide su figura y su estética, en vez de carteras, use una red de hacer mandados como “ La Nona ” para estar a tono con las señoras que tanto se molestan. Chancletee un poco y déjese el delantal cuando hace el puchero al Néstor y así salga al balcón, que si les deja todo más libre de lo que ya les dio, seguramente la ven mejor; más bruta que ellos. No se depile y deje crecer los bigotes. Siendo más fea  pueda ser que se calmen. No se pierda el próximo Cuñado o Caño con el rey del raiting y grite como hace él. Tómeles el pelo a los diferentes y llore mucho en los hombros del gran rabino y el gran arzobispo de esa iglesia llena de oro. No toque los medios, toque los miedos: Únase a convertir miedosos y faltos de esperanzas junto con los dueños de los multimedios. Si usted cambia, los tendrá a todos los contreras vivándola. En realidad si puede irse antes de fin de año y dejarle el camino libre a la restauración conservadora, bueno, sería algo deseado por los sectores propietarios de las grandes extensiones de campos y dueños de los agro- negocios, hoy muy golpeados por las medidas tomadas por usted o su esposo en no dejar que llueva desde hace más de un año…Otra sería censurar, imponer su pensamiento, mandarles los muchachos a los peludos estos de una buena vez y no contemplarlos tanto, por ahí, haciendo lo que desearían que haga, les cambia el discurso y se ponen a tono con los tiempos.

 

Respetada Presidenta, respetados lectores. Para concluir y sin ser devoto de la milagrería social, ni pretender mostrarme como un avivador de giles…, me surge decirles que lo escrito a modo de consejos o sugerencias, es nada más que una invitación a reflexionar y espejarse a quienes viven por y para el odio, en función de nada más poder mirarse cuánto de gordo está su bolsillo y hundido su ombligo, acciones que acompañan a la gran mayoría de los agrupados en la patria de los bolsones y no de pobreza, sino de soja.