La actriz María Asquerino, símbolo del teatro español en las décadas de los 50, 60 y 70, ha muerto en Madrid a los 85 años, víctima de una enfermedad pulmonar.

Su vida ha terminado lejos de los esenarios, ya que Asquerino (María Serrano Muro, de nacimiento) se retiró en 2007 y no encontró apoyo para llevar a los teatros la historia de su tumultuosa vida, como había pretendido en los últimos meses. Sin embargo, sus siete décadas de teatro son el motivo por el que todos van a recordar su nombre.

Y eso a pesar de que el primer gran hito de su carrera fue una película, 'Surcos', de José Antonio Nieves Conde (1951), el gran esfuerzo del cine español (junto a 'Muerte de un ciclista') por acercarse al lenguaje neorrealista de los maesros itallianos. En la cinta, Asquerino interpretaba a una mujer desafiante, una especie de 'femme fatale' que fue algo así como un presagio y un destino de lo que iba a ser su carrera y su vida.

Entre los triunfos de Asquerino también aparece 'Anillos para una dama', de Antonio Gala, que mantuvo en cartel durante más de dos años desde su estreno en 1973 y que fue el gran triunfo teatral de su tiempo. Durante esos años, Asquerino se convirtió en la actriz preferida de Fernando Fernán Gómez, que contó con ella en películas como 'Mambrú se fue a la guerra' (1986), 'El mar y el tiempo' (1989, con la que ganó el Goya a la mejor interpretación de reparto) y 'Fuera de juego' y en un personaje característico de la bohemia del Café Oliver y del Bocaccio.

Después, la carrera de Asquerino languideció hasta su reaparición en 'Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto' (Agustín Díaz Yanes, 1995) y 'La comunidad' (Álex de la Iglesia, 2000).

La última obra de Asquerino fue 'Tío Vania' de Chejov en el Teatro María Guerrero.