Cardenales empiezan los contactos para hallar al sucesor de Benedicto XVI.

Benedicto XVI dejó de ser papa y ahora es obispo emérito de Roma. En su último día como pontífice católico, se despidió de los cardenales y voló en helicóptero hasta Castel Gandolfo, la localidad al sur de Roma donde tienen su residencia estival los papas (Lea también: 'Juan Pablo II también se planteó la renuncia').

"Saben que para mí este día es distinto: no soy Pontífice Supremo de la Iglesia católica; es decir, lo seré hasta las ocho de la tarde, después ya no. Soy, simplemente, un peregrino que empieza la última etapa de su peregrinación en esta tierra", dijo, mientras los miles de congregados en la pequeña plaza de Castel Gandolfo lo aplaudían, mostrando pancartas de apoyo y afecto. Muchos de los fieles no pudieron contener las lágrimas cuando Benedicto XVI dio las gracias por última vez y se despidió para siempre (vea quiénes son los posibles sucesores de Benedicto XVI).

En Castel Gandolfo, el expapa permanecerá durante dos meses hasta que terminen las obras de remodelación del monasterio del Vaticano donde tiene previsto vivir junto a su fiel secretario personal, el arzobispo alemán Georg Gänswein. Llevará una vida de oración "escondido del mundo", según explicó él mismo el pasado 14 de febrero en una reunión con cardenales.

El fin del pontificado de Benedicto XVI da inicio al período de sede vacante, que generalmente se abre con la muerte de un papa, pero que ahora lo hará con una renuncia, y se prolongará hasta la elección de su sucesor. Las riendas de la Iglesia quedan en este tiempo en manos del cardenal camarlengo, Tarcisio Bertone, quien ha sido el secretario de Estado durante los últimos siete años de pontificado.

Durante la sede vacante, como le ocurre a la mayoría de los altos cargos vaticanos, también el puesto de secretario de Estado queda suspendido temporalmente.

La primera misión de Bertone fue sellar el apartamento papal y el ascensor que lleva a él, pues por normativa vaticana por muerte, y en este caso por renuncia, este debe quedar libre. Tales aposentos permanecerán sellados hasta que haya un nuevo pontífice.

Bertone también tendrá que anular el anillo del Pescador, que simboliza el poder pontificio. Su destrucción es la señal de que el reinado ha concluido.

Este viernes, el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, convocará a los purpurados del mundo (electores y no electores) para preparar el cónclave que elegirá al sucesor de Joseph Ratzinger, a través de las congregaciones preparatorias.

Su primera reunión se celebrará el próximo lunes 4 de marzo, según dijo el cardenal de Nápoles (Italia), Crescenzio Sepe. Tal vez ese día se anuncie la fecha de inicio del cónclave.

En la mañana del jueves, Benedicto XVI dedicó más de tres cuartos de hora para despedirse personalmente de los más de 100 cardenales que se congregaron en la monumental Sala Clementina del Vaticano para decirle adiós por última vez.

El pontífice tuvo una sonrisa para cada uno de los ‘príncipes’ de la Iglesia que lo han acompañado en los últimos ocho años, llevando con él el timón de la barca de Pedro.

Fue un encuentro muy emotivo, en el que muchos purpurados se conmovieron y la mayoría se quedó con ganas de hablar durante más tiempo con él. Era curioso ver cómo un mayordomo tenía que recordarles a los purpurados, cuando saludaban a Benedicto XVI, que no se demorasen demasiado, pues si lo hacían, no daba tiempo para todos.

En el encuentro, celebrado pocas horas antes de convertirse en obispo emérito de Roma, dedicó unas palabras de agradecimiento y reconocimiento a los cardenales. Les dijo que entre ellos está el "futuro papa", al que desde ese momento prometió su "incondicionada reverencia y obediencia": "Deseo decirles que seguiré estando cerca de todos ustedes con la oración, especialmente en los próximos días, para que sean plenamente dóciles a la acción del Espíritu Santo en la elección del nuevo papa. Que el Señor les muestre lo que Él desea", afirmó.

(Lea también: Los que más suenan para suceder a Benedicto XVI)

Tras agradecer las palabras que le dedicó antes de su alocución Sodano, Benedicto XVI manifestó cómo en su opinión debe funcionar el organismo, clave en este momento que vive la Iglesia, por el período de sede vacante. El Colegio Cardenalicio ha de ser "como una orquesta" en la que las diferentes "expresiones de la Iglesia universal" deban llevar siempre a una "superior y concorde armonía", dijo. El símil hizo recordar el amor del papa por la música.

Antes de partir, el papa publicó su último trino. “Gracias por su amor y cariño. Que siempre experimenten la alegría que brinda el colocar a Cristo en el centro de sus vidas”, tuiteó.

Tras partir en helicóptero del Vaticano a las 17:06, hora local, y surcar los cielos de Roma mientras repicaban las campanas de todas las iglesias de la Ciudad Eterna, Benedicto XVI llegó a Castel Gandolfo unos veinte minutos después. Allí, entre lágrimas, miles de fieles escucharon sus últimas palabras como papa. Un día histórico para el catolicismo.

Una Iglesia, dos papas

Celestino V renunció al papado en 1294, el mismo año de su elección. Había sido ermitaño hasta que fue papa. La elección de un desconocido debía poner fin a la guerra entre güelfos y gibelinos por la sucesión de Nicolás IV, fallecido dos años antes. Pero al poco tiempo dimitió por 'humildad' y por problemas de salud.

El 24 de diciembre, el cardenal Benedicto Gaetani fue designado para sucederlo, con el nombre de Bonifacio VIII. El nuevo papa mantuvo por la fuerza a Celestino a su lado. El monje intentó escapar para unirse a su orden, que adoptaría el nombre de Celestinos, pero los guardias del papa le dieron alcance. Celestino V falleció en 1296 y fue enterrado en L’Aquila, hoy Italia.

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Angelo Sodan dijo que hasta que no estén todos los electores no se fijará fecha del cónclave

La tercera congregación de cardenales preparatoria del cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI comenzó hoy martes en el Aula Nueva del Sínodo, del Vaticano, pocos minutos después de las 9:30 (hora local). (Lea también: Este martes se podría elegir la fecha del cónclave).

A la reunión asisten los 146 purpurados ya presentes desde el lunes, más los que llegaron en las últimas horas a Roma, número que será facilitado al final de la sesión por el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

De esos 146 presentes el lunes, 107 son cardenales electores, es decir menores de 80 años y que podrán -como establece la normativa de la Iglesia- entrar en la Capilla Sixtina para elegir Pontífice.

El Colegio Cardenalicio está compuesto por 207 miembros, de los que 117 son electores y el resto superan los 80 años, por lo que no pueden entrar en el cónclave, según la normativa de la Iglesia, pero si pueden ser elegidos papa.

De esos 117, dos han renunciado a participar en el cónclave. Se trata del indonesio Julius Darmaatmadja, por enfermedad, y el británico Keith O'Brien exarzobispo de Edimburgo acusado de "comportamiento inapropiado" hacia otros religiosos en la década de los años 80.

El cardenal decano, Angelo Sodano, ya dijo que hasta que no estén todos los electores no se fijará la fecha del segundo cónclave del tercer milenio. Faltan por incorporarse ocho, que se esperan llegan en las próximas horas a Roma.

Hoy sólo se celebrará una congregación general (reunión) y mañana, miércoles, lo mismo, según decidieron el martes los purpurados.

El lunes, primer día, celebraron dos, una por la mañana, más técnica, que comenzó con el rezo del "Veni Sancte Spiritus", en latín, con el que invocaron la ayuda del Espíritu Santo, lo mismo que hicieron hoy martes.

En la segunda, por la tarde, el Predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa, pronunció la primera meditación de las dos previstas durante estas jornadas preparatorias.

En estas congregaciones se tratan los asuntos de la Iglesia previos al cónclave y se fija su fecha de inicio y también sirven para que los cardenales se conozcan mejor, comenten la situación de la Iglesia y diseñen el perfil del próximo papa.

EFE