Hace un par de años, un grupo de jóvenes intentó jugar a la
protesta haciendo una falsa huelga de hambre para demostrar un falso
argumento, creyendo muy cómodamente que de esa manera estaban dando todo
por sus ideales. Hoy siguen armando sets televisivos en una calle y con
custodia policial, logística prepagada y blackberry en mano, siguen
creyendo que se convierten en héroes de alguna causa perdida.
Hoy nuestro Presidente está en cama aquejado por una enfermedad de
las más feroces que existan en nuestro mundo, demostrando que dar la
vida por los sueños de la patria no es sólo una consigna, sino algo que
se lleva en el corazón y en el alma y que se puede hacer real, incluso a
pesar de nuestros más lúgubres miedos.
Ayer asesinaron a un luchador social, un indígena entregado a sus
principios en un lugar de la selva zuliana, demostrando que las
verdaderas luchas se dan hasta entregarlo todo. Algunos nos abandonan,
mientras otros continúan luchando.
Mientras tanto, hay quienes creen que la vida es vivir escabulléndose
por pasillos fáciles entre algunos momentos duros. Otros entendemos que
la vida es sólo un soplo y no tiene sentido vivirla sin entregarla para
consolidar nuestra utopía. Y todavía existen quienes quieren hacerle
creer a algunos muchachos que haciendo campamento con chateos
instantáneos, “eslipin bags” y pizza, viven el sueño de una aventura
heroica.
Muchacho, ya Disney pasó de moda, hemos crecido; nos han abierto los
ojos a la realidad y se acabaron los cuentos de hadas. El cáncer y el
sicariato son reales. Y las huelgas de hambre y las vigilias son luchas
reflexivas, recursos finales sin retorno y no momentos de
entretenimiento fútil. Deja de banalizar la vida y date cuenta de cómo
el dolor y los muertos los sigue poniendo el pueblo pobre y no las
élites que te incitan a lo fácil. Te invitamos a la realidad, donde el
estudio y el trabajo son valores de vida y el debate es el camino a la
verdad. Está extendida la mano, vente con quienes amamos la patria.
Fuente: http://www.ciudadccs.info/?p=395263