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General: Homenaje a Hernán Melgar Justiniano
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Quico º  (Mensaje original) Enviado: 14/03/2013 00:17

Homenaje a Hernán Melgar Justiniano (Tania Melgar)


 
Amante de la vida y de su pueblo - eterno revolucionario -
Revolucionario, en el sentido que frente a cada hecho social y a cada dilema, siempre optó con toda claridad por el hombre y por las gentes;  supo autoproducirse a la altura de su pueblo, adoptando las identidades y ocupando  los espacios necesarios para la revolución, para la libertad. Sin disfraces ni vacilaciones, siempre el mismo: con su parada firme y su paso ligero y cansado, sus bigotes largos y sus ojos profundos, su voz combativa y llena de esperanza; siempre bien vestido y con colonias finas....su figura y su presencia, nunca necesitó disfraces para convencer; y siempre su presencia imponía un sello de realce a cualquier evento  al que asistía.
Entendía las pasiones humanas,  y su capacidad de amar era gigante - nunca falló como padre y como abuelo; porque por encima de todo estaba siempre la felicidad de su familia. Si él estaba  con nosotros, era suficiente para encontrar soluciones.
Tuvo la ventaja de nacer el 1.917 a la luz de la esperanza de las revoluciones proletarias; de crecer en el centro de la economía cauchera, donde el salario se ensangrentaba con la esclavitud;  de iniciar su juventud a la luz de las nuevas percepciones de quienes retornaron diferentes de la Guerra del Chaco; y de contar con grandes mujeres que le facilitaron su autoproducción:  Su abuela - María Orihuela, conocedora de las miserias e injusticias humanas; a quién él siempre recordó con profunda admiración y cariño. Su madre - Justa Justiniano, le mostró la crudeza de los sistemas patriarcales y le enseño los caminos de aquel infierno. Su esposa - Elsa Henrich, incondicional y amorosa compañera, dueña de sus glorias y respaldo en sus fatigas, poderosa sombra que le ayudaba a establecer los límites entre la cordura y la pasión irreflexiva que despertaba en él  la injusticia.
Su profundo amor al Beni, le dieron la pasión y claridad para recorrer los caminos sin pararse en los rincones, le permitieron entender que oprimidos se transforman en opresores, y que las imágenes oficiales no reflejan la realidad de estos rincones porque para entenderlos hace falta recorrerlos, olerlos, penetrarlos y amarlos.
El Marxismo - Leninismo y el Partido Comunista, fueron su alfabeto para entender el entorno social y su familia para transitarlo. Reconocía el olor y significado de humanidad, por eso defendía con pasión tanto a la Cuba de Fidel como a la Rusia de Lenín o al Ñancahuasu del Ché.
Su discurso era de esperanza y de rebeldía, y detrás de cada sombra lograba visualizar la luz. Presente para ponerse a la estatura de cada gente y dispuesto a encontrar respuestas a cada socorro - con el solo temor de perderse alguna batalla; para él no era suficiente estar vivo, y con el pasar de los años aceleraba su prisa en el camino.
Se lo puede recordar en múltiples identidades, pero quizás la que cruza todas y se constituye en el eje principal de su vida social,  es la política; Comunista y Revolucionario por instinto, en el sentido que el estudio era un hábito, pero mayor era su hábito por las gentes.
Perseguido, encarcelado y exilado por todos los gobiernos y partidos políticos antipopulares del país, y a la vez protegido por el pueblo en sus diversos sectores, fundamentalmente por los humildes, o como él decía “protegido por los parientes pobres”. Fue siempre consecuente a sus principios y a su partido, frente al pueblo y a la historia; bajo el principio que la revolución esta en las calles, en los montes, en todos los rincones, todos los días,  en todos los sectores de la población y de la vida social, y es posible y necesario transitarla minuto a minuto.
Hernán Melgar Justiniano, trató permanentemente de estar a la altura de su pueblo y en todas sus batallas. Su vida fue necesaria, y su ejemplo lo es aún más.
......Gracias Papá 

Tania Melgar


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