Por cada soldado occidental muerto en Iraq cayeron 24 civiles
Nuño Domínguez // Por
cada militar occidental muerto en la Guerra de Iraq (2003-2011) cayeron
24 civiles no combatientes. Así se desprende de un nuevo estudio sobre
las bajas registradas durante el conflicto desencadenado tras la invasión de este país por parte de EEUU y sus aliados el 20 de marzo de 2003, hace ahora 10 años.
El trabajo señala
que durante la guerra murieron 116.903 civiles frente a 4.804
combatientes de las fuerzas aliadas, incluyendo EEUU, que sufrió la gran
mayoría de las bajas. Las cifras ponen de manifiesto que la Guerra de
Iraq pudo ser el conflicto más sangriento para la población civil del
siglo XXI y uno de los peores registrados si se atiende a la proporción
de no combatientes muertos por cada militar.
Los datos sobre bajas forman parte de una colección de estudios sobre la Guerra de Iraq que publica hoy la revista británica The Lancet.
Varios artículos diseccionan el impacto de la guerra en la población
civil, las bajas militares, los efectos devastadores que la migración de
millones de refugiados ha tenido en este país y el alto nivel de
contaminación que registran algunas zonas en las que se usó armamento
con uranio empobrecido.
“Decidimos usar los recuentos de víctimas más bajos, otros estudios
registraban muchas más bajas civiles así que nuestros resultados manejan
cifras científicamente conservadoras”, reconoce a Materia Barry Levy, médico y profesor de la Universidad Tufts (EEUU) y coautor de uno de los estudios publicados en The Lancet.
La proporción de 24 civiles muertos por cada militar de la coalición
caído es “una de las más altas registradas”, reconoce Levy. Su trabajo
ha revisado “más de 100” estudios sobre la Guerra de Iraq publicados en
revistas científicas. Sin embargo, su cifra de civiles iraquíes muertos
viene de Iraq Body Count (IBC),
una iniciativa independiente que comenzó a contar las bajas de la
guerra ante la falta de datos oficiales. Cada una de las bajas que
contabiliza está confirmada por dos fuentes (por ejemplo: un medio de
comunicación y un registro hospitalario o policial). Esta contabilidad
independiente es fiable para muchos expertos, aunque arroja cifras más
bajas que otros recuentos. “Nuestras cifras indican que de todas las
bajas registradas en Iraq, el 75% eran civiles”, explica a Materia Josh Dougherty, unos de los expertos que trabajan en IBC.
Un horror “evitable”
“Creo que el número real debe rondar los 30 civiles muertos por cada caído de la coalición”, opina Mike Spagat,
un investigador de la Universidad de Londres que participó en un
estudio que cruzó los datos de IBC y los revelados por WikiLeaks en
2010. “Puede que la guerra de Iraq no esté muy lejos de ser el conflicto
con una mayor proporción de civiles muertos”, comenta Spagat, que no ha
participado en los estudios de The Lancet.
El análisis de Levy recorre más heridas de guerra. Por ejemplo,
resalta que millones de iraquíes se han visto obligados a emigrar por el
conflicto. Muchos han sufrido violaciones de sus derechos humanos y el
estado de guerra ha reducido el acceso de muchos ciudadanos a servicios
básicos. Entre las tropas de la coalición, la guerra ha dejado decenas
de miles de heridos (31.000 estadounidenses) y una “alta incidencia de
enfermedades mentales” entre los combatientes. Según los datos de Levy,
el 19% de todos los militares enviados a Iraq reconocieron tener
problemas mentales. Su trabajo concluye: “Si los problemas que causaron
la guerra se hubieran resuelto de forma no violenta, todos estos
impactos en la salud se habrían evitado”.
Se desconoce cuántos militares iraquíes perdieron la vida
La Guerra de Iraq casi se gana antes de empezar. Un artículo de opinión publicado hoy en The Lancet rememora
cómo el Departamento de Defensa de EEUU calculó que, tras la invasión
de Iraq fijada para el 20 de marzo de 2003, la guerra habría terminado
en tres meses y sin apenas bajas. La rápida toma de Bagdad reforzó esos
cálculos para después hacerlos añicos. El conflicto de Iraq duró ocho
largos años en los que la guerra de guerrillas y los ataques suicidas
rompieron los esquemas de los militares estadounidenses.
“Hasta mediados de 2004 el sistema para contabilizar bajas quedó
desmantelado”, explica Joshua Dougherty, del IBC. Esta iniciativa
independiente para contar las bajas de guerra “fue la primera en llenar
el vacío” de cifras impuesto por las autoridades, reconoce Frederick
Burkle, investigador de la Universidad de Harvard, en su artículo para The Lancet.
Desde entonces, las cifras de civiles y militares iraquíes muertos en
la guerra han bailado dependiendo de las fuentes. Expertos de IBC y
otros centros de investigación se quejan de que el Gobierno iraquí da
cifras de bajas sustancialmente más bajas que las reales. Tomando las
cifras de militares iraquíes muertos de IBC (el 25% de un total de
168,466 bajas iraquíes hasta 2012), la tasa de este conflicto bajaría a
24 civiles muertos por cada 10 militares de cualquier nacionalidad. Lo
más escalofriante es que esa proporción está muy por debajo de la media
que registran la mayoría de las guerras de la segunda mitad del siglo
XX: diez civiles muertos por cada militar.