15 años trabajando en un despacho de abogados de la UGT en Canarias,
para ser despedida tras un ERE salvaje montado por este sindicato, que
acabó con el despido y patada en el culo, de un grupo de trabajadoras,
en su mayoría mujeres, entre ellas la activista social y ecologista,
Miriam Pérez Mendoza, que ha iniciado hace casi una semana, una huelga
de hambre hasta las últimas consecuencias, en las puertas de este
presunto sindicato en la isla de Tenerife.
Conociendo a Miriam tengo claro que no va a renunciar a su digna
lucha, que llegará hasta el final para conseguir lo que le pertenece por
derecho y por ley.
Los que estamos lejos de Tenerife la podemos ver, siempre acompañada
de su amada hija Susana, en las fotos colgadas en las redes sociales, en
los escasos medios que se han hecho eco de esta heroica causa, que va
más allá de las mamonadas de los sindicatos mayoritarios: UGT-CC.OO y su
asquerosa complicidad con la patronal, con el gobierno del sobre, con
los sectores más recalcitrantes de la rapiña facciosa, que están
conduciendo a nuestro pueblo a una situación extrema de hambre y
miseria.
Nos contaba Susana con mucha preocupación por el estado de su madre,
las risotadas y burlas estos días de varios dirigentes de la cúpula de
este sindicato vertical y lameculos del régimen. La muchacha no entiende
que tipos que supuestamente vienen curtidos en mil batallas laborales
caigan tan bajo, que se burlen, que se rían de su mamá en unos momentos
tan graves, que ridiculicen desde sus mierdosas poltronas a esta mujer
heroica, que ha llevado su lucha a una de las decisiones más peligrosas
que puede tomar un ser humano: dejar de comer, haciendo peligrar su vida
con una dignidad que estremece a todas las personas que luchamos por un
mundo mejor.
Los oscuros personajes de la dirección de este sindicato no podrán
entender jamás que haya personas como Miriam. Mujeres y hombres que no
tengan nada que perder, que arriesguen todo, hasta su vida, por
recuperar lo que le han robado, sus derechos pisoteados, su trabajo, la
comida de su familia. Nunca lo entenderán porque viven en burbujas como
funcionarios del régimen. Los perfectos apagafuegos de la movilización
social, del estallido popular necesario para barrer de una vez por todas
a tantos mafiosos gobernantes, banqueros y otras lacras, culpables de
que nuestro pueblo viva en la miseria, de los más de 6 millones de
desempleos, de los 16 suicidios diarios por razones económicas, de las
más de 3 millones de niñas /os bajo el umbral de la pobreza solo en
España, de infinidad de familias, cada día más, sin ningún tipo de
ingresos, que contemplan como estos sindicalistas encabezados por Méndez
y Toxo, asisten a los cocteles reales de decrepito Borbón, a las
presentaciones de vergonzosos Planes de Empleo Juvenil, echando una mano
a un gobierno hundido, sin credibilidad y desprestigiado en todo el
mundo por sus constantes escándalos de corrupción.
La compañera Miriam sigue durmiendo en las frías calles de Santa
Cruz, cada vez más demacrada y delgada, en una tienda de campaña repleta
de consignas, con muchas personas que se acercan por allí cada día para
solidarizarse, para manifestarle un apoyo que debe traspasar todas las
fronteras, llegar donde los medios de comunicación de este sistema
corrupto no quieren, al corazón del pueblo, a la ternura revolucionaria,
al amor combatiente, a toda la gente que luchamos por una sociedad
igualitaria, fraterna y solidaria.
Hagamos correr esta voz, este ejemplo rebelde, insurgente, por todos
los rincones de nuestras conciencias. Que se sepa que UGT Canarias está
conduciendo a la muerte a esta mujer luchadora, que su Secretario
General en las islas, Gustavo Santana, no da la cara y oculta su cabeza
como los avestruces bajo el estiércol putrefacto del sistema.
¡Adelante Miriam! tu ejemplo de dignidad y coraje nos debe marcar el
camino de la lucha hasta el final, hasta la victoria, para tumbar este
fétido gobierno y desenmascarar a todos los que lo sostienen desde el
amarillismo y las políticas sindicales cortesanas, que solo buscan
subvenciones millonarias y el mantenimiento de un vergonzoso y miserable
nivel de vida, mientras la clase obrera canaria y española sufre una de
las peores situaciones sociales, laborales y económicas de su historia.
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