Presidentes y delegaciones de América Latina arribaron hoy a
esta capital para asistir a la misa de inauguración del pontificado del
papa Francisco, que se celebrará el próximo martes en la Plaza de San
Pedro del Vaticano. La mandataria argentina, Cristina Fernández, llegó
al aeropuerto militar de Ciampino, situado a 15 kilómetros al suroeste
del centro de Roma, y se reunirá mañana con el Santo Padre, en la
primera audiencia del nuevo Sumo Pontífice con un jefe de Estado.
Acompañan a Fernández para la entronización del cardenal argentino
Jorge Mario Bergoglio, el canciller Héctor Timerman; el presidente de la
Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti; el titular de la Cámara
de Diputados de la Nación, Julián Domínguez; y el diputado nacional de
la Unión Cívica Radical (UCR) Ricardo Alfonsín.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, viajó esta jornada a la
capital italiana para asistir a la ceremonia en representación del país
con mayor población de católicos del planeta, que asciende a 123
millones de personas.
Está previsto que la jefa de Estado sea recibida por el primer papa
latinoamericano, pero aún no se ha confirmado el horario de la cita.
Por su parte, el mandatario chileno, Sebastián Piñera, asistió esta
mañana al primer ángelus dominical del pontificado de Francisco, en la
Plaza de San Pedro del Vaticano, al cual acudieron más de 150 mil
personas.
Una delegación dominicana, encabezada por la primera dama, Candilla
Montilla, e integrada por el ministro administrativo de la Presidencia,
José Ramón Peralta, y el vicecanciller José Manuel Trullols, llegó
también este domingo.
Asimismo, se confirmó la llegada del vicepresidente de Nicaragua, el
general retirado Moisés Omar Halleslevens, y la ministra de Asuntos
Exteriores de Colombia, María Angela Holguin.
Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Federico
Franco; y de Honduras, Porfirio Lobo, anunciaron su viaje a Roma para
esta jornada.
A la misa del Jefe de Estado del Vaticano, elegido el pasado
miércoles, se prevé la asistencia de más de un millón de personas y 150
delegaciones oficiales de varias naciones, informaron fuentes de la
Santa Sede.