Los partidos políticos de Egipto, agrupados en el
Frente de Salvación Nacional (FSN),desmintieron este domingo que se
sumarán al diálogo convocado por el presidente egipcio, Mohamed Mursi,
para resolver la crisis en la nación. Los opositores aseguran que el
mandatario sólo quiere islamizar a la sociedad.
El FSN "no tiene
intenciones de sentarse a la mesa de negociaciones con el presidente",
declaró a la prensa Ahmad Hassan al-Borai, uno de los portavoces de la
coalición, en la que aparecen partidos liberales, laicos e
izquierdistas.
La refutación sigue a formulaciones del secretario
del Partido Nour (salafistas), Galal Al Mourra, en el sentido de que
esa organización está en contacto con todos los actores políticos para
persuadirlos a que se sumen al diálogo como parte de una iniciativa para
resolver la crisis que paraliza al país norafricano.
Al Mourra
recordó que todas las partes habían aceptado en principio asistir a las
conversaciones, incluidos la Presidencia, el Partido Libertad y
Justicia, brazo político de la Hermandad Musulmana que llevó a Morsi a
la Primera Magistratura, Construcción y Desarrollo, Ghad y el FSN.
A
mediados de la semana pasada, la coalición opositora anunció que
trabaja en la redacción de una propuesta para sacar al país del
estancamiento político, pero hasta el presente no han trascendido los
detalles.
Existen pocas probabilidades de que estén en curso
negociaciones sustantivas para solventar la crisis y un indicio en ese
sentido es el anuncio de que el presidente Mursi viajará este lunes a
Pakistán para una visita oficial.
El FSN demanda la formación de
un gobierno de unidad nacional, enmienda de la Constitución aprobada en
referendo en diciembre pasado y la cesantía del Fiscal General Talaat
Abdallah, un seguidor de la Hermandad Musulmana.
Egipto sufre una grave crisis política y es escenario desde hace meses de manifestaciones hostiles
a la política del presidente islamista, acusado de acaparar el poder y
de no haber conseguido solucionar los problemas sociales y económicos.
La
oposición acusa a Mursi de haber incumplido los ideales de la
revolución de 2011 que derrocó al expresidente Hosni Mubarak y llevó al
poder al primer presidente islamista de Egipto, en junio de 2012.
En lo que va de año han muerto decenas de personas en actos violentos y cientos más han resultado heridas.