CONTRAINJERENCIA
La mayoría accionaria de la televisora Globovisión, conocida por antichavista, será vendida a un empresario después de la elección presidencial, según un cable de la norteamericana AP.
Los empleados de la televisora se reunieron con los propietarios del canal y a la salida confirmaron la venta del 80% del paquete. Otro 20% perteneciente a un banquero fue expropiado por el gobierno tres años atrás y aún está en disputa sin que se pueda vender.
Según AP, el comprador es Juan Domingo Cordero, gerente de la empresa de seguros La Vitalicia, indicaron empleados de Globovisión que asistieron a la cita con los propietarios de 80% del canal, la familia Zuloaga.
Los compradores, según un trabajador, se han presentado como políticamente neutrales, al contrario de la actual dirección ultraderechista.El canal fue creado en 1994 y cuenta con unos 500 trabajadores.
"Somos inviables económicamente, porque nuestros ingresos ya no cubren nuestras necesidades de caja. Ni siquiera podemos subir los sueldos", dijo Guillermo Zuloaga, propietario del mayor paquete accionario, radicado en Miami y conocido por su vinculación con los circulos extremistas cubano-venezolanos.
"La anunciada venta de Globovisión es la prueba más contundente de la próxima derrota del candidato de la burguesía Henrique Capriles en las elecciones del 14 de abril" sostuvo ayer en Caracas el presidente de la ONG "Periodistas por la Verdad", Marco Hernández.
"El presidente de Globovisión y prófugo de la justicia, Ricardo Zuloaga admitió ayer que ese canal es declaradamente "enemigo del gobierno" y que hizo todo lo posible para que la oposición ganara las elecciones del 7 de octubre, desmintiendo de esa forma su pregonada autodenominación como "canal independiente de noticias". Nunca lo ha sido. La verdad es que es una trinchera propagandística de la oligarquía venezolana e internacional opuesta al proceso de cambios adelantado por el presidente Chávez, comprobable por cualquiera que analice su programación".
Hernández señaló que "en función de cumplir su papel de ataque a la revolución bolivariana, Globovisión violó todos los preceptos de la ética periodística, difundiendo programas de supuestos Productores Nacionales Independientes (PNI) que en realidad son empleados del canal y sirvientes de su línea editorial como los periodistas Leopoldo Castillo, Kico Bautista, Carla Angola o Roland Carreño, amén de espacios para dirigentes políticos histéricamente opositores como Jesús Torrealba e Ismael García, hasta el punto que una programación tan extremista y manipuladora de la verdad ha sido objeto de innumerables denuncias de Organizaciones de Usuarias y Usuarios (OUU) y de la apertura de ocho procedimientos administrativos en su contra y uno sancionatorio por parte de Conatel".
"Globovisión no es una ventana abierta al pueblo sino a la oposición, exclusivamente" aseveró. "Su abierto desafío a la ética y a la verdad con tal de lacerar la gestión de la revolución bolivariana contrasta con el punto de equilibrio informativo al que llegaron el resto de los canales privados venezolanos, quienes hicieron un mea culpa luego de su bochornosa participación en el golpe de estado de 2002 y el paro petrolero de 2002-2003".
Marco Hernández puntualizó que "el hecho de que los dueños de Globovisión hayan utilizado este momento decisivo para anunciar la venta del canal es la demostración más palpable de cuán cuesta arriba está para Henrique Capriles su nueva competencia por la presidencia de la república".
"¿Por qué Periodistas por la Verdad dice esto? Porque es totalmente falso que el canal sea inviable económicamente, como dijo ayer Zuloaga. Basta ver la facturación publicitaria de Globovisión, cuyos ingresos brutos fueron hace tan sólo dos años de 120 millones de bolívares fuertes con una ganancia neta de 11 millones de BsF., amén que es un medio de comunicación donde los periodistas gozan de los más altos salarios del mercado y que cuenta con uno de los mejores equipamientos tecnológicos en Venezuela".
"Lo que sucede es que los dueños del canal, representantes, por lo demás, de la burguesía parasitaria de Venezuela, sólo piensan en sus propios intereses como capitalistas que son y no en los periodistas a los que han utilizado como carne de cañón".
"Ellos anteponen primero sus intereses porque desde ya dan por descontada la derrota de Capriles el 14 de abril. Ante la cercanía del fin de su concesión, sabiendo que su comportamiento violatorio de la ética, la verdad y las leyes no es merecedor de una renovación de ella, ponen en venta el canal porque éste no tiene ningún valor sin la concesión que les da el Estado".
"Estamos absolutamente seguros que si vieran aunque fuera una posibilidad remota de un triunfo opositor el 14 de abril, se hubiesen "jugado a Rosalinda" esta vez, en lugar de causar la desbandada no sólo de sus periodistas sino de los seguidores de ese canal".
Contrainjerencia, marzo de 2013.