La Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) reconoció públicamente que evalúa un “amplio abanico de
operaciones" para llevar a cabo en Siria, entre las que destacan el
establecimiento de una zona de exclusión aérea y una intervención
militar, además de la imposición de embargo contra el Gobierno del
presidente Bashar al-Assad.
El comandante supremo de la OTAN en Europa, el almirante
estadounidenses James Stavridis, admitió que “algunos países de la OTAN
están considerando una posible intervención militar en Siria, que
debería seguir la misma secuencia que en Libia".
El Almirante fue interpelado por el Comité de las Fueras Armadas del
Senado norteamericano y aseguró que (en la OTAN )"estamos preparados si
se nos llama para intervenir" en el conflicto, en primera instancia
“eliminando las defensas aéreas sirias”.
El Comandante, sin embargo, explicó que "la Alianza ha decidido que
seguiría la misma secuencia que en Libia", en 2011, cuando la OTAN
intervino sobre la base de una resolución del Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas (ONU).
En aquella ocasión, la OTAN acudió “en apoyo de los países de la
región”, pero terminó, literalmente, destruyendo la mitad de Libia y
dejando a este país árabe sumido en una profunda depresión social y un
intenso conflicto político que, hoy día, no ha podido superar el pueblo.
"Estamos dispuestos, si se nos pide que nos comprometamos como lo hicimos en Libia", enfatizó Stavridis.
El Almirante recordó que, hasta la fecha, el único papel que ha
tenido la OTAN en el conflicto sirio se limita a la instalación de
baterías de misiles Patriot a lo largo de la frontera con Turquía, para
“evitar la intrusión aérea o el lanzamiento de misiles desde Siria”.
El militar estadounidense lamentó la situación que ha dejado decenas
de miles de muertos y millones de refugiados y desplazado. No obstante,
reiteró el apoyo a las facciones terroristas que actúan en ese país, aún
cuando son esos grupos armados los responsables de las muertes,
desplazamientos y desapariciones.
“Respaldar a la rebelión siria sería ayudar a dejar atrás el punto
muerto y terminar con el régimen (de Bashar al-Asad)", dijo, agregando
que se trataba solamente de una "opinión personal".
Por último el Almirante sostuvo que "es difícil ver las piezas de
Siria volviendo a juntarse", después de dos años de enfrentamientos
entre grupos terroristas y fuerzas armadas oficiales sirias.
Damasco ha presentado ante la ONU diversas pruebas que confirman el
apoyo y financiamiento que dan a estos grupos armados países como
Estados Unidos, Gran Bretaña, Turquía, Israel, Arabia Saudita y Qatar.
Las Naciones Unidas, por su parte, hacen caso omiso a estas denuncias
y pruebas para limitarse a debatir resoluciones de condena contra el
Gobierno de Al-Assad, las cuales terminan siendo vetadas por China y
Rusia, dos países con poder de veto en el Consejo.