"Creo que puedo decir con gran confianza que habrá un pico de actividad solar en otoño de 2013", dijo Douglas Biesecker, físico del Centro de Meteorología espacial de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos y presidente del grupo especial que emite predicciones sobre el ciclo solar.
Las manchas solares provocan cambios magnéticos en la superficie del Sol que pueden llegar hasta la Tierra. Si una gran eyección solar, como la ocurrida en 1859, se repitiera en el siglo XXI, las consecuencias podrían ser devastadoras, según avisan algunos expertos.
Los accidentes aéreos y de tráfico se multiplicarían por una serie de fallos en los sistemas de rutas, de aterrizaje, de los semáforos y de las señalizaciones.
Los sistemas eléctricos sufrirían un derrumbe total, dejando a las casas, las industrias, las refinerías, las plantas químicas o los hospitales sin energía. Los ascensores se convertirían así en otro punto negro, complicando las evacuaciones y dejando a miles de personas atrapadas.
Continentes enteros podrían quedar sumidos en la oscuridad durante meses y una "escasez crónica de energía sería posible", según el Consejo de Investigación Nacional de EE.UU.
En enero de 2013, el Observatorio de Dinámicas Solares de la
NASA alertaba sobre la formación de una gran mancha, en la que "cabrían seis Tierras enteras", que crecía hasta proporciones colosales y que provocaría nuevas y
potentes tormentas solares.