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General: ¿Te acuerdas del delantal de la abuela?
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From: t-maria2 (Original message) |
Sent: 21/03/2013 13:46 |
¿Te acuerdas del delantal de la abuela? La principal función del delantal de la abuela era proteger el vestido que estaba debajo, pero además servía de agarradera para retirar la sartén más que caliente del fuego. Era una maravilla secando las lágrimas de los niños, y en ciertas ocasiones, limpiando sus caritas sucias.
El delantal servía para transportar desde el gallinero los huevos, los pollitos que necesitaban terapia intensiva, y a veces los huevos golpeados que terminaban en la hornalla.
Cuando llegaban visitas, el delantal de la abuela servía de refugio a los niños tímidos, y cuando hacía frío, la abuela se envolvía los brazos en él.
Aquel viejo delantal, agitado sobre el fuego, oficiaba de fuelle. Y él era el que cargaba con las papas y la leña hasta la cocina.
Servía también de canasto para llevar las verduras desde la huerta.
Después de usarse en la cosecha de las arvejas, le tocaba el turno con los repollos.
Con él se recogían los frutos que caían de los árboles al terminar el verano.
Cuando alguien llegaba inesperadamente, era sorprendente la rapidez con que el viejo delantal podía sacar el polvo de los muebles.
Cuando se acercaba la hora de comer, la abuela salía a la puerta y agitaba el delantal, y entonces los hombres que estaban en los campos comprendían de inmediato que el almuerzo estaba listo.
La abuela también lo usaba para colocar en la ventana la torta recién sacada del horno, para que se enfriara. Actualmente, por el contrario, la nieta coloca la torta en el mismo lugar, pero para que se descongele.
Pasarán largos años antes de que alguien invente un objeto que pueda reemplazar aquel viejo delantal que tantas funciones cumplía… De la red. |
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Otro delantal ... de otra abuela .... casi igual !
Categoría: Querid@s el día 2010-02-23 16:24:12
EL DELANTAL DE LA ABUELA
Cuantas veces he pensado en el delantal; si me acuerdo mucho es porque era el símbolo que la hacía a ella “especial” ¿Diréis el por que? La abuela siempre tenía alrededor un montón de chiquillos, porque sus bolsillos siempre los tenía llenos de caramelos que nos daba cuando nos sentábamos alrededor de ella.

Siempre tenía en su mente historias maravillosas que nos dejaban embobados, y nos tenía tan callados, que se hubiese sentido el ruido de un alfiler al caer. Cuando bajaba a la calle y se sentaba con su silla de anea a la puerta de su casa, allí estábamos toda la chiquillería a por el dulce y por oír sus historias. Yo pensaba sobre las cosas tan sencillas y humildes que hacía el delantal de la abuela, y empecé a enumerarlas. Si llorabas por alguna caída servía de pañuelo y de moquero. Para coger del huerto las frutas y verduras. En el gallinero, para llevar los huevos a casa. También para taparte si tenias frío o ganas de cariño, te sentaba en sus piernas y te tapaba con él y sentías ese calor de su ternura tan especial. Cuando jugábamos al escondite nos tapábamos con su delantal, y ella gozaba más que nosotros con nuestros juegos infantiles, También servía de agarrador, cuando cogía del fuego el puchero para no quemarse las manos y hasta de soplillo para avivar el fuego. En casa había un hogar y cuando faltaba leña, la abuela se iba al granero, y se cargaba su delantal de troncos para que el fuego en invierno no faltase nunca y estuviésemos calientes alrededor de el. Y hasta de paraguas, si la pillaba una tormenta en el campo se lo ponía por la cabeza, y llegaba a casa ¡sin mojarse tanto! porque el agua, ¡si que la traspasaba! pero ella se hacía la valiente y nunca decía ni mú. En época de calor también tenia su misión, se tapaba la cabeza para que el sol no la dañase con su fuego abrasador. Porque el trabajo del campo era bastante duro, jamás la oí quejarse era una mujer feliz Cuando iba a la fuente, se lo ponía de lado, lo enroscaba a la cintura, y allí apoyaba el cántaro, para que el peso fuese más liviano, y no le hiciese daño en la cintura. Dios mío. ¿Cuántos recuerdos se agolpan en mi mente? ¡Añoranza de aquellos tiempos felices! íbamos al colegio, pero teníamos más tiempo de estar con nuestros abuelos ¿El cariño era tan grande? Hoy los nietos, están con los abuelos, pero como una obligación, para que los hijos trabajen, y lleven una vida “más agitada” pero (tienen más comodidades claro) y las mujeres ya no usan “delantal” la mayoría de las veces la comida es prefabricada ¡la vida ha cambiado tanto! La hacen grandes empresas, los niños comen en los colegios, ¡y no ven a sus padres mas que por la tarde! y al tener que hacer los deberes, ¡Casi ni se ven! el contacto es nulo entre ellos, menos mal, que aun existe el fin de semana “para compartir esos dos días con los padres. Me da pena comprobar el comprobar que hoy en día es una prenda en desuso, “Ese hermoso delantal” que en otros tiempos fue una prenda con señal de identidad de su dueña era tan útil e insustituible en el tiempo pasado. ¬Creo que nuestra generación ya no usamos delantales, somos más “finos” pero hemos perdido otros valores tan simples como era “El delantal de mi abuela” Ángeles fuentes
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