22 de marzo de 2013. 00:48h Chema M. del Hoyo. Madrid.
El Papa Francisco y el Premio Nobel de la Paz de 1980, Adolfo Pérez Esquivel, mantuvieron ayer una audiencia privada en la que el tema principal fue la dictadura militar argentina. Tras el encuentro, celebrado en la Biblioteca Vaticana, el Premio Nobel reconoció en rueda de prensa que durante la dictadura, el entonces superior de los jesuitas, Jorge Mario Bergoglio, llevó a cabo «una diplomacia silenciosa» y que a pesar de pedir «por desaparecidos, pobres y la situación de los Derechos Humanos, los militares tenían sus políticas». «Los militares no escuchaban las peticiones que muchos obispos realizaban por los sacerdotes, los laicos, el pueblo y los desaparecidos», afirmó Pérez Esquivel, y añadió que «hubo obispos cómplices con la dictadura, pero no Bergoglio; es muy difícil generalizar, no sería justo». Asimismo, explicó que otro de los asuntos que trató con Francisco fue los Derechos Humanos, sobre los que el Papa dijo «con mucha claridad» que hay que «buscar la verdad, la justicia y la reparación». Pérez Esquivel concluyó asegurando que la reunión con el Pontífice había sido «muy emotiva».