SAN SALVADOR, 24 de marzo.— Con misas en diferentes parte del país y una peregrinación en la capital, miles de salvadoreños y extranjeros recordaron este domingo los 33 años del asesinato de monseñor Oscar Arnulfo Romero.
"A Romero lo mataron por defender a los más débiles, a los más pobres, por decir la verdad, por denunciar las injusticias y es un mártir de la iglesia", dijo a la AP Lucía Escalante, una maestra jubilada de 65 años.
"Este aniversario lo conmemoramos muy animados porque creemos que el nuevo papa Francisco beatificará a monseñor Romero. Aunque para nosotros como pueblo monseñor Romero ya es un santo", declaró a la AFP la septuagenaria Rosa Gavidia, activista de las Comunidades Eclesiales de Base.
Los actos se iniciaron en la capilla del hospital de enfermos de cáncer La Divina Providencia, lugar donde al anochecer del 24 de marzo de 1980 Romero fue abatido cuando oficiaba una misa.