Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
¡ Feliz Cumpleaños cuerva84 !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: El arte de llorar por encargo
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: t-maria2  (Mensaje original) Enviado: 30/03/2013 23:31

El arte de llorar por encargo

Liu Jun-Lin llora por encargo en funerales / BBC Mundo

Liu Jun-Lin llora por encargo en funerales / BBC Mundo

Llorar a voluntad no es sencillo, pero a Liu Jun-Lin la contratan cada día para hacerlo en funerales de gente que no conoce. Es la plañidera más famosa de Taiwán. Una tradición que parece estar desapareciendo

Llorar para ganarse la vida es controvertido y algunos lo consideran una comercialización del duelo. Pero las plañideras como Liu aseguran que su profesión tiene una larga historia en Taiwán, en donde, según la tradición, los difuntos necesitan una despedida ruidosa para pasar de manera adecuada a la otra vida.

"Cuando un ser querido muere, uno lo siente tanto que cuando llega el funeral ya no quedan lágrimas", dice Liu.

"¿Cómo se puede cambiar el estado de ánimo para demostrar toda esa pesadumbre?", se pregunta.

Liu está ahí para ayudar a alcanzar el tono adecuado.

Hace décadas, las mujeres abandonaban el hogar para trabajar en otras ciudades y el transporte era limitado. Si alguien en la familia moría, muchas veces no podían llegar a casa a tiempo para el funeral, por lo que la familia contrataba lo que se conoce como una "hija filial" para acompañar a la familia en el duelo.

Los funerales tradicionales taiwaneses son elaborados y combinan un duelo sombrío con otro de tono más elevado para enardecer los ánimos.

Para esta última parte, Liu y su banda de plañideras se ponen vestidos de tonos vivos y realizan números de danza casi acrobáticos. Su hermano A Ji toca instrumentos tradicionales de cuerda.

Después, Liu se viste de blanco y se arrastra hasta el ataúd. Allí realiza su llanto más conocido mientras su hermano toca el órgano.

Sus sonidos son prolongados y ahogados, en una mezcla entre llanto y canto.

Le pregunto a Liu cómo hace para fabricar lágrimas a su voluntad, pero insiste en que su llanto es real. "En cada funeral al que asisto he de sentir que esa familia es mi familia, por lo que he de poner mis propios sentimientos en ello", dice.

"Cuando veo a toda esa gente afligida, me pongo todavía mas triste".

Negocio familiar

Con sus largas pestañas, sus hoyuelos y su voz cantarina, Liu, de 30 años, parece más joven. Por su forma de vestir parece más una estudiante de enfermería que una plañidera profesional.

Lin Zhenzhang, director de una funeraria que ha trabajado con Liu durante años, dice que ese es parte de su atractivo.

"Tradicionalmente pensamos que se trata de un trabajo para mujeres de otra generación. Pero Liu es tan joven y bonita que despierta la curiosidad de la gente".

La abuela y la madre de Liu eran plañideras profesionales.

En casa imitaba a su madre y a su hermana mientras ensayaban.

Los padres de Liu murieron cuando ella era pequeña, así que quedó al cuidado de su abuela, que no contaba con medios económicos suficientes.

Por eso, la abuela introdujo a Liu en el negocio familiar cuando apenas tenía 11 años.

Debía levantarse cada día antes del amanecer para ensayar y muchas veces no podía ir a la escuela porque tenía que trabajar. Cuando iba al colegio, los niños se reían de su extraño trabajo y de las ropas que llevaba.

Las actuaciones en los funerales tampoco eran fáciles, ya que mucha gente mira con desprecio a las plañideras.

"A veces, antes de empezar, la familia del fallecido no nos trataba bien. Pero después de la actuación, lloraban y nos daban las gracias".

En esas ocasiones es cuando Liu se dio cuenta del verdadero propósito de su trabajo.

Profesión en declive

"Este trabajo puede ayudar a la gente a liberar su enfado o a decir en alto lo que no se atreven", explica.

"También ayuda a la gente que no se atreve a llorar, porque todos lloramos juntos".

Gracias al empeño de su abuela y al desarrollo del negocio, la familia ha salido de la pobreza y Liu y sus hermanos tienen cada uno una casa. Cobran US$600 por cada actuación.

Pero según explica Lin Zhenzhang, es un trabajo en declive por la crisis económica y un creciente gusto por los funerales más sencillos.

Liu es consciente de ello y por eso ha contratado a 20 mujeres asistentes. Son jóvenes de buen aspecto que llevan uniformes blancos y negros, y que ayudan a los directores de las funerarias al embalsamamiento y otros servicios funerarios.

"No hay nadie en el norte de Taiwán que haga eso y está siendo más exitosos de lo que pensaba", dice Liu.

Por muchos cambios que haya, ella asegura que nunca dejará el negocio familiar.

"Es algo que le costó mucho construir desde cero a mi abuela. Debo enseñar a otros lo que ella me enseñó a mi y seguir con la tradición".


Primer  Anterior  2 a 5 de 5  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: t-maria2 Enviado: 31/03/2013 15:31

Me admira como las salen las lágrimas!


Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Margarita Enviado: 31/03/2013 16:28
Pues eso no es sólo de exóticos países orientales.
 
En Galicia, sin ir más lejos...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Quico º Enviado: 31/03/2013 19:33
Ya ves!!

Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: t-maria2 Enviado: 31/03/2013 20:03

http://vaichoraracangas.blogspot.com.es/p/grupos-2011.html

A Llorar a Cangas? Cuál es el origen...

A Llorar a Cangas

A Llorar a Cangas? Cuál es el origen de esta arraigada frase popular?
Esta expresión se utiliza actualmente cuando alguien se muestra ‘pedichón’ o choromiqueiro ‘’. También cuando se le quiere decir a alguien que no se lamente tanto, que no llore tanto… Va a llorar a Cangas! te va a quejar a Cangas! Pero, hay que ir a Cangas para llorar? Y por que a Cangas? Pues parece ser que hay muchos muchos años había en esta villa del Morrazo ‘choronas profesionales’-llamadas en Galicia y Portugal carpideiras-, que lograron mucha fama por su papel en los entierros de las altas esferas.

Cuentan los historiadores locales que, en siglos pasados, la villa canguesa contaba con afamadas carpideiras, que no eran más que mujeres a las que se les pagaba o recompensaba con algo de comer (en tiempos de mucho hambre) a cambio de que lloraran en los entierros, y aunque no habían conocido a los muertos. El objetivo era no dejar el difunto ni por uno según sólo en su funeral. Esta práctica se daba en el seno de las familias adineradas, de la nobleza o del clero, que, con la presencia de las carpideiras, querían demostrar que el difunto era una persona muy querida. Estas choronas profesionales pertenecían en muchas ocasiones a familias que se dedicaban la este oficio. Algunas se metían hasta tal punto en el papel, que llegaban incluso a arrancar los cabellos, arañarse o a desvanecerse para escenificar momentos de dolor por la pérdida del fallecido. Las había también bien informadas para la ocasión, tanto, que se encargaban de conocer al por menor anécdotas o momentos de la vida del muerto, para después contarlos en los funerales ante los presentes.
Entre el rito y el mito, cuentan que, si al cadáver no se le lloraba de sobra, este se molestaba y podría ‘castigar’ sus familiares con posteriores apariciones. Por eso, era preferible prevenir estos males perturbadores. Prácticamente no existen documentos que testimonien estas prácticas y lo que se conoce de ellas es por la sabiduría popular. Se calcula que tuvieron especial importancia en los siglos XVI y XVII, aunque hasta no hace muchas décadas atrás, aun se conocían en la comarca morracense algunas carpideiras que acudían a los entierros en la zona. Según la tradición oral, la práctica fue prohibida finalmente por mandamientos reales, que no consentían tales grados de exaltación del dolor, nen estos gritos en los funerales. En general, las carpideiras no eran de la familia del muerto, y los allegados al difunto, incluidos niños y criados, mantenían un luto riguroso que podía durar años. Las choronas fueron desapareciendo con el tiempo, y el refrán quedó en el imaginario popular. Los tiempos mudaron y también el sistema de entierros, aunque la tradición se presenta antigua. Se dice que ya los romanos se afanaban por despedir con grandeza sus muertos, y colocaban junto a sus tumbas recipientes para recoger las lágrimas de los presentes. De este modo, el resto de los asistentes podían comprobar cuanto se había llorado por el difunto. Desde los años 60 en adelante, se tienen pocos datos de la existencia de estas choronas, y, aunque las había por toda Galicia, se dice que las de la villa canguesa eran de las mejores. Que la frase ‘A Llorar a Cangas’ perdure en el tiempo, podría significar que el oficio aquí se siguió manteniendo, mientras que en otros sitios ya había desaparecido.

Hoy en día, los cangueses siguen teniendo algo de choróns, aunque no por eso los habitantes de esta villa perdieron su carácter festeiro. En ese acostumbran por enterrar antiguas lágrimas, aquellas que nacían de un paripé en el que lo que importaba era dejar bien parado (no tanto al difunto, que el pobre ya había pasado la mejor vida) sino a su núcleo familiar, demostrando que era un ser querido por el mucho que se le lloraba, la Asociación Deskarga Furtiva se proponen ahora parodiar el llanto y apostar por la risa, por la música y por un festival que nos permita disfrutar de una jornada alegre, al tiempo que recordar que también venimos de un pasado algo choromiqueiro, que también nos pertenece.
TEXTO: CECILIA MARTÍNEZ



Primer  Anterior  2 a 5 de 5  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados