La izquierda contraataca. Un día después de que Cristina Kirchner acusó de promover incidentes en el acto del 24 de marzo a los militantes del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, núcleo duro de la manifestación anti-K a Plaza de Mayo, el trotskism o salió a desmentir a la Presidenta.
Sus dirigentes denunciaron que una patota kirchnerista fue utilizada como grupo de choque para intentar que sus militantes no llegaran a la Plaza. No sólo lo denunciaron: a modo de prueba, subieron a internet 25 fotos y un videoque permiten ver, con claridad, a un nutrido grupo, desafiante, en plena manifestación, que forcejea con la militancia que la Presidenta había definido como “gente uniformemente vestida de rojo, amenazante, con garrotes en mano”.
El video elaborado por el Partido de los Trabajadores Socialistas, una de las tres patas del Frente de Izquierda que lidera Jorge Altamira, exhibe también una perla. La periodista consulta en la manifestación a Gabriel Mariotto sobre la convivencia del Frente para la Victoria y la izquierda en la Plaza, y el vicegobernador bonaerense se muestra conciliador. “Son dos grupos distintos que pueden convivir sin ningún inconveniente”, dice Mariotto.
Todo lo contrario a lo que, 72 horas más tarde, expresó su jefa en Twitter. En la misma entrevista, la periodista le pregunta por el Proyecto X. Mariotto dice que no sabe de qué se trata. Pone cara de jugador de póker y se va.
“Las declaraciones de la Presidenta son completamente falsas yterminan cubriendo a la patota K que nos quiso impedir el ingreso a la Plaza, entre los que estuvieron conocidos patovicas de la intervención en el INDEC”, aseguró Christian Castillo, el referente del PTS. En medio de esa “patota”, una fotografía permite ver la cara de Guillermo Moreno, el secretario de Comercio Interior.
En las fotos, los kirchneristas quedan identificados por las remeras de Unidos y Organizados. También se ve militantes con la consigna “Clarín miente” y otros que marchan sin remera. En otra de las fotos, también se ve un joven, de espaldas, con un palo en sus manos y la silueta de Néstor Kirchner en el torso.
A esos militantes, Cristina los había caracterizado como “jóvenes vestidos de azul, celeste o blanco, con banderas argentinas, brazos y manos entrelazadas, haciendo un cordón humano”.
“Lo que intentaron evitar –continuó Castillo– es que denunciáramos la impunidad y la represión de todos estos años”. Altamira, también había salido fuerte a contestarlñe a la Presidenta. Dijo que buscó reflotar la teoría de los dos demonios” .