Pagina principale  |  Contatto  

Indirizzo e-mail

Password

Registrati ora!

Hai dimenticato la password?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
Felice compleanno TATIS-7 !                                                                                           Felice compleanno Tatisverde !
 
Novità
  Partecipa ora
  Bacheche di messaggi 
  Galleria di immagini 
 File e documenti 
 Sondaggi e test 
  Lista dei Partecipanti
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Strumenti
 
General: Felicidades pueblo!!!
Scegli un’altra bacheca
Argomento precedente  Argomento successivo
Rispondi  Messaggio 1 di 13 di questo argomento 
Da: Marthola  (Messaggio originale) Inviato: 11/04/2013 16:46
 
m
m
Se aprobó el matrimonio igualitario. FELICITACIONES a tod@s los uruguay@s que emprendieron esta lucha por la igualdad de derechos!!!
m
m
TOD@S SOMOS IGUALES ANTE LA LEY Y LOS DERECHOS HUMANOS!!


Primo  Precedente  2 a 13 di 13  Successivo   Ultimo  
Rispondi  Messaggio 2 di 13 di questo argomento 
Da: Marthola Inviato: 11/04/2013 19:55
 
 
 
 
m
m
SINCERAMENTE: QUIEN SUFRIRÍA SI UN HIJO FUESE HOMOSEXUAL???
 
 

Rispondi  Messaggio 3 di 13 di questo argomento 
Da: Marthola Inviato: 11/04/2013 20:36
M
M
Uruguay hace más de 100 años que es un País Laico.
 Respetamos todos los cultos, pero gobernamos nosotros.
Hace 8 años que iniciamos el proceso hacía un país progresista y mientras el pueblo lo quiera, seguiremos en ese camino.
#MatrimonioIgualitario es igualdad en derechos.

Rispondi  Messaggio 4 di 13 di questo argomento 
Da: Marthola Inviato: 11/04/2013 20:42
SINCERAMENTE: QUIEN SUFRIRÍA SI UN HIJO FUESE HOMOSEXUAL???

Rispondi  Messaggio 5 di 13 di questo argomento 
Da: Marthola Inviato: 11/04/2013 20:51
Y la lucha continúa obviamente.

Uruguay valida la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo

La norma permite adoptar niños a las parejas homosexuales

Padres y madres podrán elegir el orden de los apellidos de sus hijos

 
 

Uruguay se convirtió el miércoles en el duodécimo país del mundo y el segundo de Latinoamérica en aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo. A partir de ahora, la ley ya no hablará más de “marido y mujer” sino de cónyuges o contrayentes. La norma había sido aprobada en primera instancia en diciembre por 81 de los 87 diputados presentes. Y el miércoles 3 de abril la ratificó el Senado con 23 votos a favor y 8 en contra. Al cabo de una semana llegó de nuevo a la cámara baja con ligeras correcciones y fue aprobada en la noche del miércoles por 71 votos sobre un total de 92, entre gritos de "igualdad, igualdad, igualdad", provenientes del público invitado a la sesión.

El proyecto contiene errores de redacción que deberán subsanarse en las próximas semanas. Con lo cual, el Congreso corregirá dentro de tres meses con otra ley lo aprobado ahora. Pero se tratará de un mero formalismo. La ley quedó sancionada este miércoles.

“He recibido hoy muchas llamadas de gente conmovida. Y más cuando uno piensa en un montón de gente que no está”, señaló Federico Graña, diputado de la coalición izquierdista Frente Amplio y miembro del movimiento Ovejas Negras, impulsores de la ley. “Si bien tenemos claro que somos dignos y andamos con la frente alta, hoy la sociedad lo reconoce”, añadió.

La norma también permite la adopción de hijos a las parejas del mismo sexo. Y autoriza a cualquier matrimonio, sin distinción de sexos, a elegir el orden de los apellidos de sus hijos. Entre heterosexuales los hijos recibirán el apellido del padre, salvo que haya acuerdo para poner en primer lugar el de la madre. “Esa medida cambia el rol de la mujer dentro de la familia y discute las tradiciones patriarcales que han regido hasta ahora”, añade Graña.

“Los cambios introducidos en el Senado no modifican sustantivamente lo que aprobamos en Diputados. Son, más que nada, cuestiones de forma”, indicó la diputada oficialista del Frente Amplio Daisy Tourné. Su compañero Federico Graña cree que la ley recoge más derechos que la que se aprobó en Argentina en 2010. “Gracias a Argentina y a España nosotros hemos aprendido de todo el proceso que se vivió allí. A nuestro país vinieron para asesorarnos activistas españoles como el socialista Pedro Zerolo y varios argentinos. Esa solidaridad fue muy importante”.

La Iglesia católica uruguaya recordó esta semana las palabras del papa Francisco cuando era arzobispo de Buenos Aires y el Gobierno argentino tramitaba en 2010 la primera ley sobre matrimonio igualitario en Latinoamérica: “Está en juego la identidad y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos (…).“Puede herir gravemente a la familia (…). Es la pretensión destructiva del plan de Dios”, señaló el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio. Sin embargo, la manifestación contra la ley convocada por la Iglesia católica uruguaya el pasado martes en Montevideo apenas tuvo seguimiento en las calles.

“Esta no es una ley en contra de nadie”, indicó ayer el diputado Jorge Orrico, también de la alianza Frente Amplio. “Solamente reconoce situaciones que la sociedad tenía metidas debajo de la alfombra. Si cada cual puede optar por la opción sexual que quiera, en la medida que no afecte a la libertad del otro hay que hacerse una pregunta muy sencilla: ¿En qué está influyendo a mi libertad que mi vecino esté casado con una mujer o con un hombre? En nada. Pero durante centenares de años hemos sido influidos por una serie de valores, muchos de origen religiosos. Aun cuando el Uruguay es el que menos influencia tiene de la Iglesia Católica, acá también influyó su doctrina”.

Sin embargo, diputados como Luis Alberto Lacalle, de Unidad Nacional, se han opuesto en repetidas ocasiones al proyecto por considerar que el origen etimológico del matrimonio (matris munium) se asocia a la maternidad de la mujer. "La ley no puede cambiar las cosas cambiando una etiqueta”, indicó la pasada semana al diario uruguayo El País. Y en cuanto a las adopciones por personas del mismo sexo, añadió: "El concepto es darle una familia al niño y no un niño a la familia, creo que no es conveniente habilitar la adopción por parejas del mismo sexo".

Los partidos de la oposición ofrecieron libertad de voto a sus diputados. José Carlos Cardozo, miembro del Partido Nacional, optó por votar a favor. “El Uruguay discutió mucho los derechos civiles en el primer tercio del siglo XX y después eso se frenó. Esta ley nos inserta en ese tipo de debates. La sociedad ha cambiado y lo único que hace el Parlamento es reconocer situaciones existentes. Ya reconocimos el concubinato entre parejas heterosexuales y sus derechos sucesorios hace dos años. Pero estaba funcionando en realidad cuando funciona desde hacía 30 años. Con esto sucede lo mismo”.

El matrimonio entre personas del mismo sexo se aprobó por primera vez en Holanda en 2001. Después le llegó el turno a Bélgica (2003), España y Canadá (2005), Sudáfrica (2006), Noruega (2009), Portugal, Islandia y Argentina (2010) y Dinamarca en 2012. También se reconoció este derecho en seis Estados de Estados Unidos, en la capital de México, en el Estado mexicano de Quintana Roo y en el brasileño de Alagoas.


Rispondi  Messaggio 6 di 13 di questo argomento 
Da: shara Inviato: 11/04/2013 20:51

Rispondi  Messaggio 7 di 13 di questo argomento 
Da: Marthola Inviato: 11/04/2013 20:52
SINCERAMENTE: QUIEN SUFRIRÍA SI UN HIJO FUESE HOMOSEXUAL???

Rispondi  Messaggio 8 di 13 di questo argomento 
Da: Marthola Inviato: 11/04/2013 22:30
Caza al homosexual (Jon Sistiaga)
Caza al homosexual

Detenciones, palizas, asesinatos. Ser gay o lesbiana en Uganda supone jugarse la vida

El Gobierno propone su ejecución; los predicadores siembran odio entre sus fieles

‘El País Semanal’ y Canal + retratan a víctimas y verdugos de la homofobia

La gente cree que lo nuestro es una enfermedad y que se nos puede curar. Por eso muchas lesbianas han sufrido lo que llaman violaciones correctivas. Te hablo de violaciones múltiples, de varios hombres abusando a la vez de una joven porque creen que si te violan en grupo te convencerás de que te gusta ser mujer y de que te gustan los hombres. Pero es que además, como resultado de esas violaciones, muchas lesbianas han acabado contagiadas de sida”. Jay Mulucha, de 26 años, es la presidenta de Fem Alliance Uganda. Habla pausado y mirando a los ojos al periodista, consciente de la atrocidad que está contando. Como diciendo: “¿A que es fuerte, verdad?”. Mulucha saca su cámara digital y busca entre las últimas fotos. Su rostro magullado e hinchado aparece en la pequeña pantalla. No hace falta ampliar la imagen. Varios jóvenes la golpearon en plena calle, en un mercado, después de que unas mujeres la increparan por vestir de manera masculina. “Tal y como visto hoy”, señala, “pantalones beis ajustados y una camisa negra”. Así es el día a día de los gais y lesbianas en Uganda. Acoso constante, persecución, criminalización. Pequeños pasos de una calculada estrategia para oficializar la homofobia de Estado.

Por eso, de muchos de los y las valientes que aparecen fotografiados en este reportaje solo podemos dar su nombre de pila: Hush, Kim, Patrick, Musa, Williams. Estos jóvenes se han puesto a la vanguardia de la dignidad en su país sabiendo que sobre ellos pesa la posibilidad de una condena a muerte. Y eso es mucho decir. Y es mucho arriesgar. Durante esa sesión de fotos sabían que la policía podía aparecer en cualquier momento y detenerlos, pero esta gente tiene claro que solo desde la resistencia, desde la tenacidad, pueden resistir a esa ola inquisitorial que los quiere muertos. Muchos de ellos han sido expulsados de sus casas y de sus familias. Algunos se refugian en casas de seguridad que diferentes organizaciones de apoyo a sus derechos tienen por toda Kampala. Una especie de pisos francos donde encuentran cama, comida y una verdadera familia.

La homosexualidad es un delito en 80 países del mundo. En algunos, como en Irán, Yemen o Arabia Saudí, donde se aplica la sharia, ese delito se paga con la muerte. Uganda, uno de los países más profundamente cristianos de África, también ha decidido modificar su código penal para condenar a muerte a los homosexuales. El proyecto de ley, actualmente en discusión en el Parlamento de Kampala, contempla la ejecución para la llamada homosexualidad agravada o reincidente, y la cadena perpetua para todo aquel sorprendido teniendo relaciones sexuales con alguien del mismo sexo. “La ley afecta a todo el mundo, no solo a los homosexuales”, cuenta Jay, “porque si conoces o sospechas que alguien es gay, estás obligado a denunciarlo bajo pena de tres años de cárcel. A nosotros nos meten la perpetua o la condena a muerte. Nos matan. Pero si tienes un hijo, una hija o un tío que sean gais, o los denuncias o vas a prisión”.

LE LLAMAN ‘LEY MATA-GAIS’

El autor de la conocida ya como ley mata-gais es David Bahati, un joven diputado del Movimiento de Resistencia Nacional, el partido del presidente Yoweri Museveni. Algunas malas lenguas dicen que ha sido elegido por otros parlamentarios más veteranos y más resabiados para ser el que defienda una ley tan polémica, porque el riesgo de quemarse en el intento es alto. Pero Bahati, voz contenida, discurso afable en las formas, incluso frío, se cree elegido para una misión muy especial: “La homosexualidad es ilegal. Es inaceptable en nuestro país. Queremos frenar su expansión. El contagio de nuestros niños. Sus fuentes de financiación. Queremos asegurarnos de que no se producen matrimonios entre homosexuales”. Bahati cree que la homosexualidad es un hábito. Un hábito que se aprende y que, por tanto, se puede desaprender. Sigue defendiendo la pena de muerte, aunque la fuerte presión internacional, sobre todo de los países que más ayuda a la cooperación y el desarrollo entregan a Uganda, está haciendo al Congreso repensar la ley. Bahati admite que igual no consigue que se apruebe la pena de muerte, pero que la cadena perpetua puede ser una buena alternativa. “Ustedes en España también tienen gente que rechaza la homosexualidad y sus matrimonios. Pues yo pertenezco a ellos”, dice sonriendo. Cuando le hago notar que en España, pese a las diferentes opciones sobre el matrimonio gay, nadie plantea su ejecución o encarcelamiento de por vida, responde que cada sociedad tiene sus propias leyes y puntos de vista: “Ahora estamos investigando a todas esas ONG que están promoviendo la homosexualidad. Se esconden en actividades de lucha contra el sida, o la pobreza, o la promoción de los derechos humanos, pero resulta que aquí, en Uganda, no consideramos la homosexualidad como un derecho fundamental”. Le pido pruebas, y no tiene; le pido números, y habla de rumores. Bahati dice que el 95% de la población rechaza la homosexualidad, pero no tiene la encuesta.

Queremos frenar la expansión de la homosexualidad, el contagio de los niños, su financiación”, dice el autor de la ‘ley mata-gais’

¿Qué le ha pasado a este país, uno de los más mimados por la comunidad internacional? ¿Qué ha ocurrido en este paraíso de turistas, la llamada perla de África, donde nace el Nilo blanco, para que sus diputados crean que, por encima de acabar con la pobreza, el sida o la malaria, sea prioritario poder ejecutar al que se declare homosexual? Uganda es un país cristiano. El 90% de su población es, a partes iguales, católica y anglicana. La religión está muy presente en la vida diaria y los programas de telepredicadores tienen un enorme seguimiento. Activistas de derechos humanos y observadores internacionales coinciden en que la llegada masiva de dinero y misioneros desde Estados Unidos ha modificado los principios de convivencia. Uganda se ha convertido en la nueva tierra de promisión para algunas iglesias evangelistas norteamericanas. Todo avión que aterriza en el aeropuerto de Entebbe trae entre sus pasajeros una cantidad considerable de los llamados cristianos renacidos, jóvenes de Ohio, Indiana o Wisconsin que vienen a esta tierra prometida en misión divina. Telepredicadores norteamericanos como Lou Engle, fundador del movimiento La Llamada, o Scott Lively, que escribió un libro titulado, atención, La esvástica rosa, se han acercado por Uganda y han encontrado en su odio al homosexual la manera de diferenciarse de otros credos. Ellos han convencido a los pastores locales de que los gais tienen una agenda oculta para reclutar niños ugandeses en las escuelas y que la homosexualidad es un hábito que se puede curar. El resultado es que muchos predicadores traducen esas ideas directamente desde el Viejo Testamento en términos de odio, aversión y xenofobia.

REVERENDOS DEL ODIO

“Yo amo a los homosexuales. Yo salgo a la calle a buscarlos ya decirles: ¡Eh, estás poniendo en peligro tu vida! Yo les aconsejo. ¡Y tú me llamas a mí reverendo del odio!”. A Solomon Male se le inyectan los ojos en furia y una vena de ira cruza su frente de izquierda a derecha. Mira con una mezcla de rabia e indignación que realmente no parece impostada. Está convencido de lo que dice. Male es un pastor evangélico que lidera la llamada Coalición Nacional contra la Homosexualidad en Uganda. “La homosexualidad es una adicción. Es un hábito que se aprende. Y cuando alguien cae, se convierte en un adicto”, insiste. Male ha curado a muchos homosexuales, o eso dice. ¿Cómo? Consejos, oración y fuerza de voluntad, según el pastor. Su discurso es agresivo y directo. En su Facebook se compara con Martin Luther King y asegura que no es como otros pastores, que él no regala indulgencias por dinero, lo que llama “góspel de la extorsión”. Eso sí, cobra por curar la homosexualidad. Tampoco es capaz de decir a cuántos ha curado. Muchos, es su respuesta. Cuando le digo que sus invocaciones dominicales contra los gais, que sus discursos llenos de rencor son invitaciones a que la gente actúe por su cuenta, vuelve a enfadarse: “Vosotros, occidentales, que sois prohomosexualidad, solo queréis oír un lado de la historia: que los gais están siendo perseguidos. Pero no queréis escuchar que los homosexuales son dañinos”.

Solomon Male es un personaje peligroso porque es capaz de canalizar todo su odio con una gran capacidad de seducción y unas supuestas evidencias científicas. Su elocuencia encandila a sus entregados feligreses. Como Martin Ssempa, otro de esos reverendos catódicos que están siempre en las tertulias radiofónicas y que se han convertido en estrellas mediáticas en su país. “Se dicen todo tipo de mentiras sobre mí. Que si predico para matar homosexuales, que si llevo pistola, que si corto cuellos, que soy supermalo y muy peligroso. Lo único que quiero es que se sepa que la homosexualidad es un crimen, una abominación, un estigma, un tabú”, me grita a la cara.

Ssempa está casado y tiene cuatro hijos. Es probablemente uno de los pastores más famosos de Uganda, y toda una estrella en Internet. Un vídeo suyo en el que da una conferencia sobre la maldad de ser gay alcanza la nada despreciable cifra de siete millones de visitas. Ssempa tiene su iglesia dentro de la Universidad de Makerere, la más grande de Kampala. Se asegura así un público joven, fértil y muy maleable. Su cruzada antigay ha disparado su popularidad. Al final de la entrevista le pregunto qué pensaría de mí si le dijera que soy gay, y Ssempa responde rápido, furioso: “Según la ley, Jon, tú eres un criminal y deberías ir a la cárcel. A los ojos de Dios eres un pecador. Y según mi opinión, necesitas ayuda. Yo soy pastor, puedo aconsejarte, y puedes cambiar”. Mientras charlamos, Ssempa no deja de saludar a seguidores y fans. Tiene don de gentes. Sabe hablar y sabe llegar. Y ese es el peligro. Acude a tertulias televisivas porque es simpático e histriónico, pero aprovecha para que su mensaje vaya calando, como lluvia fina, y conseguir adeptos o al menos silencios cómplices. Caldo de cultivo de una futura cacería de gais.

A 40 kilómetros de Kampala, en la pequeña aldea de Seya, está la tumba de David Kato, el más destacado de los militantes gais asesinados en los últimos años. Su muerte disparó las alarmas de la comunidad internacional. Fue la primera luz roja de un posible pogromo contra los homosexuales porque Kato era el más significado de los activistas. El más conocido. El propio presidente de EE UU, Barack Obama, condenó personalmente su asesinato. “Puede que quieran matarnos a todos, pero no conseguirán eliminarnos”, dice ante la tumba John Wambere, amigo íntimo del difunto Kato y también militante gay. Wambere mide casi dos metros y todo el mundo le llama Long John. Lleva una camiseta morada en la que se puede leer, sobre un mapa de África, 37 maneras diferentes de decir homosexual en el continente: kuchu, shoga, busti… Dice: “Aquí todo el mundo es creyente y los líderes religiosos desempeñan un papel fundamental por su capacidad de influencia. A individuos como el famoso Ssempa se les da espacios en las radios para soltar lo que quieran, pero si yo voy a defenderme, estaría promoviendo la homosexualidad”.

David fue asesinado poco después de que su nombre, su cara y su dirección aparecieran publicados, junto a los de otros 100 homosexuales, en un periódico sensacionalista que incitaba a sus lectores a que “los ahorcaran”. Durante semanas, el rotativo exhibió impúdicamente las identidades de Kato, Long John y otros muchos gais que se vieron expulsados de sus trabajos o apartados de sus familias. Aquellos artículos contaban patrañas como que la homosexualidad acorta la vida en 24 años y es más peligrosa que fumar, o que los gais tenían un plan secreto para reclutar a un millón de niños ugandeses en las escuelas. Esos titulares trajeron muertes y muchas palizas. Lo más sorprendente es que cualquier taxista de Kampala, cualquier camarero al que le preguntes por los homosexuales, te repite esas ideas. Porque las han leído o las han escuchado en los sermones dominicales o en las tertulias políticas. Y en un país con un 25% de analfabetismo no se cuestiona a los líderes políticos o religiosos. Una intoxicación informativa de manual. El paso previo a lo que algunos sociólogos llaman “eliminacionismo”.

Long John es muy pesimista y piensa que la ley se aprobará. Él tendrá que pasar a la clandestinidad o huir del país. La homofobia crece, alentada por políticos sin escrúpulos y reverendos mesiánicos como Ssempa, que entre bromas, y como si fuera gracioso, hablan de un futuro “gaynocidio”. “Yo a los que temo de verdad es a los que nos rodean”, confiesa Long John, “a los vecinos, los taxistas, los compañeros de trabajo. Esos son los que nos van a caer encima antes de que llegue la policía. Ya ha habido linchamientos y gente que se ha tomado la justicia por su mano. Si te pillan antes de que venga la policía, estás muerto”.

El ministro Simon Lokodo es uno de los más aficionados a presentarse rodeado de agentes en reuniones clandestinas de activistas homosexuales y detenerlos a todos. Lokodo es sacerdote católico, y es el ministro de Ética e Integridad del país, lo cual, me insiste, no le plantea ningún dilema ético o moral: “Los homosexuales son muy peligrosos, porque pueden acabar destruyendo la humanidad. ¿Por qué? En primer lugar te diré que son unos pervertidos que han perdido la orientación natural de la sexualidad, es decir, la reproducción. ¿Por qué no creó Dios solo hombres? En segundo lugar, por las leyes de la física. ¡Está claro! Dos polos diferentes se atraen. Dos polos iguales se repelen…”. Lokodo habla tranquilo, sin sobresaltos, sin dar la sensación de que está sermoneando. Está acostumbrado a recibir a periodistas europeos que le miran con cara de estupefacción e incluso indignación. Creo que hasta disfruta de forma un tanto sádica desempeñando ese papel. Lokodo confiesa que él no está a favor de la pena de muerte, pero sí del encierro de por vida, “para aislarlos y que repiensen lo que han hecho”.

La Constitución ugandesa dice que no es un crimen ser homosexual, sino cometer actos de homosexualidad. ¿Cómo resuelve el ministro de Ética esa contradicción jurídica para poder detener a su antojo a los homosexuales que quiera?: “Hay que distinguir una condición de una acción. Si eres lesbiana o eres homosexual, y haces gala de ello, entonces estás en proceso de cometer un acto de lesbianismo u homosexualidad. Es decir, un crimen”. A Lokodo no le tiembla ni un músculo al decir que la homosexualidad es ilegal, inmoral, criminal y, en definitiva, según me insiste, una abominación. Su cercanía al presidente del país le hace todavía más peligroso por su capacidad de influencia. ¿Es necesario un ministerio de Ética? Por supuesto, insiste. Le digo que los talibanes también tenían su ministerio para la Promoción de la Virtud y la Prevención de la Inmoralidad. “¡Me parece muy bien que lo tuvieran!”, exclama. Seguro que Lokodo, en cuanto vea este reportaje, pide a su policía antivicio que identifique a los gais y lesbianas que aparecen aquí. Ellos y ellas lo saben. Lo asumen. Pero se comen el miedo. Porque, como dice Long John, “si nos seguimos escondiendo, dirán que no existimos”.

Jon Sistiaga


Rispondi  Messaggio 9 di 13 di questo argomento 
Da: Marthola Inviato: 12/04/2013 19:43

Rispondi  Messaggio 10 di 13 di questo argomento 
Da: albi Inviato: 12/04/2013 20:13
 FELICITACIONES a tod@s los uruguay@s que emprendieron esta lucha por la igualdad de derechos!!!
m
m
TOD@S SOMOS IGUALES ANTE LA LEY Y LOS DERECHOS HUMANOS!!

Bravo para los hermanos uruguayos!!!!! vamos x más!
besos y abrazos
Albi

Rispondi  Messaggio 11 di 13 di questo argomento 
Da: albi Inviato: 12/04/2013 20:14

 
me encantó marthu!

Rispondi  Messaggio 12 di 13 di questo argomento 
Da: albi Inviato: 14/04/2013 06:15

Rispondi  Messaggio 13 di 13 di questo argomento 
Da: albi Inviato: 14/04/2013 06:38


Primo  Precedente  2 a 13 de 13  Successivo   Ultimo  
Argomento precedente  Argomento successivo
 
©2025 - Gabitos - Tutti i diritti riservati