Huelga de hambre de 10 mil presos palestinos en el Estado sionista
Una huelga de hambre de tres días sacudió todas las cárceles del Estado sionista, donde permanecen casi 10 mil presos palestinos. El motivo: la muerte, en una de ellas, de un luchador palestino condenado a prisión perpetua desde 2002. Maysara Abuhamdieh sufría de cáncer de esófago y los médicos del Servicio Penitenciario israelí le negaron el derecho a ser tratado clínicamente. En Hebrón, de donde provenía Maysara, movilizaciones masivas habían reclamado se le otorgara ese derecho, o que se le permitiera acceder a un hospital palestino (otro tanto ocurrió en toda Cisjordania, incluso entre sectores democráticos de Israel).
El primer ministro sionista, Benjamín Netanyahu, había alegado cínicamente que en su país los palestinos son tratados mejor aún que en los territorios bajo el régimen de la Autoridad Palestina. Ahmed Tibi, diputado por un partido árabe israelí (tradicionalmente conservador), acusó abiertamente a “algunos de los médicos del Servicio Penitenciario como agentes de la opresión” (Haaretz.com, 2/4). Dos días después, en este mismo medio, Gideon Levi, uno de los más importantes periodistas del país, editorializó sobre “la traición de los médicos israelíes a su profesión”.
La situación de los presos en las cárceles israelíes se ha agravado. Un año atrás, más de 1.200 presos sostuvieron una huelga de hambre en el Día del Prisionero Palestino, que se conmemora el 17 de abril. En febrero pasado otro preso, Arafat Jaradat, de 30 años, murió de un “ataque al corazón” -según sus carceleros- en el presidio de Meggido. Sus compañeros de celda denunciaron que se encontraba en perfectas condiciones de salud y que su muerte fue producto de una sesión de tortura. Ello llevó a otra huelga de hambre y a manifestaciones en Hebrón, de donde era Jaradat. Por otro lado, otros cuatro prisioneros palestinos se encuentran en huelga de hambre en prisiones israelíes. Uno de ellos, Samer Issawi, ha pasado ya los doscientos días tomando solamente agua.
La situación de los presos es la punta del iceberg de la opresión nacional palestina.
Norberto Malaj