Al menos diez personas fallecieron y 15 resultaron
heridas este lunes a causa del atentado con coche bomba contra el
primer ministro, Wael Nader Al Halqi. El Gobierno sirio condenó el
ataque y aseguró que fue perpetrado por grupos terroristas.
El corresponsal de teleSUR en Medio Oriente, Hisham Wannous,
reportó que hasta el momento no hay una cifra definitiva de víctimas
mortales y heridos, que “reciben tratamientos médicos en los hospitales
de Damasco”. Entre los fallecidos resalta un escolta de Al Halqi.
El atentado tuvo lugar cerca de las 09H00 locales
(06H00 GMT) en las adyacencias del parque Ibn Rushed en el barrio
Mazzeh, que se encuentra en la llamada “Área de Seguridad de Damasco”,
donde se ubican sedes de instituciones gubernamentales y militares.
El primer ministro luego de recibir tratamiento
médico y dirigirse a un Consejo de Ministros condenó la explosión,
diciendo que “se produjo por parte de los terroristas que sienten
frustración por los logros del Ejército” contra grupos armados, indicó
Wannous.
“Tales actos terroristas prueban una vez más la
frustración y la quiebra moral de los grupos opositores armados que
buscan derrocar al Gobierno, los cuales han recibido en las últimas
semanas severos golpes por la ofensiva del Ejército Árabe Sirio en todo
el territorio nacional”, indicó el premier Al Halqi.
Expresó que “este suceso solo fortalece la
determinación de continuar nuestro trabajo para reconstruir el país y
lograr la seguridad y estabilidad de la ciudadanía”. Agregó que el
pueblo insistirá en implementar el Programa Político presentado por el
presidente, Bashar Al Assad.
El Gobierno sirio considera la iniciativa de Al
Assad como la única y más segura salida a la crisis que sacude al país
desde marzo de 2011.
El periodista de teleSUR informó que residentes de
la capital siria avisaron la presencia de un globo térmico volando el
cielo, similar a los espías de fabricación estadounidense e israelí
detectados por el Gobierno recientemente en la parte norte del país.
El Gobierno sirio lucha contra grupos armados
ilegales que intentan derrocar al presidente constitucional, recibiendo
apoyo y financiamiento de potencias occidentales como Estados Unidos,
Francia y Gran Bretaña; y de países vecinos del Medio Oriente como
Turquía, Israel Arabia Saudita y Qatar.