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General: Exdictador guatemalteco Ríos Montt condenado a 80 años por genocidio
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actualizado | por AFP
Exdictador guatemalteco Ríos Montt condenado a 80 años por genocidio
El exdictador guatemalteco Efraín Ríos Montt, de 86 años, fue condenado este viernes a 80 años de prisión por genocidio
y otros crímenes de lesa humanidad, convirtiéndose en el primer líder latinoamericano,
y uno de los pocos en el mundo, en ser condenado por este delito.

1982-83
El ex dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt (1982-83) habla durante la audiencia del 9 de mayo en el juicio que fue condenado este viernes a 50 años por genocidio y a otros 30 años por otros crímenes de lesa humanidad.
"El acusado es responsable como autor del delito de genocidio y (...) se le impune una pena de 50 años inconmutables,
y el acusado es responsable contra los deberes de la humanidad (crímenes de guerra) cometido en contra de la vida e integridad
de los pobladores civiles y (...) se le impone la pena de 30 años de prisión inconmutable", anunció la jueza Jazmín Barrios, al leer la histórica sentencia, que puede ser apelada.
Ríos Montt fue hallado responsable de 15 masacres a manos del Ejército de 1.771 indígenas mayas-ixiles en el departamento de Quiché,
en el norte del país, durante su régimen de hierro entre 1982 y 1983, en tanto que su ex jefe de inteligencia militar, José Mauricio Rodríguez, fue absuelto de los mismos cargos.
De traje oscuro, el ex dictador, a quien la jueza también le revocó el beneficio de arresto domiciliario que tenía desde hace año y medio,
escuchó sereno la condena, mientras la sala del Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, de la Corte Suprema de Justicia estalló en aplausos.
"Se ordena la inmediata detención por la naturaleza de los delitos y se ordena el ingreso directamente a prisión", ordenó la jueza para garantizar el cumplimiento de la sentencia.
El jueves, al tomar la palabra por primera vez ante el tribunal, Ríos Montt, quien está acompañado en la sala de juicios por su hija, la exdiputada Zury Ríos, se había declarado inocente.
"Nunca he tenido la intención, el propósito de destruir a ninguna etnia nacional (...). No soy genocida", dijo con firmeza la víspera,
tras argumentar que estaba muy ocupado como jefe de Estado y no tenía control sobre los militares.
Una época de horror Bajo el régimen del general Ríos Montt, quien llegó al poder tras encabezar un golpe de Estado en 1982, el Ejército aplicó
la llamada política de "tierra arrasada" sobre poblaciones indígenas, a las que acusaba de colaborar con la guerrilla izquierdista, en el contexto de la Guerra Fría.
Durante el juicio, más de cien sobrevivientes de masacres testificaron en contra de los militares y revelaron atrocidades cometidas en sus lejanas poblaciones.
Con los rostros tapados con mantas tejidas de colores, mujeres indígenas relataron horrores, algunas fueron violadas por decenas de soldados hasta perder el conocimiento.
Otro testigo, Julio Velasco, un niño en la época, aseguró haber visto cómo los militares usaban
"la cabeza de una anciana como pelota", en un campamento militar, adonde fue llevado a la fuerza.
El fiscal del caso, Orlando López, pidió 75 años de prisión para Ríos Montt y Rodríguez, aunque la máxima es de 50 años de cárcel, según el Código Penal guatemalteco.
Histórico y polémicoLos abogados defensores consideran ilegal el juicio, con el argumento de que se violó el debido proceso,
y presentaron recursos para que se anulara y se volviera a la fase de investigaciones.
Poco antes de que se emitiera la sentencia, Francisco Palomo, uno de los abogados de Ríos Montt, había asegurado tener
"armas legales" para apelar en caso de que la sentencia "saliera mal para nosotros".
"Lo mínimo que se espera es una sentencia condenatoria; ya sabemos, eso es obvio, a ese Tribunal entran 100 personas y salen condenadas 101,
así de sencillo", había dicho Francisco García, otro de los defensores del exdictador, al acusar al tribunal de total parcialidad.
Las organizaciones de derechos humanos esperaban la sentencia. "Sí hubo genocidio", reza en letras rojas una enorme
manta negra que colocaron activistas en una plaza frente a la Corte.
El juicio dividió a los guatemaltecos. Unos afirman que en Guatemala hubo violaciones a los derechos pero no genocidio, entre éstos
el propio presidente Otto Pérez, un general retirado experto en contrainsurgencia; mientras que otros
sostienen que los informes de la ONU y la Iglesia documentan que sí ocurrió.
El gobierno de facto de Ríos Montt fue el más sangriento de la guerra civil que sufrió el país de 1960 a 1996
y que dejó 200.000 muertos o desaparecidos, según un informe de la ONU.
POS-DATA
Cuando sera que caera el mayor genocida que mato amas de 30.000 Colombianos en su narco-para-dictadura
el asesino NARCO-PARA-PITIYANKIE
de
ALBARO URIBE VELEZ????
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"Los juzgadores consideramos que la conducta del acusado José Efraín Ríos Montt encuadra en el delito de genocidio en calidad de autor, por lo que debe imponerse la pena correspondiente", leyó la jueza en la setencia de 80 años de prisión para dictador Efraín Ríos Montt.   |
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Ríos Montt: Del gobierno al tribunal
GUATEMALA (AP) — Efraín Ríos Montt ha sido dictador de Guatemala, presidente del congreso, pastor evangelista y ahora, a los 87 años, es el primer ex gobernante autoritario en América Latina condenado por genocidio en su propio país.

El ex dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt habla durante su juicio por genocidio en Guatemala, jueves 9 de mayo de 2013. A sus 86 años, el ex presidente de facto, congresista y predicador evangélico es el primer gobernante latinoamericano en ser juzgado por genocidio en su propio país. (AP Foto/Moisés Castillo)

ARCHIVO - En esta foto de archivo del 23 de marzo de 1982, el general Efraín Ríos Montt, centro, habla en conferencia de prensa en Guatemala para anunciar la creación de una junta tras el derrocamiento del general Fernando Romeo Lucas García. Acusado de la matanza de 1.771 indígenas durante su gobierno, el ex general de 86 años es el primer gobernante de facto latinoamericano en ser juzgado por genocidio en un tribunal de su país. (AP Foto, File)

ARCHIVO - En esta foto de archivo del 6 de noviembre de 2003, el ex general Efraín Ríos Montt habla en un acto de campaña electoral en Ipala, Guatemala. Ríos Montt se postuló como candidato a presidente en 1974, 1982 y 2003. (AP Foto/Moises Castillo, File)
GUATEMALA (AP) — Efraín Ríos Montt ha sido dictador de Guatemala, presidente del congreso, pastor evangelista y ahora, a los 87 años, es el primer ex gobernante autoritario en América Latina condenado por genocidio en su propio país.
Un tribunal de tres miembros declaró también a Ríos Montt culpable de crímenes contra la humanidad, y lo condenó a 890 años de prisión.
Enigmático, de rostro adusto y voz de bajo, inició su carrera militar como cadete en 1946 y ascendió a general de brigada en 1972.
Se presentó como candidato a presidente en 1974, y perdió en una elección que muchos calificaron de fraudulenta. En marzo de 1982, encabezó un golpe de Estado que le permitió detentar el poder durante 18 meses, en la etapa más sangrienta de una guerra civil que duró 36 años.
Fue durante esa etapa que el ejército cometió la mayor parte de las 617 masacres de pueblos indígenas mayas como parte de una ofensiva de tierra arrasada, respaldada por Estados Unidos, contra una insurrección izquierdista iniciada en el centro del país.
Los fiscales alegaron que Ríos Montt, cuando detentaba el poder, tuvo conocimiento y fue responsable de la matanza por sus subordinados de al menos 1.771 mayas de la etnia ixil en las poblaciones de San Juan Cotzal, San Gaspar Chajul y Santa María Nebaj, departamento Quiché, en las sierras occidentales.
Añadieron que el plan era eliminar a la etnia ixil.
El gobierno de Ríos Montt es recordado por su feroz campaña contra la insurgencia, por los jueces sin rostro que presidían juicios sumarios de presuntos subversivos y por los mensajes moralistas y religiosos que el dictador pronunciaba por televisión los domingos por la noche.
"El hombre que tiene dos mujeres es un cerdo; la mujer que tiene dos hombres es una gallina", dijo en una de las emisiones.
Ríos Montt fue derrocado por un golpe de Estado en agosto de 1983. Para entonces, había sembrado la discordia entre los guatemaltecos: los militares estaban furiosos por los ascensos otorgados a oficiales jóvenes a despecho de la tradición; los empresarios y la clase media, por la creación de nuevos impuestos; los católicos, por el desaire al papa Juan Pablo II, quien había intercedido por varios condenados a muerte.
Como cristiano evangélico, Ríos Montt se negó a inclinarse ante el pontífice durante su visita al país de amplia mayoría católica en 1983.
Irónicamente, Ríos Montt es hermano del obispo Mario Enrique Ríos Mont, quien ha encabezado la comisión de derechos humanos del episcopado guatemalteco.
A pesar de su gobierno de mano dura, Ríos Montt conservó su popularidad entre muchos guatemaltecos, sobre todo en las zonas más golpeadas por la ofensiva militar contra la guerrilla, debido aparentemente a sus políticas de bienestar social y la paz, siquiera incierta, que impuso su campaña.
Durante su juicio, unos 500 mayas ixiles llegaron a la capital para manifestar su apoyo en autobuses, con carteles que tachaban de mentira la idea de que Ríos Montt había intentado un genocidio contra la etnia.
Los manifestantes llegaron de Nebaj, una zona donde el Ejército cometió algunas de las peores matanzas.
Pero cuando Ríos Montt fue a juicio este año, decenas de víctimas testificaron haber sobrevivido a violaciones, masacres y otras atrocidades. Dijeron que niños, mujeres y hombres desarmados eran asesinados en una campaña que buscaba eliminar el apoyo a una guerrilla de izquierda.
Ríos Montt alcanzó tal popularidad que en 1985 se agregó un artículo a la Constitución que le prohibía a él y sus descendientes postularse a la presidencia. A partir de entonces, se esforzó por modificar la ley y fortalecer el Frente Republicano Guatemalteco, un partido de derecha que creó registró en 1990.
Regresó al gobierno como legislador en 1999, cuando su candidato Alfonso Portillo ganó la presidencia y el FRG obtuvo la mayoría en el Congreso. El partido lo designó jefe de su bloque de congresistas.
Ríos Montt pudo realizar su sueño de volver a contender por la presidencia en agosto de 2003. La Corte Constitucional anuló varios fallos previos y autorizó su candidatura en medio de violentas manifestaciones protagonizadas por decenas de miles de campesinos pobres en la capital. Pero terminó en un lejano tercer puesto, perjudicado por los escándalos de corrupción y la inseguridad creciente que caracterizaron el gobierno de Portillo.
A pesar de una serie de investigaciones internacionales que lo hallaron responsable de crímenes de guerra, Ríos Montt mantuvo su escaño en el Congreso durante 15 años, hasta que perdió una reelección en 2011. Al perder su inmunidad parlamentaria, fue colocado bajo arresto domiciliar.
En enero de 2012 fue acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad. El juicio comenzó en marzo, después que las cortes rechazaron un centenar de recursos.
El juicio apareció como un punto de inflexión en la historia de un país que aún padece el trauma de un conflicto que dejó unos 200.000 muertos.
Sentado rígidamente en la corte, vestido con impecable traje oscuro y zapatos lustrosos, el ex general rechazó con firmeza toda culpa.
"Me declaro inocente", dijo Ríos Montt al tribunal de tres jueces el jueves, mientras muchos de los presentes aplaudían. "Nunca he tenido la intención ni el propósito de destruir a ninguna etnia nacional".
"Nunca ordené que se atentara contra una raza, nunca lo hice y de todo lo que han dicho no ha habido una clara participación", añadió.
Ríos Montt tuvo tres hijos. Homero, el mayor, murió en 1982 cuando los guerrilleros derribaron el helicóptero en que viajaba. Su otro hijo, Enrique, fue militar y luego ministro de Defensa durante el gobierno del partido de su padre.
Zury, la menor, es miembro del partido de su padre y ocupó varias veces un escaño en el Congreso. Está casada con un ex miembro de la Cámara de Representantes estadounidense, el republicano Jerry Weller.
Copyright © 2013 Associated Press. Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, difundido, reimpreso, o redistribuido.
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Efraín Ríos Montt ha sido dictador de Guatemala, presidente del congreso, pastor evangelista
PASTOR EVANGELISTA ! ! ! ! 
SALUDOS REVOLUCIONARIOS  
(Gran Papiyo) |
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Todo muy lindo. Celebro la sentencia.
Pero la Justicia guatemalteca termina acá ?????
Condenando a la cárcel común a un criminal de casi noventa años ??????
Qué piensan hacer con los que llevaron a cabo sus órdenes ?????
Qué pasa con los que secuestraron, torturaron, violaron y asesinaron ?????
Por qué absolvieron al Jefe de Inteligencia ??????
Me resulta muy difícil de creer que él no tenga, también, las manos llenas de sangre.
Espero que ésto sea sólo el inicio de todo lo que resta aún por hacer en Guatemala, para poder decir algún día : SE HIZO JUSTICIA. 
Sentencia histórica
Por Gastón Chillier *

En un fallo que marcará un hito en la historia del proceso de justicia por los graves crímenes cometidos por las dictaduras de la región, el ex general José Efraín Ríos Montt fue condenado a 80 años de prisión por ser responsable de genocidio y crímenes de lesa humanidad cometidos entre abril de 1982 y agosto de 1983, período durante el cual gobernó Guatemala. El Tribunal A de Mayor Riesgo revocó su arresto domiciliario y dispuso que cumpla la pena en cárcel común. Por su parte, el ex jefe de inteligencia José Mauricio Rodríguez Sánchez fue absuelto.
Los jueces consideraron que Ríos Montt planificó y autorizó la ejecución de los planes Campaña Victoria 82, Operaciones Sofía, Operaciones Ixil y Firmeza 83, que se tradujeron en el exterminio de miles de hombres, mujeres y niños pertenecientes al grupo maya-ixil. La cifra total de víctimas equivale al aniquilamiento del 33,61 por ciento de esa etnia.
Luego de dos meses de intenso debate, en el que fueron frecuentes las amenazas y las presiones a jueces, fiscales, defensores de derechos humanos y testigos, y tras las numerosas maniobras dilatorias efectuadas por las defensas de los imputados, que incluyeron diversos amparos ante la Corte de Constitucionalidad, concluyó un juicio histórico destinado a poner fin a décadas de impunidad vividas en el país centroamericano.
Ante el tribunal declararon 98 testigos. Todos ellos detallaron las masacres, las torturas, las desapariciones y los fusilamientos masivos cometidos durante la dictadura de Ríos Montt. Es importante destacar también los testimonios de mujeres que denunciaron los crímenes sexuales de los que fueron víctimas ellas, sus hijas y otras integrantes de la comunidad. A partir de esas declaraciones, se pudo establecer que las violaciones masivas formaron parte del plan genocida, ya que fueron efectuadas de manera sistemática y tuvieron el propósito de causar daños irreparables en los cuerpos y vidas de las mujeres ixiles.
“Este juicio debe servir para que exista paz en Guatemala”, dijo Yassmin Barrios, presidenta del Tribunal, al concluir la lectura del veredicto. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) coincide plenamente con esta postura y subraya que la causa llevada a cabo contra Ríos Montt forma parte del proceso regional de rendición de cuentas por las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante los períodos dictatoriales vividos en la mayoría de los países de América latina. Esperamos que el poder judicial de Guatemala en su conjunto respalde este juicio, que fue conducido bajo el debido proceso y con un profundo respeto por las garantías de los imputados y de los derechos de las víctimas.
* Director ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS  
(Gran Papiyo)
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De: Quico º |
Enviado: 12/05/2013 20:11 |
PASTOR EVANGELISTA ! ! ! ! 
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marioenelblog.blogspot.com.ar

Entre los centenares de grupos fundamentalistas que hace treinta años hacían proselitismo en Guatemala, la secta denominada "Iglesia del Verbo" era un caso llamativo: contaba entre sus feligreses al general José Efraín Ríos Montt, presidente de facto de la República. Ríos llevaba la banda presidencial desde el golpe de cuartel del 9 de junio de 1982, cuando había hecho renunciar a los otros dos integrantes de la junta militar establecida, nueve semanas antes, para sustituir a Romeo Lucas García.
La "Iglesia del Verbo" se organizó en Guatemala por los días del terremoto de 1976, y en pocos años ya tenía 6.488 centros de culto, 91 colegios, 60 librerías, 19 publicaciones periódicas y 5 emisoras. Aunque se presentaba como un "movimiento ajeno a toda cuestión política", eran notorios en sus dirigentes la orientación ultraderechista, el desprecio por los valores culturales autóctonos y la actitud reaccionaria hacia toda forma de compromiso con la acción social. Como uno de sus principales líderes, Ríos Montt llevó a la jefatura del Estado concepciones del poder y del orden que durante años han caracterizado el fundamentalismo protestante en América.
Desde los tiempos de la presidencia de Ronald Reagan ha sido notorio el estrecho vínculo que existe entre ciertos grupos religiosos y la extrema derecha de los EE.UU., cuyo más conocido exponente fue el movimiento Mayoría Moral. Como integrante de esa inocultable alianza, la "Iglesia del Verbo" guatemalteca es de aquellas organizaciones que proclamándose en favor de la vida, de la familia tradicional, de la moralidad y de América, centran su actividad evangelística en tres puntos básicos: la defensa de la economía capitalista, la promoción de los valores seculares del pueblo norteamericano y el ejercicio del anticomunismo más hirsuto.
El general Ríos había decidido combinar su oficio de estadista con las actividades de predicador. Todos los domingos por la noche se presentaba por la radio y la televisión para "evangelizar" a sus compatriotas. Sus sermones eran una mezcla retórica de anuncios aterradores sobre la embestida del mal en el mundo, historietas piadosas, lemas de grosero anticomunismo, predicciones acerca del final de los tiempos, consejos de paciencia y resignación para los pobres... y amenazas contra los inconformes.
Muchos fundamentalistas de Latinoamérica vieron a Ríos como "el ungido de Dios". Así lo llamó el pastor Luis Palau cuando el 25 de noviembre de 1982 hizo un sermón en presencia de 750.000 fieles, congregados para celebrar el primer centenario de la llegada del protestantismo a Guatemala. Para hombres tan fanáticos y reaccionarios como Palau, versión tropical del reverendo Billy Graham, la figura de un dictador militar con la Biblia en una mano y el fusil en la otra constituía el cumplimiento de viejos sueños.
Durante los catorce meses del gobierno que presidía "el ungido", cuyo lema era "Frijoles y fusiles", miles de indígenas, campesinos, obreros, estudiantes y profesionales fueron víctimas de desapariciones forzadas y de ejecuciones extrajudiciales cuya responsabilidad se atribuyó a efectivos las fuerzas armadas, a servidores de los cuerpos de seguridad y a integrantes de bandas paramilitares que actuaban con respaldo del gobierno. Mientras el presidente de la República hablaba por televisión del amor de Cristo y de los dones del Espíritu Santo, los hombres bajo su mando secuestraban, torturaban y asesinaban sin que el evangelista moviera un dedo para impedirlo.
"Ahora está llegando el amor —solía repetir Ríos Montt en sus mensajes de los domingos por la noche—. Es el tiempo de la verdad, la justicia y la humildad..".Entre un sermón y otro la violencia estatal recaía cotidianamente sobre los ciudadanos. Vehículos de placas inidentificables recorrían las carreteras de los 22 departamentos, llevando a todas partes el terror y la destrucción. Las operaciones militares de "tierra arrasada" se convirtieron en práctica rutinaria.
"¡Hay que devolverle Guatemala a Dios!" —decía en la pantalla chica el piadoso general, sin referirse jamás a los crímenes perpetrados por las tropas y por las patrullas de autodefensa—. "¡Hay que conquistar el país para Cristo!".
En agosto de 1983 Ríos Montt fue derrocado por un nuevo cuartelazo. Pocos días antes había dicho a un periodista colombiano: "Nosotros tenemos algo que trasciende mucho más el entendimiento político. Nosotros tenemos un entendimiento que es superior a eso. Nosotros decimos: ¡Gloria a Dios!"
SALUDOS REVOLUCIONARIOS  
(Gran Papiyo)
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La "Iglesia del Verbo" se organizó en Guatemala por los días del terremoto de 1976, y en pocos años ya tenía 6.488 centros de culto, 91 colegios, 60 librerías, 19 publicaciones periódicas y 5 emisoras.
Cabe preguntarse :
Con qué dinero se hizo todo ésto en tan poco tiempo ??????
Obviamente : con plata del Imperialismo yanqui.
Es bien sabido como proliferaron, en las décadas pasadas, todas estas Sectas "cristianas" por América Latina, para frenar el avance de la Teología de la Liberación.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS  
(Gran Papiyo) |
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