Dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB)
aceptaron la invitación del Gobierno de Evo Morales al diálogo y
asistirán este martes a una reunión para discutir el aumento de las
pensiones, razón de una huelga que sostiene la organización sindical
desde la semana pasada.
El secretario de Hacienda de la COB, Oscar Tapia, afirmó que la
agrupación gremial está dispuesta a volver a la mesa de negociaciones.
Sin embargo, aclaró que "asistiremos sin levantar nuestras medidas de
presión".
Este martes, las actividades en la totalidad de
los colegios capitalinos fue suspendida, luego de que, la víspera, un
masivo desfile de profesores recorriera toda la avenida de El Prado.
El mayor sindicato del país realiza desde el pasado lunes una
protesta en reclamo de un aumento del ciento por ciento de las
jubilaciones de los mineros, una petición considerada desmedida por el
Gobierno por poner en riesgo a largo plazo el sistema de pensiones para
el resto de los trabajadores.
Las autoridades insistieron en constantes llamados al diálogo, que la
COB declinó o puso condiciones para su desarrollo, en tanto en algunos
sectores se mantuvieron los bloqueos de carreteras y caminos.
La COB una renta de más de mil 147 dólares para los mineros y
de unos 715 para otros sectores; mientras el Ministerio de Economía
planteó inicialmente como solución de un máximo de 570 para los primeros
y de 457 para los demás asalariados.
En las últimas horas la
Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia
(Csutcb) exhortó a los afiliados a la COB a deponer sus medidas de
fuerza y aceptar la negociación.
El secretario de Tierra y Territorio de la Csutcb, Rodolfo
Manchaca, insistió en la necesidad del diálogo, en lugar de amenazar con
radicalizar sus presiones con la intención de lograr un incremento en
las rentas de jubilación.
Según el dirigente campesino, su sector siempre
apuesta por las conversaciones para evitar confrontaciones, que, en la
mayoría de las ocasiones, perjudican a la población, más necesitada de
trabajar que de movilizarse.
Entre tanto, la mina de Huanuni entró en déficit tras su sexto día sin funcionar, debido a la huelga.
De acuerdo con el ministro de
Minería, Mario Virreira, las pérdidas por cada día de paro ascienden al
medio millón de dólares, por lo que la empresa se encuentra en números
rojos.
Según el último informe
ofrecido por el Gobierno, hasta el jueves pasado, la protesta dejó como
saldo más de treinta heridos, cerca de 370 detenidos, tres policías
secuestrados por un grupo de mineros, centenares de cartuchos de
dinamita y otros explosivos decomisados, un puente derribado y hectáreas
de cultivos y carreteras dañados por las protestas.