Joan Mª Batlle | 21.05.2013 | 04:05h
Historia de miedo. Bueno, pues ya está, ya se lo han sacado de encima. Les ha costado, se lo han permitido todo, les ha dejado el club hecho unos zorros, pero Mourinho ya es historia del Madrid. Una historia de miedo, por mucho que Florentino Pérez hablara de un balance positivo y de un salto deportivo y competitivo... ¿Cómo? ¿Salto? Como no sea un salto al vacío... De todos modos, el presidente también dejó malparado al portugués al dejar claro que no había aguantado la presión... Tiene gracia que la presión sea un problema cuando se ganan diez millones al año.
Pero bueno, es el fútbol que tenemos. Y sin Mourinho seguiremos teniendo más de lo mismo. Florentino dijo que al Madrid solo le vale ganar. Y es verdad, lo mismo que al Barça. Por lo tanto, la pasión, la rivalidad y las urgencias seguirán siendo las mismas según la pelota le entre a uno o al otro.
Pero, en otro sentido, la marcha de Mourinho deja un paisaje diferente en el fútbol español. El Madrid huirá de la agresividad con la que se movía el portugués con la única finalidad de destruir al Barça. Sin ninguna duda, mejorará la imagen que proyecta hacia el exterior y la paz volverá al vestuario. Casillas será de nuevo la cara amable en detrimento de los que solo están ahí por dinero y lucimiento personal, que irán perdiendo peso específico hasta acaso cansarse y precipitar su salida.
¿Y deportivamente? Yo creo que la marcha de Mourinho beneficia al Madrid y, en consecuencia, perjudica al Barça. Los blancos tienen un gran equipo que solo tenía el problema de que se movía activado por el odio que le inyectaban desde el banquillo. Tanto rencor, tanta violencia, solo creaban ansiedad y de la ansiedad a la precipitación únicamente hay un paso. Mourinho les exigía ganar de cualquier manera, especialmente con malas maneras. Si el que viene es listo, les liberará de los malos espíritus. Y el equipo lo notará.