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19 de junio de 2013, 08:29Roma, 19 jun (PL) La erradicación del hambre y la pobreza en el mundo no es un trabajo aislado sino de todos los pueblos, aseveró hoy el viceministro boliviano de Desarrollo Rural y Agropecuario, Víctor Hugo Vásquez.
Durante una entrevista con Prensa Latina en la Conferencia de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Vásquez opinó que es fundamental la organización entre los continentes para lograr ese objetivo.
Resaltó la urgencia de que los países industrializados tomen conciencia al respecto y apoyen con financiamiento y con la disminución de los niveles de contaminación de modo que se garantice la vida y no la muerte.
Tiene que haber equilibrio entre el hombre y la naturaleza, una práctica ancestral que no busca dominar la naturaleza sino recibir de ella. Recuperar ese principio de la convivencia armoniosa deviene alternativa para salvar al mundo, subrayó el funcionario.
Asimismo destacó el papel de iniciativas regionales como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y la Unión de Naciones Suramericanas, las cuales contribuyen a enfrentar los obstáculos que atentan contra una buena convivencia para la humanidad.
Sobre el hecho de que 2013 haya sido declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas Año Internacional de la Quinua, expresó que es una fortaleza al permitir dar a conocer una herencia de siete mil años que constituye una alternativa frente a la crisis alimentaria y climática.
La FAO opina que la quinua puede ser un aliado para la erradicación del hambre debido a su potencial para la seguridad alimentaria.
Es cultivada en los Andes desde hace más de siete mil años, y se considera un grano sagrado por los pueblos originarios debido a sus características nutricionales excepcionales.
Constituye el único alimento vegetal que posee todos los aminoácidos esenciales, oligoelementos y vitaminas para la vida, además de no contener gluten.
También es capaz de crecer en las más duras condiciones, soportando temperaturas que van desde menos ocho grados Celsius hasta los 38 y se puede sembrar a nivel del mar y a cuatro mil metros de altura.
rc/mfb |
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