25 de junio de 2013, 09:24La Paz, 25 jun (PL) Luego de varios meses de aparente tranquilidad, el boliviano Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis) vuelve a ser hoy la manzana de la discordia y se convierte en motivo de enfrentamientos entre vecinos y mercenarios llegados al lugar.
Según la presidenta de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), Melva Hurtado, al menos 500 posibles agresores, contratados fuera de la región, arribaron en las últimas horas a la reserva con la intención de arremeter contra los corregidores del Tipnis, quienes desarrollan una reunión en la zona.
Hurtado denunció que desde ayer decenas de avionetas sobrevuelan la comunidad de Gundonovia para trasladar a "personas contratadas por la gobernación de El Beni para maltratar a los indígenas", un hecho que se vivió la semana pasada, cuando líderes originarios fueron atacados antes de un encuentro.
También llamó la atención sobre el riesgo que corren ancianos, mujeres y niños, principales blancos de los mercenarios, los cuales arribaron también en barcos desde la tarde anterior e iniciaron sus amenazas nada más encontrarse allí.
La líder indígena advirtió que más de 500 de estos individuos tienen rodeada la comunidad, en tanto alegan que implantarán la justicia comunitaria, en franca alusión a los dirigentes indígenas reunidos en el lugar.
Al mismo tiempo, insistió en que la Cidob prepara un informe para presentarlo al Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, para denunciar acciones violentas contra sus caciques.
El 21 de junio grupos dirigidos por Adolfo Chávez, Fernando Vargas, Pedro Nuni y Adolfo Moyes -acusados de estar al servicio de la derecha boliviana- atacaron y golpearon a corregidores de la región, mientras intentaban reunirse en la localidad de San Pablo para tomar decisiones sobre el futuro del Tipnis.
Entre las víctimas se encontraba el cacique mayor Gumercindo Pradel, quien fue secuestrado, golpeado, torturado y amenazado de muerte por un grupo de allegados a Vargas y Moyes.
Las tensiones en el Tipnis se iniciaron hace más de dos años, cuando el Gobierno se planteó la construcción de una carretera a través de esa reserva con la intención de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la zona, una de las más pobres del país.
Sectores radicales, por su parte, vieron amenazados sus intereses en la región y desde entonces apelaron a cualquier argumento para promover la violencia contra todos aquellos que se declararon partidarios de la vía.
Otros, desde el oriental departamento de Santa Cruz, ante el temor de perder sus prerrogativas en el Tipnis, le echaron leña al fuego de la discordia, en una región donde la materia inflamable es abundante.
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