Campesinos del municipio de Ocaña, en el
departamento de Norte de Santander (noreste), denunciaron este martes la
militarización de esa zona, como parte de la política represiva
emprendida por el Gobierno colombiano, que el pasado sábado cobró la vida de dos labriegos y dejó un saldo de más de 16 heridos.
El corresponsal de teleSUR en Colombia, Milton Henao, precisó
que los habitantes de esa entidad informaron sobre la presencia de
varios aviones Hércules que transportaron a aproximadamente 200
efectivos castrenses del escuadrón antidisturbios, que arribaron
acompañados de la Policía Nacional para reprimir las protestas que
llevan a cabo -desde el pasado 11 de junio- agricultores que han salido a
la calle a pronunciarse por el abandono estatal.
En referencia a la comisión de alto nivel enviada
por el presidente Juan Manuel Santos, indicó que se tiene previsto que
en las próximas horas llegue al municipio de Tibú para tratar de
entablar un nuevo diálogo con los labriegos.
Henao informó que en el Catatumbo existe mucha “incertidumbre”
respecto a la posibilidad de una negociación entre las partes, pues los agricultores sostienen que no habrá posibilidades de diálogo si el Ejecutivo continúa condicionando las circunstancias de esta reunión.
El periodista de teleSUR adelantó que dicha
delegación está encabezada por el ministro consejero, Luis Gerardo
Garzón; tres viceministros y los alcaldes de Norte de Santander.
La víspera, el ministro de Interior colombiano, Fernando Carrillo,
afirmó que el Gobierno comenzará a dialogar con los labriegos en el
Catatumbo “cuando las condiciones de seguridad lo permitan”.
Tras un encuentro en la Casa de Nariño -sede de la Presidencia- con
siete alcaldes de esa zona de Norte de Santander, el gobernador de esa
región y el presidente Juan Manuel Santos, Carrillo subrayó que en la
mesa de concertación "solo se discutirán los temas puntuales sobre
condiciones sociales del área afectada y con los voceros legítimos de
las comunidades", según reseñó un diario local.
Entre otras reivindicaciones, el campesinado de la región del
Catatumbo pide que la definición de una Zona de Reserva y la sustitución
gradual de cultivos ilícitos mediante proyectos productivos
sostenibles.
Durante las jornadas de movilización, la policía,
el Ejército y miembros del escuadrón antidisturbios reprimieron a los
manifestantes con gases lacrimógenos, bombas aturdidoras y balas de
fusil, con un saldo de dos muertos, más de 16 heridos y varios
detenidos.
Mientras tanto, un comunicado de la Federación
Internacional de Derechos Humanos y el Comité Permanente por la Defensa
de los Derechos Humanos, difundido este lunes por la Agencia de Prensa
Rural, condenó la represión de la fuerza pública y exigió el cese
inmediato de las hostilidades.
“Expresamos nuestra preocupación por la
judicialización de los manifestantes detenidos, que refleja la
criminalización de la protesta social en Colombia”, apunta el texto.