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General: La política de calles en Brasil se hizo presente
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 26/06/2013 04:36

La política de calles se hizo presente

 

 Por Norma Giarracca *

Brasil nos ha dejado sin palabras. El “gran país” que supo regular su crecimiento, mantener las variables macroeconómicas bajo control; el país donde la población piensa sus demandas en términos de “partidos”, que acompañó con alegría la llegada del PT al gobierno, estrena con una fuerte irrupción la política de calles. Miles de brasileños en 80 ciudades expresando rebeldía, disconformidad, gritando la injusticia inherente al desarrollo capitalista... ¿qué pasó?

Este diario publicó excelentes análisis de quienes viven allá y de quienes siguen nuestros países con miradas que nos hacen falta, como la de Boaventura de Sousa Santos. De las condiciones de contorno y del polisémico sentido de las protestas hay muy poco que agregar. Querríamos aportar dos reflexiones que hacen a una posible comparación entre Brasil y la Argentina. En primer lugar, hablemos de las diferencias entre las dos tradiciones culturales de la política rebelde. La Argentina siempre fue un país de protestas “plebeyas”; por la influencia anarquista antes del peronismo y por los rasgos propios del fenómeno político que irrumpió en 1945, a partir de allí. Brasil casi siempre se movilizó a través de una institución, el Partido Comunista de los años ’20 y ’30 con Luis Carlos Prestes a la cabeza, por ejemplo, y la importancia de la formación desde debajo de un nuevo partido con apoyo de las iglesias, de los grandes sindicatos, que concentró la esperanza del Brasil rebelde durante las últimas décadas.

El presidente Lula supo concentrar expectativas de transformación en uno de los países más desiguales del mundo y, aunque quedaba cada vez más claro que el gobierno “popular” no iba más allá de políticas sociales de inclusión, se le seguía creyendo, respetando, aceptando, por ejemplo, su elección por las semillas transgénicas (a pesar de la promesa electoral) y los sectores “progres” (con dignas excepciones) comentaban con orgullo nacional cómo el país se convertía en el gran banquero latinoamericano, en el “Brasil potencia”. Los colegas que habían seguido los derroteros del los Sem Terra consideraban un hecho natural la subordinación de este gran movimiento al partido de gobierno. Las críticas a la paralización del reparto agrario fueron cada vez en tonos más bajos. No obstante, aprendimos de otros colegas la importancia del concepto “sufrimiento social” para entender el vasto país: las grandes hidroeléctricas, los desplazados...

Por eso estamos anonadados, una rebeldía claramente antiinstitucional, sin partidos, sin grandes centrales obreras. Lo que está en las calles no son los movimientos, son jóvenes sin partidos, sin centrales, sin organizaciones; tal vez intuyen los límites de las instituciones en estos capitalismos en que nos ha tocado vivir, tal vez se hartaron de pedir por los canales institucionales. Lo que está ocurriendo no es fácil, el gran Brasil mostró su rasgo rebelde, plebeyo, y hay que estar atentos a lo que pasa porque estamos frente a un fenómeno nuevo.

La segunda reflexión que deseamos hacer es sobre algunos intentos oportunistas de dirigentes políticos o caceroleros argentinos que quieren compararse o, más grave aún, sumarse al fenómeno. Es lamentable la falta de sensibilidad para comprender los procesos, las rebeldías, las broncas legítimas de las poblaciones de América latina. Los caceroleros modelo nacional marcharon con partidos de centro y centroderecha, no tuvieron una sola palabra hacia los sectores más sufrientes de este modelo y fueron apañados y estimulados por los medios de comunicación concentrados. Los sentidos de las protestas pueden ser difíciles de comprender, pero aquí estuvo bastante claro y no hay comparación posible con las que se desarrollan en Brasil.

Los caceroleros quieren más institucionalidad, allá cuestionan la institucionalidad. Aquí se oyeron voces personalizadas de partidos u organizaciones, allá la queja del gobierno es que no tiene con quien negociar. Aunque Patricia Bullrich o Lilita Carrió quieran ver en los caceroleros argentinos espacios de “expansión democrática”, existen muchas dudas de que puedan salir de esas imágenes de señoras insolidarias y llenas de bronca personal hacia la figura presidencial. En Brasil, la figura de Dilma no es importante, no es contra ella; lo central es una población que vio generar riqueza y distribuirla de un modo tacaño, egoísta, considerando clase media a quien dejó de caminar sin calzado. La imagen del 99 por ciento contra el uno por ciento de los que se quedan con las riquezas, que en Brasil como en el resto de América latina provienen básicamente de bienes comunes, funciona como una idea muy potente y articuladora en estos mundos rebeldes. Es decir, por un lado el neoliberalismo da la imagen de haberse instalado muy cómodamente con la aceptación de las instituciones (de gobiernos conservadores o “progresistas”) y, por otro, un fantasma recorre el mundo dando miles de vueltas por todos lados para inquietarlo y limitarlo.

* Socióloga, investigadora del Instituto Gino Germani UBA).



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De: Ruben1919 Enviado: 27/06/2013 05:42
Presidenta de Brasil recaba apoyo de partidos a propuesta de cambio PDF Imprimir E-Mail

27 de junio de 2013, 01:32Brasilia, 27 jun (PL) La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se reúne hoy con líderes de partidos políticos y de bloques parlamentarios en busca de apoyo a su propuesta de plebiscito para impulsar cambios reclamados por la ciudadanía en las calles.

Estos encuentros se realizarán por separado. El primero de ellos será con los máximos representantes de los partidos, el segundo con los líderes de las facciones en la Cámara de Diputados y el último, con los dirigentes de los bloques del Senado.

Otra reunión con los presidentes de agrupaciones de la oposición está prevista para celebrarse el viernes próximo, según fuentes de la Presidencia.

La mandataria desechó el lunes último una idea de convocar a un referéndum para llamar a una Asamblea Constituyente, que impulsaría una reforma política, debido a la falta de tiempo y consenso.

La alternativa ahora es un plebiscito y la administración federal inició contactos con el Supremo Tribunal Electoral con miras a garantizar que esta consulta se celebre en octubre próximo, destacó la víspera el ministro de Educación, Aloizio Mercadente.

La presidenta desea que los eventuales cambios aprobados por los electores en el plebiscito entren en vigor antes del proceso electoral de finales de 2014, señaló Mercadente.

El titular resaltó que trabajan de manera intensa para viabilizar este tipo de consulta popular, para preguntar a los brasileños sobre temas como financiamiento de campaña electoral, sistema de voto y la representación política

La mandataria ya se reunió con los presidentes de las principales organizaciones sindicales y las máximas autoridades del Supremo Tribunal Federal, de la Cámara de Diputados y el Senado, así como con el líder de la Orden de Abogados de Brasil.

Además del plebiscito, la jefa de Estados instó al Congreso a acelerar la aprobación de proyectos de leyes que propicien una mejora en los sectores del transporte, salud y educación, asi como el combate a la corrupción, con el objetivo de responder a las demandas de los millones de personas que protestan desde hace dos semanas en todo el país.

Aunque las manifestantes disminuyeron, se registran aún multitudinarias marchas en principales ciudades para demandar reducciones en las tarifas de los ómnibus, trenes y metro, y criticar el excesivo gasto público en la organización de la Copa Confederaciones y el Mundial de fútbol 2014.

tgj/lgo


 
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