Diversas organizaciones políticas brasileñas apoyaron la iniciativa de la presidenta Dilma Rousseff, sobre una consulta nacional
para realizar cambios en el Gobierno que resuelvan las demandas
ciudadanas referentes a transporte, educación y participación social.
El consenso se logró luego de una reunión que sostuvieran este jueves
voceros de diferentes partidos nacionales brasileños en relación con la
necesidad de escuchar y viabilizar las demandas populares.
A este respecto, el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo,
expresó: "Quedó claro que una reforma política es necesaria y el pueblo
debe ser escuchado.Desde esta perspectiva, hubo una posición mayoritaria
de que el plebiscito es la mejor vía, (pues) permite a la población,
debatir de inmediato los temas".
También señaló que "la participación de la sociedad no se limita a un
sí o un no", refiriéndose a las opciones políticas de la oposición
brasileña las cuales se limitan a la votación y no a la intervención
activa en la discusión y la acción de todos los sectores que conforman
la sociedad brasileña.
El ministro de Educación, Aloizio Mercadante, apoyó la propuesta y
anunció que la mandataria del gigante del sur propondrá una fecha para
el plebiscito así como las preguntas que se realizaran a los
consultados, luego de la aprobación del Supremo Tribunal Electoral (STE)
brasileño.
Mercadante, agregó que el referendo abordará
el debate sobre si el financiamiento de las campañas electorales debe
ser pública, privada o mixta y la estructura de sufragio debe ser por
número de votos directos o por postulación de partidos.
Según voceros oficiales, la consulta tratará de ser realizada en
breve tiempo para que las reformas aprobadas tras el plebiscito sean
ejecutadas un año después de su validación y se tomen en cuenta para las
elecciones generales de 2014.
En este sentido, el presidente del Senado de Brasil, Renan Calheiros,
dijo que la deliberación debería realizarse el 5 de octubre de 2013
para que los resultados de la misma sean sancionados a finales del
próximo año.
La semana pasada la mandataria Dilma Rousseff descartó una
convocatoria a referéndum para realizar los cambios institucionales a
través de una Asamblea Constituyente.
Rousseff hizo un llamado a los congresistas brasileños para que
posibiliten legislaciones de combate a la corrupción, una de las mayores
inquietudes de millones de ciudadanos que manifiestan en el país
suramericano.