“Un periodista de verdad, verdad la verdad es que siempre dice la verdad”.
Siento un cariño muy bonito por todas y todos. Les mando un bolivariano y aliprimeriano abrazo.
Acá, en la jaula de acero y cemento donde
hace más de dos años me tienen prisionero por cantar las verdades de mi
pueblo explotado y oprimido por el capital, sigo su programación.
Como patriota y revolucionarios
nuestroamericano que soy, me causa extrañeza y profundo dolor que,
durante todo este tiempo, la verdad de la noticia de mi cautiverio haya
sido escondida, con una que otra honrosa excepción, por los propios
medios de comunicación del Poder Popular.
No solo a mí, a muchísimas personas en el
mundo les preocupa la forma tan misteriosa como le llegan a los pueblos
la información sobre la injusticia que se está cometiendo contra uno de
sus cantores. La gente se pregunta ¿Por qué tanto misterio?
Bolívar nunca vio con buenos ojos el trabajo realizado “a la sombra del misterio”, así se lo dijo a Páez.
¿Cuál es la diferencia entre
repetir mil veces una mentira para convertirla en verdad y silenciar mil
veces una verdad para convertirla en mentira?
Para quien tiene vergüenza, que es por
donde comienza la moral, es un insulto que alguien pretenda hacerle
callar lo que su conciencia no permite que calle. José Martí, para
protegernos del mal del deshonor, nos enseñó la oración de la dignidad: “El verdadero hombre no pregunta de qué lado le va mejor sino de qué lado está el deber”.
La esencia del verdadero periodismo y
primer deber de quien lo profesa es comunicar la verdad, fue por
esconderla que Caín perdió el año y no se pudo graduar.
Por amor a la verdad murió Jesús, el Che, Chávez y tantas y tantos otros amorosos.
Hermanas y hermanos periodistas, la ética
de tan bella profesión les obliga a informar que un cantor de los
pobres de la tierra, que vino en busca de asilo político a la República
Bolivariana de Venezuela se encuentra ilegal e ilegítimamente prisionero
y corre el peligro de ser extraditado hacia la tortura y la muerte.
También es bueno informar que el internacionalismo solidario ha alzado
su voz exigiendo que, como corresponde en derecho, le devuelvan la
libertad y concedan dicho asilo.
Hermanas y hermanos, mi canto al igual
que el de Alí Primera, es por la paz con justicia y amor y su norte es
el Sur… y la humanidad entera.
¡AMANDO VENCEREMOS!