Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: Lo que no enseña la propaganda de Corea del Norte
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 6 en el tema 
De: t-maria2  (Mensaje original) Enviado: 28/07/2013 14:59

Internacional

Lo que no enseña la propaganda de Corea del Norte

Día 28/07/2013 - 01.41h

 El régimen estalinista de Pyongyang celebra por todo lo alto el 60 aniversario del fin de la guerra, pero oculta la mísera realidad que sufre el país

 

- [Galería: Lo que no enseña la propaganda norcoreana]

Con multitudinarios y coloristas desfiles al más puro estilo comunista, Corea del Norte ha conmemorado durante toda esta semana el 60 aniversario del fin de la guerra que le enfrentó con el Sur y con Estados Unidos, que se cumple este sábado y celebra como si hubiera ganado la contienda cuando en realidad quedó en tablas. Para el «Día de la Victoria», el régimen estalinista de Pyongyang ha invitado a algunos dirigentes extranjeros como el vicepresidente de China Li Yuanchao, quien se reunió el jueves con el joven dictador norcoreano, Kim Jong-un, y visitó las tumbas de los soldados de su país que lucharon en la guerra para ayudar a uno de los principales aliados históricos de Mao Zedong.

Además de conceder un mayor número de visados para turistas, Corea del Norte ha permitido la entrada de varios grupos de periodistas, sobre todo de televisión, para deslumbrarlos con los actos programados y con la nueva cara que luce Pyongyang, donde cada vez hay más coches y más móviles (pero sin internet). Entre las celebraciones destacan el desfile militar de hoy sábado y los Juegos de Gimnasia Masiva Arirang, una especie de ceremonia olímpica de la propaganda del régimen que sólo es posible en Corea del Norte. Mientras compañías de acróbatas y bailarines escenifican de forma sincronizada espectaculares coreografías en el gigantesco Estadio Primero de Mayo, miles de personas dibujan con carteles murales propagandísticos que ocupan totalmente una de sus gradas. Un espectáculo asombroso, tal y como pudo comprobar este corresponsal en 2007, pero también la más clara metáfora de la megalomanía del siniestro régimen norcoreano, que acaba reduciendo a sus ciudadanos a un diminuto píxel para solaz de sus dirigentes e invitados.

Al margen de dichas imágenes, hay otras que reflejan mucho mejor la cruda realidad del país pero que, precisamente por eso, la propaganda no quiere enseñar. Como pudo ver este corresponsal durante su segundo viaje a Corea del Norte el pasado mes de abril, es el caso de las brigadas ciudadanas que, formadas incluso por niños, trabajan en las carreteras con rudimentarias herramientas de madera o hasta acarreando piedras con las manos. Mientras los campesinos aran la tierra con bueyes por falta de tractores o de gasolina, los altos cargos del Partido de los Trabajadores y del Ejército viajan en Mercedes, Audis A4 y Volkswagen Passat traídos de China burlando las sanciones de la ONU contra los ensayos nucleares de Corea del Norte. Es la misma ruta que siguen la carne de Australia congelada, las latas de Pepsi-Cola y el coñac Hennessy que se vende a 250 euros al cambio no oficial en algunos supermercados para la élite del régimen.

Al cambio oficial, el sueldo medio de los funcionarios estatales es de 3.000 won al mes (15 euros) y, según la lógica comunista, debería bastar para adquirir los productos básicos subsidiados por el Gobierno, que cada mes entrega a los empleados públicos 14 kilos de arroz y 28 a los oficiales del Ejército. Pero en los últimos años se ha impuesto la economía de mercado por la entrada de divisas y todo tipo de artículos importados de China, que se comercializan abiertamente a precios astronómicos en tiendas y supermercados. Como consecuencia, ha florecido un mercado no oficial, pero real, que cambia el euro a unos 8.000 won. En el Almacén Número 1 de Pyongyang, eso es lo que cuesta una bolsa de detergente. Pero también algo menos de lo que vale una Coca-Cola en la cafetería Pyolmuri, donde los comensales dan buena cuenta de sus raciones de gambas, pizzas y vino tinto con el pin de los Kim en la solapa y paquetes de Marlboro y Camel sobre la mesa.

Sobornos

En cuanto el régimen de Kim Jong-un ha abierto un poco la mano en lo económico, el dinero ha encontrado su modo de abrirse paso, ya sea gracias a las divisas que envía el medio millón de norcoreanos emigrantes en Japón o con los sobornos a los funcionarios y oficiales del Ejército, que controlan todos los negocios. «Sólo con sus salarios, los funcionarios no pueden sobrevivir ni tener móviles, así que aceptan sobornos», nos explica por correo electrónico desde Seúl Jung Gwang Il, un antiguo militar que trabajaba en una empresa estatal y desertó a China, y luego a Corea del Sur, tras pasarse tres años en un campo de reeducación.

En una tienda frente a la estación de Pyongyang también hay ordenadores portátiles Sony a 850 dólares y pantallas de televisión Sanyo a 380, un lujo inalcanzable para las mujeres que lavan la ropa en los ríos y los campesinos de las cooperativas estatales, que ahora pueden cultivar verduras en los patios de sus casas y venderlas en los mercados locales. Con el dinero logrado, y dando un tímido paso hacia el capitalismo, compran otros productos que luego revenden en sus pueblos. Aunque sus movimientos están controlados por los puestos del Ejército, que les impiden salir de su distrito y viajar a otras ciudades, un hormiguero humano pulula por los arcenes acarreando pesados bultos sobre sus espaldas o en sus bicicletas, que se han convertido en el nuevo vehículo del pueblo como hace medio siglo en la China de Mao. Tampoco faltan quienes transportan fardos de leña para calentarse con hogueras por falta de electricidad, reducida a unas pocas horas al día pese a los fuegos artificiales con que Corea del Norte celebra el 60 aniversario del fin de la guerra como si la hubiera ganado.



Primer  Anterior  2 a 6 de 6  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 6 en el tema 
De: t-maria2 Enviado: 28/07/2013 15:02

Corea del Norte, entre bueyes y Mercedes

Día 28/07/2013 - 06.14h
 

 La «nomenklatura» celebra el 60 aniversario del armisticio con un nivel de superlujo que contrasta con la calidad de vida medieval de los campesinos

 

Junto a filetes de ternera australiana, vinos de Burdeos, latas de Pepsi Cola y zapatos de tacón, los supermercados más selectos de Pyongyang venden coñac Hennessy a 250 euros al cambio no oficial. Con unos sueldos para los funcionarios estatales de 3.000 won mensuales (20 euros al cambio oficial y sólo 37 céntimos al de la calle), pocos norcoreanos pueden permitirse tales lujos. Pero, al contrario que las tristes tiendas estatales donde se exponen un par de mustias lechugas y manzanas descoloridas, las estanterías de estos supermercados están llenas, los clientes curiosean entre sus pasillos y las cajeras cuentan fajos de dólares, que cambian a 10.000 won para adquirir artículos importados, traídos a través de la frontera con China burlando las sanciones de la ONU por los ensayos nucleares.

En cuanto el régimen de Kim Jong-un ha abierto un poco la mano en lo económico, el dinero se ha abierto paso, ya sea gracias a las divisas que envía el medio millón de norcoreanos emigrantes en Japón o con los sobornos a los funcionarios y oficiales del Ejército, que controlan los negocios. Con el pin en la solapa luciendo las efigies de Kim Il-sung y Kim Jong-il, abuelo y padre del actual dictador, las guías del Gobierno que siguen a los turistas a todos lados ya pueden recibir propinas, antes prohibidas, y hasta pasearse con bolsos falsos de Prada bajo el brazo, algo impensable hace poco.

A bordo del vuelo procedente de Pekín, los diplomáticos vuelven cargados con aparatos electrónicos, que regalan a sus familiares o revenden. A pesar del embargo, una tienda frente a la estación de Pyongyang vende ordenadores portátiles Sony a 850 dólares y pantallas de televisión Sanyo a 380.

Por las antaño desiertas avenidas de Pyongyang, cada vez se ven más coches. Pero no sólo los sedanes Fiparam y las furgonetas Samcheonri fabricadas por la marca nacional Pyeonghwa en colaboración con una firma china, sino también vehículos de gama alta como Audis, BMW y los Mercedes que prefieren los gerifaltes del Partido de los Trabajadores.

Junto a los modernos rascacielos de 45 plantas inaugurados el año pasado en la calle Changjon y la pirámide de 330 metros del Hotel Ryugyong, cuyas obras están a punto de concluir tras más de 15 años parada, los teléfonos móviles son el nuevo símbolo de Pyongyang, donde ya funcionan un par de pizzerías y hamburgueserías que ofrecen latas de Coca-Cola y paquetes de Marlboro.

Pero fuera de la capital, el escaparate donde vive la élite del régimen, la vida sigue su ritmo lánguido en Corea del Norte. De camino a la cooperativa modelo Chongsanri, ambos márgenes de la carretera están plagados de campesinos arando la tierra con bueyes y trabajando con herramientas rudimentarias. Presidida por una estatua del padre de la patria, Kim Il-sung, en dicha cooperativa viven 2.500 personas, de las cuales un millar trabajan en el campo, donde se han instalado invernaderos para mejorar las cosechas.

La Ardua Marcha

«Cada año recibimos 400 kilos de arroz por persona y otros 300 de patatas, tomates y otras verduras», explicaba en abril a ABC Choe Okseon, una abuela de 59 años que cuidaba de sus dos nietos y debía ser también modélica porque había sido elegida por las guías para hablar con un extranjero. «Sólo en ocasiones especiales, como los cumpleaños de los líderes, nos entregan carne», aclaraba la mujer, quien aseguraba que «la situación es ahora mucho mejor que durante la Ardua Marcha», como la propaganda ha bautizado a la «Gran Hambruna» que en los años 90 se cobró entre 300.000 y dos millones de vidas, según se tengan en cuenta la cifras del régimen o estimaciones internacionales.

Dando un tímido paso hacia el capitalismo, los campesinos pueden cultivar ahora los patios de sus casas y comercializar sus verduras en los mercados locales. Con el dinero logrado, compran otros productos que luego revenden en sus pueblos. Aunque sus movimientos están controlados por los puestos del Ejército, que les impiden salir de su distrito y viajar a otras ciudades, un hormiguero humano pulula por los arcenes de la autopista acarreando pesados bultos sobre sus espaldas o en sus bicicletas. Tampoco faltan quienes transportan fardos de leña para calentarse con hogueras por falta de electricidad, reducida a unas pocas horas al día. Entre bueyes y Mercedes, la aislada Corea del Norte sigue avanzando hacia su incierto futuro.


Respuesta  Mensaje 3 de 6 en el tema 
De: Quico º Enviado: 28/07/2013 22:31
Lo que no enseña la propaganda de Corea del Norte



Respuesta  Mensaje 4 de 6 en el tema 
De: Quico º Enviado: 28/07/2013 22:32
Generalmente suelo fijarme en los cuerpos y caras de las gentes que dicen que pasan hambre. No les veo pinta de famélicas por mucho que las quieran pintar como a tales. Ni tan siquiera malo vestidos

Respuesta  Mensaje 5 de 6 en el tema 
De: Marthola Enviado: 28/07/2013 22:42
Quico no gastemos pólvora en chimangos ami
 
Mira........

Respuesta  Mensaje 6 de 6 en el tema 
De: salacatula Enviado: 29/07/2013 06:49
De: Quico º Enviado: 28/07/2013 23:32
Generalmente suelo fijarme en los cuerpos y caras de las gentes que dicen que pasan hambre. No les veo pinta de famélicas por mucho que las quieran pintar como a tales. Ni tan siquiera malo vestidos
 

 
Un ningun parrafo del escrito pone que pasan hambre, que tengan pinta de famelicos o que vayan mal vestidos,
En Cambio se se ve esto:  
Al margen de dichas imágenes, hay otras que reflejan mucho mejor la cruda realidad del país pero que, precisamente por eso, la propaganda no quiere enseñar. Como pudo ver este corresponsal durante su segundo viaje a Corea del Norte el pasado mes de abril, es el caso de las brigadas ciudadanas que, formadas incluso por niños, trabajan en las carreteras con rudimentarias herramientas de madera o hasta acarreando piedras con las manos.
 
Lo que no enseña la propaganda de Corea del Norte
 
La propaganda solo enseña esto:
 




Primer  Anterior  2 a 6 de 6  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados