Río de Janeiro.- Poco más de un millón de jóvenes aclamaron y recibieron al papa Francisco en la Playa de Copacabana para la realización de un Vía Crucis, en la que el pontífice aseguró que mediante la cruz, Cristo se une a las víctimas de la violencia, drogas, racismo y de quienes sufren hambre en un mundo que desperdicia los alimentos.
En su mensaje pronunciado antes los jóvenes de diversas naciones participantes de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, el máximo líder de la Iglesia católica aseguró que en todo momento Jesús está con quien es perseguido por su religión, sus ideas o con quienes han perdido la fe en la Iglesia o en Dios por la incoherencia de los cristianos y de los ministros de culto.
“Jesús se une a tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio. En la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro”, sostuvo el Obispo de Roma.
“Queridos jóvenes, llevemos nuestras alegrías, nuestros sufrimientos, nuestros fracasos a la Cruz de Cristo; encontraremos un corazón abierto que nos comprende, nos perdona, nos ama y nos pide llevar este mismo amor a nuestra vida, amar a cada hermano o hermana nuestra con ese mismo amor”.
Con un espectacular montaje escenográfico y musical, semejante a la inauguración de alguna justa deportiva, los jóvenes católicos presenciaron en Copacabana la representación de los problemas sociales que aquejan a la juventud mundial, los cuales, estaban plasmados en cada una de las 14 estaciones que conforman el viacrucis
Jóvenes y ancianos construyen el futuro
Por la mañana, durante el rezo del Angelus Domini, desde el balcón central del Palacio Arzobispal San Joaquín, Río de Janeiro, el Pontífice puntualizó que los jóvenes y los ancianos son quienes construyen el futuro de las naciones.
En un breve mensaje, Francisco reiteró la importancia de los abuelos en la vida familiar para comunicar el patrimonio de humanidad y fe que es esencial para toda la sociedad.