Con esas visionarias palabras del compañero Raúl, entonces Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, quedaba constituido, el 3 de agosto de 1973, el Ejército Juvenil del Trabajo, cuyas emblemáticas siglas, EJT, hacen evocar múltiples obras de gran impacto económico y social.
En estos 40 años sus oficiales y soldados han presentado credenciales de eficiencia y constancia en la construcción de centros educacionales, económicos y científicos, en la modernización de las redes del ferrocarril, en el corte de caña, la atención a plantaciones de café y cítricos, la siembra de árboles, la producción de viandas y hortalizas y su comercialización, así como en las campañas para erradicar el aedes aegypti, entre otras incontables tareas.
Fruto de la fusión de la Columna Juvenil del Centenario con las unidades de las FAR dedicadas a la producción, el EJT ha sido siempre una escuela de la que han egresado operadores de combinadas y alzadoras cañeras, mecánicos, macheteros, agricultores, pero, sobre todo, gente con una educación integral en el trabajo y la defensa.
Sería imposible hablar del desarrollo económico y social de las zonas montañosas de nuestro país sin incluir la decisiva contribución de este singular Ejército, activo protagonista del Plan Turquino Manatí; ni tampoco estaría completa la historia de la capacidad militar y combativa de la Revolución si no se cuenta la proeza de sus combatientes al construir en breve tiempo importantes obras ingenieras en el sur de Angola, durante la ofensiva final que permitió derrotar a las fuerzas invasoras del régimen racista de Sudáfrica.
En la década de los noventa, el EJT, que hasta entonces había trabajado como fuerza de apoyo en faenas agrícolas, industriales y de la construcción, asumió también la administración integral de todas las actividades donde participa. Muchos ejemplos podrían citarse de la eficiencia de esa gestión, en diversas empresas y centros de producción que llegaron a sus manos con deficiencias y fueron devueltos a los organismos responsables con notables mejorías, fruto de la disciplina y el rigor de sus combatientes y trabajadores civiles.