12 de agosto de 2013, 04:19Por Martin Hacthoun
Buenos Aires, 12 ago (PL) Las primarias en Argentina ya son historia, y más allá de definir los candidatos para los comicios legislativos del 27 de octubre, reflejaron el ambiente electoral y la proyección de lo que pudiera suceder dentro de dos meses y medio.
Mostraron el reacomodo de las fuerzas políticas, y el surgimiento en la palestra pública de un nuevo bloque, el del exkirchnerista Sergio Massa, el intendente de Tigre cuyo Frente Renovador (FR) encabezó el escrutinio en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país.
Destacable también es que votó el 76,56 por ciento de los más de 30 millones 530 mil electores, con picos mayores en algunas provincias, señalan las estadísticas de la Cámara Nacional Electoral (CNE).
Allí, escrutado el 78 por ciento de las boletas, Massa lideraba con el 34,64 por ciento, seguido por Martín Insaurralde, un desconocido que la presidenta Cristina Fernández lanzó al ruedo como candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria (FpV), y logro colocarse en la preferencia del 29,33 por ciento de los votantes.
Que Massa sobresaliera en el mapa bonaerense era esperado, aunque no por un margen de cinco puntos, pero lo sorpresivo aconteció en la Capital Federal, coto del ultra-conservadurismo liderado por la Unión Propuesta Republicana del patrón político de la ciudad, Mauricio Macri.
En esta ocasión, siete de cada 10 electores capitalinos dio su voto a la oposición, y así el PRO en el indicador de partidos quedó segundo detrás de la alianza de centro-izquierda UNEN, 35,67 por 27,59 por ciento,
El FpV obtuvo en Capital el 18,92 por ciento de los votos ubicándose tercero y más alejados están el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (4,16) y Autodeterminación y Libertad (3,29).
Pero si el FpV no logró los resultados que perseguía en Buenos Aires y en la Capital Federal, con lo logrado en esos dos distritos más lo conseguido en otras provincias del país se ratificó como la principal fuerza política a escala nacional, e incluso puede según las proyecciones no solo conservar su mayoría en el Congreso, sino incluso mejorarla en octubre.
Los datos de la CNE ubican al oficialismo con el 25,94 por ciento de la votación nacional, seguido por el FR (11,80), el Frente Progresista Cívico (8,05), la Unión Cívica Radical (6,34), Unión PRO (3,70) y otras formaciones se repartieron, aunque con menos de 3,5 por ciento cada una, el restante 41 por ciento de los votos.
Ese último dato demuestra lo disgregado que está hoy el cuadro partidista argentino, pues están registrados 548 colectivos, y de estos 395 participaron en las primarias formando coaliciones, y solo 86 se presentaron individualmente.
Dato a tener en cuenta es que el FR de Massa es un bloque que se circunscribe, por ahora, a la provincia de Buenos Aires, sin representación en ninguna otra.
En una proyección a partir de los resultados de este domingo, el FpV aumentará su mayoría en la Cámara de Diputados, pues pone en juego 37 bancas -de las 112 que posee- y ganaría 38, mientras en el Senado para el cual expone siete escaños, obtendría 10.
De confirmarse esa proyección, el bloque de la presidenta Cristina Fernández ampliaría de 112 a 114 su mayoría en la cámara baja y de 34 a 37 en la alta, a lo que hay que sumarle los escaños de las formaciones aliadas.
Y como dato curioso de estas primarias, 53 personas que tenían pedido de captura policial fueron detenidas en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires cuando fueron a votar. De ellas, 15 fueron por homicidio, tres por violación, 12 por robo calificado y el resto por otros delitos.
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