Entre el fascismo islámico de los fanáticos fundamentalistas y el ejército egipcio, de hondas raíces nasserianas, esta servidora elige sin la menor duda al ejército. Y no crea nadie que Estados Unidos apoya claramente al ejército.
No puede haber democracia con un estado teocrático. Condición imprescindible para que se pueda hablar de democracia es que haya un estado laico, donde no se prohíba ni se imponga ni se tenga como oficial ninguna religión. Los islamistas pretenden imponer las normas del islam a toda la población, y además acostumbran a emplear procedimientos bastante salvajes para ello.
Pero no sólo yo, el Partido Comunista Egipcio, también opina esto.