Las revelaciones del exanalista de la CIA, Edward Snowden, han abierto la Caja de Pandora provocando un escándalo a nivel internacional que pinta para largo. La red de espionaje montada por Estados Unidos alcanza no solo a sus ciudadanos, sino también a varios países del mundo, incluyendo a los latinoamericanos y caribeños.
El diario brasileño O Globo publicó recientemente diversos documentos en los cuales reseña detalladamente cómo ha sido el proceso de vigilancia norteamericano en la región, y en los que indica que "Estados Unidos no se interesaba solo en asuntos militares, sino también en secretos comerciales".
Así, señala que el espionaje se dirigió a las áreas de petróleo en Venezuela y de energía en México, y que el país más espiado de América Latina es Brasil. Sostiene igualmente que otro "blanco prioritario" fue Colombia, donde fueron vigilados "los movimientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP)". También fueron observados de forma constante pero con menor intensidad Argentina, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Paraguay, Chile, Perú y El Salvador.
Según los informes obtenidos por O Globo, entre enero y marzo pasado agentes de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos) espiaron en esta parte del mundo usando al menos dos programas: el Prisma, que posibilita el acceso a correos electrónicos, conversaciones en línea y llamadas de voz de clientes de empresas como Facebook, Google, Microsoft y YouTube, y el X-Keyscore, que puede identificar la presencia de un extranjero en un país a través del idioma usado en correos electrónicos.
La reacción de estos gobiernos pidiendo explicaciones a la administración de Obama por el incidente con el avión del presidente boliviano Evo Morales, son expresión de la indignación regional, que califica a estos hechos como inaceptables e irrespetuosos del derecho internacional.
Snowden y las solicitudes de asilo
Sobre las ofertas de asilo a Snowden emitidas por Caracas, Managua y La Paz, el profesor cubano Carlos Alzugaray comentó a Granma que ninguna otra región del mundo está en mejores condiciones que América Latina y el Caribe para brindar esa opción. En primer lugar porque ha sido el objetivo primario de la penetración de las agencias de Inteligencia norteamericana. Segundo, debido a que los nuestros han sufrido en carne propia esta política incluso desde mucho antes. Tercero, porque aunque las revelaciones de Snowden probablemente no sorprendan a nadie, es una forma de advertirle a Estados Unidos que no puede actuar con tal impunidad.
Para el también politólogo, el caso Snowden subraya, tanto al interior de Estados Unidos como internacionalmente, el excesivo crecimiento del "Estado de Seguridad Nacional", en el que las organizaciones de Inteligencia norteamericanas han alcanzado un poder ilimitado. En la reacción de los distintos sectores del gobierno en Washington se denota, por un lado, el pánico por lo que Snowden pueda revelar y al mismo tiempo cierta contradicción en algunos sectores, especialmente la Casa Blanca, tratan de distanciarse del fenómeno, acotó.
El joven informático de 29 años, fuente de las filtraciones sobre los programas de vigilancia secreta de llamadas telefónicas e Internet del gobierno estadounidense, es para el doctor Alzugaray "una bomba de tiempo que puede explotar en cualquier momento y obligar al Ejecutivo y al Congreso a revisar y disminuir la autonomía de las organizaciones de Inteligencia desde Homeland Security hasta la NSA, pasando por la CIA, el FBI y otras".
Sin embargo, no es el único. La lista incluye a Bradley Manning, el soldado que filtró al sitio WikiLeaks cientos de miles de correos electrónicos diplomáticos y otros materiales relevantes sobre las invasiones a Iraq y Afganistán. Igualmente, Daniel Ellsberg, el primer agente enjuiciado por entregar a los medios, documentos del Pentágono sobre la guerra en Vietnam. También hay figuras poco recordadas o desconocidas. La mayoría ha sido acusada y procesada por el gobierno de Obama.
Pero que Estados Unidos espía a medio mundo no es nada nuevo. El diario La voz de Galicia reseñó en los últimos días que existen numerosos precedentes sobre el espionaje liderado por Estados Unidos y ejemplifica cómo durante la Guerra Civil en ese país (1861-1865) el entonces presidente Abraham Lincoln autorizó el control sobre la infraestructura del telégrafo americano y delegó a su secretario de guerra, Edwin Stanton, para que controlara las informaciones transmitidas por esa vía. Stanton utilizó ese poder para invadir la privacidad de los estadounidenses, detener a periodistas e, incluso, decidir qué mensajes podían ser enviados o no.
Sobre ese particular, el profesor Alzugaray rememora la denuncia del presidente norteamericano Dwight D. Eisenhower (1953-1961) sobre el poder del complejo militar-industrial y las investigaciones de la Comisión Church después del caso Watergate y la Guerra de Vietnam.
"De hecho se parece al caso de los Documentos del Pentágono revelados por Daniel Ellsberg en la década del setenta. Pero como el propio Ellsberg señaló esta semana en el The Washington Post, no se vive en el mismo Estados Unidos que en su tiempo. De ahí que la fuga de Snowden al exterior sea totalmente legítima. Por ello no es de extrañar que muchos gobiernos y fuerzas políticas progresistas sientan simpatía por este joven y se dispongan a darle un santuario".