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 24 de agosto de 2013, 11:44Por Isabel Soto Mayedo
Managua, 24 ago (PL) El reconocimiento generalizado al gobierno de Daniel Ortega, por la efectividad de los programas implementados contra la pobreza, el hambre, la inseguridad ciudadana y otros males, quedó demostrado en la semana que concluye hoy en Nicaragua.
Tanto el director de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Graziano da Silva, como el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, ratificaron el respeto al modelo de gestión que va cambiando progresivamente el panorama social de esta nación, la segunda más pobre del continente luego de Haití.
Casi al concluir su estancia de dos días y tras recorrer varios puntos del interior de este país, Da Silva valoró los planes como Hambre Cero, Huertos familiares y Bono Productivo, orientados a impulsar el desarrollo del sector agropecuario y garantizar el autoconsumo nacional.
Para el titular de la FAO, es magnífico ver que los programas ejecutados en el último sexenio por la administración sandinista dieron buenos resultados con rapidez, señal de que Nicaragua va por el rumbo correcto.
Destacó que Nicaragua se va convirtiendo poco a poco en un granero de Centroamérica, un ejemplo de como promover la política de seguridad alimentaria y apoyo a la pequeña agricultura familiar.
Con antelación la FAO otorgó un reconocimiento al gobierno de Ortega por sus avances en materia de reducción de la pobreza, indicador que disminuyó en 1,4 puntos porcentuales entre 2011 y 2012, según la Encuesta de Hogares presentada por la Fundación Internacional para el Desafío Económico y Global.
De 1990 a 2012, Nicaragua logró bajar la proporción de hambrientos de 55 por ciento a menos del 20 por ciento y alcanzar la meta de la FAO de reducir a la mitad la cantidad de hambrientos, refieren informes de ese ente.
Estadísticas oficiales señalan, además, que en este territorio las personas sin acceso a la alimentación sumaban más de dos millones en ese primer año y en 2012 descendieron a un millón.
Resultado esencial de esa visita fue un acuerdo de cooperación FAO-Nicaragua para el período 2013-2016, rubricado por Da Silva y Ortega en esta capital.
Patiño, quien llegó el pasado martes acompañado por el ministro de Seguridad de Ecuador, José Serrano, también evidenció la admiración que despiertan las políticas públicas del sandinismo y aseguró que la idea del canal interoceánico por Nicaragua entusiasma a muchos en Latinoamérica.
El canciller suramericano estuvo enfocado en esta capital en la preparación de la visita que realizará la próxima semana el mandatario, Rafael Correa, para intercambiar experiencias sobre los programas sociales desplegados en ambas naciones y estrechar lazos de cooperación en distintos órdenes.
"Tenemos mucho que aprender de Nicaragua y creemos que también podemos ofrecer algunas experiencias nuestras desde el Ecuador, como una experiencia de hermanos", declaró a la prensa.
Con Nicaragua queremos instalar conversaciones en temas de comercio y en qué medidas podemos desarrollar para ampliar nuestras relaciones comerciales y también las relaciones de complementariedad productiva, precisó.
Otras cuestiones que serán centro de atención por ambas partes estos días guardan relación con experiencias comunes en materia de seguridad ciudadana, comercio, inversión extranjera directa y el megaproyecto canalero.
"Hay mucha identidad entre nuestros dos gobiernos, entre nuestros dos pueblos también, mucho cariño, y también posibilidades concretas de afianzar lazos bilaterales en temas en los que cada uno de nosotros tiene sus propias fortalezas", subrayó el canciller ecuatoriano.
De forma paralela ratificó que para Correa es esencial seguir consolidando la hermandad y la construcción del Buen Vivir en la Patria Grande americana y relacionó eso con la visita que hará a Nicaragua.
Para ello es fundamental seguir fortaleciendo la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, porque definitivamente tenemos que ir rompiendo con todas esas estructuras a las cuales nosotros hemos estado permanentemente subordinados, consideró.
Significó que ambos países construyen sobre la base de sus experiencias propias y el modo en que el gobierno de Ortega logró avanzar en materia de seguridad ciudadana, problemática que aqueja a Latinoamérica.
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