LA HABANA, Cuba, 23 de noviembre de 2012,
www.cubanet.org.-El martes 20 de noviembre apareció un cartel en el edificio Nº
156, de la calle 12, entre Calzada y Línea de la barriada capitalina del Vedado
con el texto “Hoy en este edificio desalojan una doctora: ¿dónde está la
revolución de los humildes y para los humildes? No a la corrupción, no al
desalojo”.
El letrero fue visto por centenares de transeúntes que se dirigían a sus centros laborales puesto que el tráfico de la calle Línea está desviado por la calle 12 hasta 3ª, a causa de reparaciones en el túnel que cruza el rio Almendares.
Según las fuentes que solicitaron el anonimato, la autora del cartel es una doctora llamada Irbelia—los vecinos dicen no conocer su apellido―; ella ejerce su profesión en el policlínico comunitario de 15 y 18 de la propia barriada y fue notificada de que sería desalojada ese martes a partir de las 7:30 AM, por el Instituto Nacional de la Vivienda.
Irbelia reside en el apartamento 23 del propio edificio desde hace 7 años; cuidó hasta su fallecimiento a una anciana aquejada de Alzheimer, quien deambulaba por las calles, sucia y hambrienta y era la viuda de un norteamericano, especialista en sistemas de comunicaciones que residió en Cuba. Cuentan los vecinos que este ciudadano estadounidense siempre fue mirado con recelo por las autoridades. El principal problema de Irbelia es que no tiene en regla los documentos de la propiedad, pero los vecinos del edificio la apoyan y manifiestan que no permitirán que la desalojen.
Esta vivienda está dentro de un perímetro de innumerables cuadras alrededor de las calles 11 y 12 (otrora residencia de Celia Sánchez) clasificada como “Zona Congelada”, un reservorio para los miembros del MININT—en su totalidad oficiales de la Seguridad del Estado―quienes disponen, bajo decreto, de todas las viviendas que se desocupan.
Hace más de 7 meses, otros vecinos colgaron un cartel parecido, en Línea 1060 entre 12 y 14. La residente en ese apartamento, Maritza León, alega que es una falta de respeto, que hayan vecinos en la zona a los que el techo se le viene encima y cuando se desocupa un inmueble se lo otorgan a un oficial porque dejó a su esposa por una amante, o que a éste lo transfirieron desde las provincias orientales a La Habana. También ejemplificó el caso de un oficial que vive solo y le otorgaron un apartamento de 3 1/2 cuartos y dos baños.
Un alto porcentaje de los vecinos de la barriada apoyan los grafitis de protesta, porque los empleados del Instituto Nacional de la Vivienda son unos corruptos que no tienen fuerza moral para hacer cumplir las leyes. Después que Irbelia colgó la sábana, los miembros de los CDR y del Partido Comunista la persuadieron para que descolgara el cartel, bajo promesa de que su caso sería solucionado.
Pero Irbelia parece estar aterrorizada, sólo sale para ir al policlínico, luego se encierra en el apartamento y ni siquiera abre la puerta a las personas que conoce, ni contesta a las notas que le pasan. Un vecino cuenta que una supuesta predicadora de la fe cristiana la procuró con insistencia y resultó ser una oficial del MININT, que venía a intimidarla.