Dos de los pesos pesados del mundo árabe, Egipto y Arabia Saudí, han discrepado abiertamente sobre la necesidad de lanzar una ofensiva militar contra Siria al inicio de la reunión de urgencia de la Liga Árabe, celebrada este domingo en El Cairo. La reunión de los ministros de Exteriores árabes estaba prevista para el martes, pero se adelantó dos días ante un posible ataque inminente contra el Ejército sirio por parte de EEUU. El presidente Obama confirmó el sábado su intención de llevar a cabo una operación de castigo contra el régimen sirio por haber utilizado armas químicas contra la población civil el pasado 21 de agosto, si bien anunció que someterá su decisión al Congreso.
El cónclave puso de manifiesto las profundas discrepancias existentes en el seno de la institución panárabe. Mientras Egipto se opone a la intervención militar, Arabia Saudí la abandera. El jefe de la diplomacia saudí, Faisal Saud, advirtió de que “toda oposición a una acción internacional es un apoyo al régimen de Damasco para que continúe cometiendo sus crímenes”. En su plática ante sus homólogos, Saud acusó al régimen de Bachar el Asad de “haber perdido toda noción ética, y de haber cruzado todas las líneas”, incluida la de utilizar armas de destrucción masiva contra su propio pueblo.
“Apoyamos la voluntad del pueblo sirio. Ellos conocen mejor cuáles son sus intereses. Por lo tanto, lo que ellos acepten, nosotros lo aceptaremos también”, había afirmado el ministro de Exteriores saudí poco antes del inicio del encuentro, sugiriendo que apoyaría el ataque.
“Rechazamos y rechazaremos una intervención internacional en Siria. No apoyamos al régimen sirio, pero debemos respetar la ley internacional”, declaró por su parte el ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Nabil Fahmi, haciendo referencia al hecho que la operación militar no cuenta con la luz verde del Consejo de Seguridad.
En la ronda de intervenciones iniciales también participó Ahmed Jarba, líder de la Coalición Nacional Siria, quien instó a los asistentes a “respaldar una operación internacional contra la máquina de guerra y destrucción del régimen sirio”. Jarba aseguró que Siria se encuentra “ocupada” por la presencia de tropas iraníes en su territorio luchando al lado del ejército de El Asad.
La Liga Árabe suspendió la participación de Siria en 2011, después de que el Gobierno de Bachar el Asad se negara a aplicar un plan de paz patrocinado por la organización con la finalidad de poner fin al conflicto. En su lugar participa como representante del pueblo sirio la Coalición, principal organización opositora.
Tras los discursos de apertura, la reunión de los ministros de Exteriores prosiguió a puerta cerrada. Habida cuenta de la oposición frontal que suscita la intervención por parte de varios países importantes, como Irak, Algeria y Líbano, además de Egipto, parece difícil que la declaración oficial que salga de esta cumbre respalde la ofensiva militar decidida por Obama.
Antes de la reunión, la organización panárabe no había adoptado una posición firme respecto a una intervención militar extranjera en Siria. Tras confirmarse el uso de armas químicas en un barrio de Damasco, a principios de esta semana la Liga Árabe calificó el ataque de “crimen horrible” y atribuyó la entera responsabilidad al gobierno de El Asad. Además, instó al Consejo de Seguridad de la ONU a superar sus diferencias y adoptar “medidas disuasorias y necesarias” contra el régimen sirio.